Una exposici¨®n analiza el arte de la ¨¦poca de HitIer, Stalin y Mussolini
'Arte y poder' re¨²ne 500 obras en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona
Adolf Hitler (M¨²nich, 1937): "El artista no crea para el artista, sino que, como todo el mundo, ?crea para el pueblo! Y nos vamos a encargar que de ahora en adelante el pueblo sea de nuevo el juez de su propio arte". Pablo Picasso (1945): "No, pintar no es decorar apartamentos. Es un instrumento de guerra para el ataque y la defensa frente al enemigo". Estas dos frases de personalidades tan distantes centran el contexto de la exposici¨®n Arte y poder, que ayer se inaugur¨® en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (CCCB) y que re¨²ne unas 500 obras realizadas entre 1930 y 1945, durante las dictaduras de Hitler, Mussolini y Stalin, con un pr¨®logo dedicado a la Guerra Civil espa?ola.
"Walter Benjamin dec¨ªa que el fascismo buscaba la estetizaci¨®n de la pol¨ªtica para fascinar a las masas y que el comunismo respond¨ªa con la politizaci¨®n del arte", coment¨® ayer Josep Ramoneda, director del CCCB, durante la presentaci¨®n de la exposici¨®n en Barcelona, donde permanecer¨¢ abierta hasta el 5 de mayo.El paradigma de este enfrentamiento ideol¨®gico, aunque con una com¨²n utilizaci¨®n del arte al servicio del poder se reflejaba en los los pabellones nacionales, el sovi¨¦tico y el nazi, que se construyeron con motivo de la Exposici¨®n Internacional de Par¨ªs d¨¦ 1937. Situados estrat¨¦gicamente enfrentados uno a cada lado de la avenida principal, el alem¨¢n era como una gran torre est¨¢tica y monumental coronada por el ¨¢guila de la canciller¨ªa del Reich, de Kurt Schimid-Ehmen, y el sovi¨¦tico una construcci¨®n m¨¢s din¨¢mica que pr¨¢cticamente serv¨ªa como pedestal a la famosa escultura de Vera Mukhina, Trabajador industrial y una chica de una gran colectiva. Se trataba de dos monumentales esculturas de las que se ense?an sendas replicas a tama?o mucho m¨¢s reducido en el pr¨®logo de la exposici¨®n Arte y poder.
Par¨ªs marca el inicio de la exposici¨®n con las referencias antes se?aladas a los pabellones alem¨¢n y sovi¨¦tico, as¨ª como a algunas obras de los pabellones de Italia y del Vaticano. De este ¨²ltimo se muestra una pintura de Josep Maria Sert, de tem¨¢tica religiosa, que fue la ¨²nica presentaci¨®n del arte franquista en aquella exposici¨®n. Las dos siguientes salas se dedican al pabell¨®n de la Rep¨²blica, dise?ado por un sobrino del anterior, el arquitecto Josep Llu¨ªs Sert, que conten¨ªa obras clav¨¦ del arte contempor¨¢neo, como el Guernica de Picasso. De entre todas las obras presentes en esta parte de la exposici¨®n, y casi del conjunto, destaca la sobrecogedora escultura Montserrat, de Julio Gonz¨¢lez, que por primera vez se exhibe en Barcelona. Junto a ella, cuadros de Mir¨®, como Cabeza de hombre, de 1937, o carteles de Josep Renau y dibujos de Picasso, entre otras muchos. Como contrapunto, se exhiben tambi¨¦n algunos carteles franquistas y fotograf¨ªas de la construcci¨®n del Valle de los Ca¨ªdos.
Roma es el eje del segundo apartado. El fascismo italiano vivi¨® una evoluci¨®n est¨¦tica singular que lo diferencia de la situaci¨®n alemana y sovi¨¦tica. Si en un primer momento Mussolini apost¨® por el neofuturismo, m¨¢s adelante evolucion¨® hacia un clasicismo monumental m¨¢s acad¨¦mico. Con todo, en Italia convivieron siempre las formas de arte vanguardista con las cl¨¢sicas. Incluso en los mismos artistas. Representativas de esta situaci¨®n son las obras presentes del espacialista Lucio Fontana, del que se exhibe una escultura acad¨¦mica en bronce, El arponero (1933-1934), junto a esculturas abstractas de la misma ¨¦poca. Tambi¨¦n se exhiben obras de Mario Sironi, Giorgio Morandi, Giorgio de Chirico y Arturo Maritini.
La secci¨®n dedicada a Mosc¨² comienza con el final del compromiso de la revoluci¨®n con la vanguardia art¨ªstica y acaba en plena imposici¨®n del realismo socialista. "Fue como un sue?o. No s¨¦ por qu¨¦ he trabajado. Lo que creo ahora es que todo ser¨¢ destruido y no quedar¨¢ nada", escribe Rodchenko a su hija en 1943. Este artista est¨¢ representado en la exposici¨®n junto con otros vanguardistas, como Malevich, Tatlin, El Lissitzky -que se contraponen al arte oficial de Xegal-, Brodski y Mukhina.
La exposici¨®n se cierra con Berl¨ªn. Aqu¨ª es donde se intenta subrayar m¨¢s la distancia entre los artistas oficiales, el Gran Arte Alem¨¢n defendido por Hitler, cl¨¢sico y ensalzador de la raza aria, y los considerados degenerados, en los que se inclu¨ªa a autores que simpatizaban con el nazismo pero que utilizaban estilos art¨ªsticos vanguardistas. En este apartado figuran desde obras de Nolde, Beckman, Heartfield y Baumeister hasta obras de los afines al nazismo, como Kampf, Ziegler y Speer.
Los dos bandos
Arte y poder es una exposici¨®n patrocinada por el Consejo de Europa que ha organizado la Haward Gallery de Londres en colaboraci¨®n con el CCCB y el Museo de Historia de Alemania de Berl¨ªn, en donde se presentar¨¢ tras su paso por Barcelona. Su objetivo es analizar la relaci¨®n que se estableci¨® entre arte y poder en Europa entre 1930 y 1945, centr¨¢ndose en los pa¨ªses que vivieron situaciones m¨¢s extremas de intervencionismo pol¨ªtico en la cultura: la Uni¨®n Sovi¨¦tica de Stalin, la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler. Espa?a tambi¨¦n est¨¢ representada no con el arte del franquismo, sino con el pabell¨®n de la Rep¨²blica en la Exposici¨®n Universal de Par¨ªs."La finalidad de esta exposici¨®n es plantear preguntas y provocar reacciones", coment¨® ayer Raymond Weber, responsable de Cultura del Consejo de Europa. Seg¨²n el equipo de comisarios, se trata de una exposici¨®n "emblem¨¢tica" en la que se replantea la historia reciente del arte y se intenta dar una visi¨®n matizada de la situaci¨®n tanto en el bando oficial como en el no oficial.
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