Emplear la mente
Adultos con esquizofrenia buscan su futuro laboral en un centro de Carabanchel
Once adultos con problemas de esquizofrenia han cifrado todas sus esperanzas en un antiguo chal¨¦ de la Colonia de la Prensa, en Carabanchel. A ¨¦l acuden todos los d¨ªas para bregar con las alteraciones de personalidad que les provoca su enfermedad y para recuperar h¨¢bitos y destrezas laborales. Todo su esfuerzo tiene un prop¨®sito: lograr mediante un trabajo una autonom¨ªa econ¨®mica y personal que no tienen y ans¨ªan.La Asociaci¨®n de Familiares de Adultos con Problemas de Personalidad (AFAP), una entidad sin ¨¢nimo de lucro, abri¨® en noviembre este centro, que pretende afrontar la escasez de recursos de la regi¨®n para estos enfermos.
Francisco Esquide, su director, afirma: "Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) un 1% de la poblaci¨®n mundial padece esquizofrenia, eso supondr¨ªa, aunque no hay datos fiables, unos 50.000 casos en la regi¨®n".
Sin embargo, aparte de los servicios hospitalarios, para las crisis agudas, y de los centros de salud mental, de car¨¢cter ambulatorio, s¨®lo existen siete centros de rehabilitaci¨®n psicosocial, con 50 plazas cada uno, y uno de capacitaci¨®n laboral con 40 plazas. Las asociaciones de familiares suelen organizar actividades terape¨²ticas y de ocio pero carecen de programas laborales como el de Carabanchel, que, adem¨¢s, se complementa con una atenci¨®n psicosocial y un apoyo a las familias.
La asistencia al centro, pensado para que treinta personas acudan a ¨¦l de lunes a viernes de 10.00 a 17.00 horas, cuesta 50.000 pesetas al mes. Para I?aki, un vecino de Villaverde Bajo de 27 a?os, es un alivio abandonar su casa y barrio durante medio d¨ªa. "Con 18 a?os me diagnosticaron esquizofrenia y eso afecta mucho, ahora no tengo amigos y vivo de una pensi¨®n de invalidez", explica. "Lo que me gusta es que persigue que encontremos trabajo con la apertura de una granja".
La vida de Carmen, de 45 a?os, la ¨²nica mujer del grupo, sufri¨® un par¨¦ntesis en 1985. Sumida en la depresi¨®n se qued¨® en ¨¦l paro y la convivencia con su marido y sus dos hijas se resquebraj¨®. Le diagnosticaron neurosis obsesiva. "Antes acud¨ªa a otra asociaci¨®n que quebr¨®, pero vi que el contacto humano me ven¨ªa muy bien, por eso me he apuntado a este centro", asegura.
Cada d¨ªa, el antiguo chal¨¦ es testigo de la lucha diaria por conseguir llevar una vida aut¨®noma. Hay talleres de carpinter¨ªa, jardiner¨ªa, cer¨¢mica y cester¨ªa. En menos de un mes tres de los asistentes al centro vivir¨¢n en un piso tutelado y la asociaci¨®n negocia con el Ayuntamiento de Madrid la cesi¨®n de un suelo para construir la ansiada granja. Por ahora han recibido una subvenci¨®n de la Fundaci¨®n Reina Sof¨ªa. Es una batalla diaria contra la desesperanza.
Asociaci¨®n AFAP: 466 62 63.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.