Carta a un amigo palestino
Querido amigo:Israel es nuestra patria;- Palestina, la vuestra. Todo aquel que se niegue a vivir con estos dos simples hechos o est¨¢ ciego o es un malvado.
A los dos a?os y medio de la firma de los acuerdos de Oslo, nosotros y vosotros tenemos todav¨ªa que llegar a un acuerdo sobre los t¨¦rminos de la paz. Todav¨ªa tenemos que trabajar mucho, negociar, insistir en algunas cuestiones, hacer concesiones en otras. Pero despu¨¦s de tres generaciones luchando unos contra otros, por fin hemos llegado al acuerdo de empezar a curar las heridas. Esto es lo que quiso decir Yasir Arafat cuando habl¨® en la ceremonia de Washington sobre la "paz de los valientes".
Isaac Rabin fue un hombre valiente: pag¨® su esfuerzo con su vida. Sim¨®n Peres es un hombre valiente: tanto su vida como su futuro pol¨ªtico est¨¢n en juego. Ha llegado el momento de que Yasir Arafat demuestre que ¨¦l tambi¨¦n es un hombre valiente o que ceda su puesto a alguien m¨¢s valiente que ¨¦l.
Los acuerdos de Oslo constan de centenares de cl¨¢usulas y subcl¨¢usulas, pero su esencia es clara y simple: nosotros dejamos de mandaros y eliminaros, y vosotros reconoc¨¦is a Israel y dej¨¢is de matarnos. Pero hasta ahora nosotros hemos cumplido y vosotros no. Israel ya no controla las vidas del 85% de los palestinos en los territorios, pero, por su parte, los palestinos no han dejado de matamos. De hecho, desde la firma del acuerdo est¨¢n muriendo m¨¢s israel¨ªes a manos de los palestinos que antes. Se sigue retrasando el s¨ªmbolo de vuestro reconocimiento de Israel, la anulaci¨®n del convenio palestino que llama a nuestra destrucci¨®n. Despu¨¦s de todo, es parte crucial de los acuerdos de Oslo. Si los palestinos no dejan de matar israel¨ªes, los acuerdos se hundir¨¢n e Israel tendr¨¢ que ignorarlos parcial o totalmente y defenderse por la fuerza.
Lo s¨¦: la injusticia, la humillaci¨®n, la miseria y la p¨¦rdida que hab¨¦is sufrido y de las que son responsables tanto vuestro pueblo como el m¨ªo, todav¨ªa no han desaparecido. Pero la injusticia y las p¨¦rdidas que durante muchas d¨¦cadas nos han causado a nosotros, israel¨ªes, vuestros fan¨¢ticos e intransigentes l¨ªderes, est¨¢n hechas y tampoco se pueden deshacer. El objetivo de la paz no es borrar los sufrimientos pasados, sino evitar que los siga habiendo. Es la hora de elegir: o bien aprendemos a vivir con los traumas del pasado y a superarlos o seguimos luchando creando a¨²n m¨¢s traumas.
Desde hace medio siglo los gobiernos ¨¢rabes han utilizado a todo el pueblo palestino como un cazabombardero suicida, han enviado a vuestro pueblo al suicidio a fin de destruirnos, contemplando desde sus poltronas c¨®mo lo hac¨ªan mientras se frotaban las manos. Ahora la mayor¨ªa de los gobierno ¨¢rabes est¨¢n haciendo la paz con nosotros, sin derramar una l¨¢grima por vuestras penalidades. ?Una vez m¨¢s va a presentarse voluntario el pueblo palestino para actuar como una bomba viviente y suicidarse, esta vez en nombre del Ir¨¢n fundamentalista y sus afines?
No, amigo m¨ªo, no he olvidado el hecho de que centenares de miles de los vuestros siguen pudri¨¦ndose en miserables campos de refugiados. Ni tampoco ignoro que la autonom¨ªa palestina es menos que una naci¨®n independiente o que problemas como el de Jerusal¨¦n y el de los asentamientos jud¨ªos siguen sin resolverse y muchas de vuestras esperanzas sin realizarse. ?Pero es que alguno de vosotros puede mantener seriamente que todo se pod¨ªa haber resuelto en dos a?os o que dos a?os hubieran bastado para curar una herida infectada por no haber sido curada durante tres generaciones? ?Alguno de vosotros cree de verdad que pod¨¦is recibir sin dar o que Israel puede dar sin recibir?Dec¨ªs que Israel os ha dado muy poco. Quiz¨¢ sea as¨ª, pero el hecho cierto es que, en dos a?os, el Israel de Rabin y de Peres ha dado a los palestinos -y ha hecho por ellos- m¨¢s de lo que todo el mundo ¨¢rabe ha hecho jam¨¢s. Lo poco que los palestinos tienen ahora no se ha conseguido gracias a las armas ¨¢rabes, ni a las superpotencias, ni siquiera a la sangrienta guerra santa, sino gracias precisamente a la reducida mayor¨ªa de israel¨ªes que por fin han llegado a la conclusi¨®n de que la ocupaci¨®n militar y la eliminaci¨®n no s¨®lo son, inmorales, sino in¨²tiles.
Si el pueblo palestino niega a esos israel¨ªes estar¨¢ negando sus propias esperanzas.
Ha llegado el momento de decidir: una vacilante mayor¨ªa de israel¨ªes sigue apoyando los acuerdos de Oslo, pero incluso en el seno de esta mayor¨ªa hay algunos que empiezan a sopesar otras opciones. Ni siquiera nuestras palomas pueden soportar una situaci¨®n en la que "tierra por paz" signifique que Israel da la tierra y recibe cada vez menos paz. Algunos de nosotros estamos considerando posibilidades como la de trazar una frontera con vosotros unilateralmente, de acuerdo con nuestros intereses, desconectando totalmente a la poblaci¨®n israel¨ª de la palestina y defendi¨¦ndonos desde estas nuevas fronteras. Es impensable que Israel siga viviendo de acuerdo con sus compromisos de Oslo mientras los palestinos nos pagan con cheques caducados afirmando que os es muy dif¨ªcil anular el convenio, muy dif¨ªcil luchar contra Ham¨¢s, muy dif¨ªcil cambiar el contenido antisemita de los textos escolares, muy dif¨ªcil aislar a vuestros fan¨¢ticos.
Claro que os es dif¨ªcil, pero, desgraciadamente, a nosotros tambi¨¦n nos es dif¨ªcil que nos maten todos los d¨ªas. "No somos lo suficientemente fuertes", dec¨ªs, pero no es s¨®lo vuestra fuerza lo que ahora debe ponerse a prueba; es, ante y sobre todo, vuestro valor e integridad. ?D¨®nde est¨¢n las manifestaciones masivas palestinas contra los asesinatos y en favor de. la paz? ?D¨®nde est¨¢ el "paz ahora" palestino? ?D¨®nde vuestros intelectuales, vuestros creadores de opini¨®n p¨²blica, vuestro clero y vuestros poetas?
Si t¨² y tus amigos os qued¨¢is ahora callados, si os conform¨¢is con mascullar ambiguas condenas de los cr¨ªmenes y con expresar en privado vuestras condolencias a vuestros amigos israel¨ªes, Oslo se puede convertir pronto en una oportunidad de paz desperdiciada. Si esto ocurre, se cumplir¨¢n los negros augurios de vuestro ingeniero y nuestro doctor: Ayash y Goldstein siguen amenazando con volver del infierno cogidos de la mano y tra¨¦rnoslo a todos nosotros.
Os ha llegado el turno de levantaros y luchar por la paz. No os retras¨¦is.
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