Los protestantes se quejan del trato discriminatorio que a¨²n les da el Estado
M¨¢s de 200.000 evang¨¦licos espa?oles firman un acuerdo sobre clases de religi¨®n
El pr¨®ximo curso escolar la religi¨®n evang¨¦lica -o protestante- podr¨¢ ense?arse en las escuelas espa?olas, al mismo nivel que la cat¨®lica o la musulmana. A 450 a?os de la muerte de Lutero, hay en el mundo nos setenta millones de evang¨¦licos; en Espa?a, seg¨²n datos de 1990, son 213.000. Dado el omnipresente peso del catolicismo en la sociedad espa?ola, tienen a¨²n la sensaci¨®n de jugar fuera de casa. "Y ya ha pasado tiempo suficiente desde la Constituci¨®n como para seguir teniendo un estatuto de segunda clase", afirma su portavoz, Mariano Bl¨¢zquez.La Espa?a cat¨®lica a macha-martillo ya no existe, pero los espa?oles protestantes sufren a¨²n la resaca de una margina ci¨®n de siglos. Pas¨® la Inquisici¨®n y pas¨® la prohibici¨®n franquista, pero los protestantes es pa?oles se sienten todav¨ªa mar ginados. "La sociedad no sabe qui¨¦nes somos", dice Mariano Bl¨¢zquez, secretario ejecutivo de la Federaci¨®n de Entidades Religiosas Evang¨¦licas de Es pa?a (FEREDE). "Sufrimos una imagen deformada, que nos identifica con sectas y tele predicadores propios de EE UU. Nosotros somos europeos". Tienen unos 2.000 templos en Espa?a y, contando con simpatizantes, calculan ser unas 350.000 almas. El Estado acaba de concederles igualdad con otras con fesiones a la hora de ense?ar su religi¨®n en la escuela: el pr¨®ximo martes firmar¨¢n el convenio los ministros de Educaci¨®n y Ciencia y de Justicia e Interior, Jer¨®nimo Saavedra y Juan Alberto Belloch, respectiva mente, con el responsable del Consejo General de la Ense?anza Religiosa Evang¨¦lica, Luis Corpas, y el propio Bl¨¢zquez, y, por parte de la Comisi¨®n Isl¨¢mica de. Espa?a, Riay Tatary.
El acuerdo no ha sido coser y cantar. "Hemos estado negociando tres a?os", dice Bl¨¢zquez. "Nuestra idea es que la ense?anza,sobre temas religiosos es cosa de la familia y de la Iglesia. Lo que pasa es que, como en la Espa?a democr¨¢tica se concedi¨® el privilegio de ense?anza religiosa al catolicismo, nosotros reclamamos igualdad. Ya la tenemos y nos parece satisfactorio. La Iglesia cat¨®lica, en cambio, repite que la ense?anza religiosa es insuficiente. Es l¨®gico: mientras que nosotros vamos de nada a m¨¢s, ellos han descendido de una posici¨®n de mando a un panorama normalizado".
Acceso a subvenciones
Pero subsisten importantes de sajustes con el Estado. "Hay un avance muy lento en el funcionamiento los acuerdos de 1992", se?ala Bl¨¢zquez. "Mientras que la Iglesia cat¨®lica espa?ola no paga IVA, caso ins¨®lito en Europa, nosotros, si queremos construir un local, no recibimos ning¨²n tipo de ayuda. Queremos tener acceso a los canales p¨²blicos de subvenci¨®n, para la Obra Social Evang¨¦lica y para equipamiento, porque casi todos nuestros templos es t¨¢n en situaci¨®n inadecuada. Tenemos menos ayuda, dicho con todos los respetos, que homosexuales y prostitutas".
Los protestantes espa?oles ,ven diferencia de trato incluso en los detalles: "Pedirnos que las capillas de titularidad p¨²blica sean para todas las religiones", dice Bl¨¢zquez. "De momento, la construida para los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona, y que funcion¨® pluralmente en ese periodo, se la han queda do los cat¨®licos".
Se quejan de que tanto- su pasado como su presente son desconocidos por la sociedad espa?ola. "Seguirnos siendo los heterodoxos", dice Pedro Tarquis, portavoz de FEREDE. "O no existimos, o se nos identifica con el folclor de los telepredicadores. Nosotros abogamos por una discusi¨®n abierta de la Biblia, e incluso por que el protestantismo tenga siempre una repercusi¨®n social no religiosa. Nuestra Obra Social no tiene propaganda, pero trabaja por solventar los problemas. Al fin y al cabo, es una tradici¨®n evang¨¦lica: la Cruz Roja naci¨® por iniciativa protestante, la Alianza Evang¨¦lica pidi¨® siempre la abolici¨®n de la esclavitud, y el protestantismo espa?ol fue siempre democr¨¢tico".
"El desconocimiento tiene a veces un lado chusco", dice Bl¨¢zquez. "Una iglesia nuestra monta, por ejemplo ' , un bel¨¦n viviente en un centro municipal, y antes de autorizarnos se nos pregunta si va a haber Virgen o no. ?C¨®mo no va a haber Virgen en un bel¨¦n? Y por supuesto que nos gustar¨ªa que el Rey, igual que visita templos cat¨®licos o sinagogas o mezquitas, acudiese alguna vez a una iglesia evang¨¦lica: el pr¨ªncipe Felipe estudi¨® en EE UU en colegios evang¨¦licos, y la abuela del Rey, Victoria Eugenia, era protestante".
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