La isla del tesoro
Con el sello de Heynckes. Disposici¨®n atacante, presi¨®n ordenada, buen trato a la pelota, equilibrio para subir y bajar. El Tenerife ofrece el elegante sello de Heynckes el hombre al que a¨²n recuerdan con gratitud en San Mam¨¦s.Calent¨®n Alkorta. Los codazos de Pizzi en la disputa de balones a¨¦reos, nada escandalosos por otra parte, le sacaron de quicio. Estuvo m¨¢s de un cuarto de hora reclamando la expulsi¨®n; su entrada a Robaina, que por cierto no ten¨ªa nada que ver en el conflicto, ya merec¨ªa tarjeta roja. Es imperdonable que un jugador de su talla se descentre as¨ª. Al hacerlo, no s¨®lo expon¨ªa a su equipo a una derrota estrat¨¦gicamente peligros¨ªsima, sino que estaba anunciando a todos los delanteros de Espa?a lo desquiciable que es.
La otra expulsi¨®n. Los ¨¢rbitros son un factor de azar, sobre todo los malos. En esta temporada en que todo le sale mal al Madrid, no le pod¨ªa faltar una expulsi¨®n tan inaudita. Aunque al menos le sirvi¨® para dar una imagen de gran car¨¢cter durante media hora larga. Eso s¨ª, tampoco esta vez se pudo traer el tesoro.
Redondo-Laudrup. Los encuentros entre estos dos jugadores iluminan el f¨²tbol del Madrid. Pero esta pareja sufri¨® las consecuencias de las expulsiones, porque Arsenio siempre quiso mantener superioridad num¨¦rica atr¨¢s. Primero retras¨® a Hierro, de modo que Redondo tuvo que hacer de s¨ª mismo y tambi¨¦n de Hierro. Luego, tras la expulsi¨®n de ¨¦ste, se fue Laudrup y a Redondo se le pidi¨® durante muchos minutos que hiciera de Hierro, de Laudrup y de s¨ª mismo. Francamente, demasiado.
Robaina. Una de las apariciones interesantes en nuestro f¨²tbol. Uno m¨¢s con talento para moverse entre l¨ªneas, recibir, regatear lo justo y colocar el pase con peligro. Sus delanteros se descuidaron en el fuera de juego y eso dej¨® sin efecto muchas de sus acciones m¨¢s peligrosas, pero ello no le quita ning¨²n m¨¦rito.
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