Blaugrana
Ascolta, noi: de la noche a la ma?ana, Madrid se ha vuelto blaugrana.En la calle de G¨¦nova los futuribles se saludan con un bon d¨ªa y se despiden con un adeu. San Isidro oye misa en la iglesia de Montserrat (calle de San Bernardo). La Paloma se vuelve Moreneta. Un profesor descubre que la maja desnuda no es de Goya sino de Dal¨ª. El estanque del Retiro, perplejo, se disfraza de mar Mediterr¨¢neo. Chu-Lin se entiende con Copito de Nieve. Los monos del zoo se visten de monas de Pascua. Los callos saben a sobrasada. Los chorizos abandonan el cocido y buscan morcillas en las oficinas madrile?as de la Generalitat (calle de Montalb¨¢n, a secas, sin V¨¢zquez). Hay quien dice que tenemos cuerda para Rato; otros, que estamos ligeros de Cascos. Esto es la monda.
Maruja Torres anda desovari¨¢ndose de risa por la Castellana. Albert Pla, suponiendo a Fonolliosa, vuelve ma?ana al Foro. Serrat presenta aqu¨ª el viernes D'un temps, d'un pa¨ªs. Ricardo Solfa y Luis Carandell reinciden en su luna de miel con Santa Mar¨ªa de la Cabeza. Loles Le¨®n se santigua (si no lo veo, no lo creo). Boadella esp¨ªa a Aznar para ubucarlo. La Cubana, cegada de amor, se come el coco en la Gran V¨ªa intentando averiguar por d¨®nde van los tiros.
En Catalu?a, mientras tanto, al PP le llaman el Pep. Eso s¨ª, cari?osamente.
Tanta amabilidad se merece alg¨²n tipo de intercambio geom¨¦trico. Por ejemplo, nosotros les remitimos un paquete conteniendo a Raphael (vecino de la Villa desde que abandon¨® Miami). Y que ellos nos regalen a Serrat. Seg¨²n el or¨¢culo de Linares, el noi del poble sec es un cateto. S¨®lo puede hablar con tanta perspicacia una hipotenusa, como es el caso. Tambi¨¦n disponemos de tertulianos clarividentes, gilis de dial¨¦ctica asilvestrada y bocazas subidos perennemente al madro?o para hacer el oso.
El 9 de abril se entrevistan en Par¨ªs el Real Madrid y el Bar?a. Oficialmente hablar¨¢n de cestas; oficiosamente, de amor. Al fin y al cabo, en Par¨ªs se hacen los ni?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.