Camino del nirvana
No hubo iglesia. Mientras en Barcelona el lama Gyourm¨¦ encontr¨® cobijo en una bas¨ªlica, Madrid fue reacia a que se presentara en recinto sagrado. No hubo iglesia, aunque la Sala de Columnas del C¨ªrculo se asemejara a un templo budista. Siete tapices con im¨¢genes de Buda colgaban al fondo de un escenario que iluminaban decenas de velitas. Y cuando el lama apareci¨® llevando del brazo a su compa?ero invidente se hizo un silencio que m¨¢s parec¨ªa de sesi¨®n espiritual que musical. Aplausos, s¨®lo al final.Con el disco El canto del lama. Deseos para el despertar, los mantras tibetanos han llegado a las listas de ventas. Cinco oraciones cantadas, de las que Gyourm¨¦ y Rykiel se han negado a hacer remezclas dance, y que no hab¨ªan querido interpretar en directo salvo para la presentaci¨®n en Par¨ªs. Gyourm¨¦, ouzme o maestro de m¨²sica, se sent¨® en el suelo ante un peque?o altar y empez¨® con una de esas salmodias que repiten f¨®rmulas sagradas y buscan la transf¨®rmaci¨®n interior de quien las recita. Sin los teclados probablemente sonar¨ªan demasiado mon¨®tonas. Jean-Philippe Rykiel ejerci¨® de organista catedralicio. Y todo lo que no ve lo oye este m¨²sico, que ha dejado muestras de su refinamiento en grabaciones de Salif Keita o Youssou N'Dour.
El canto del lama
La ma Gyourm¨¦ (voz) y Jean-Philippe Rykiel (teclados y piano). C¨ªrculo de Bellas Artes. Madrid, 23 de marzo.
?Qu¨¦ hace un monje en semejante tesitura? Gyourm¨¦ estudi¨® con uno de los primeros divulgadores del budismo tibetano en Occidente y cree que ¨¦sta es una buena forma de despertar la curiosidad por esa religi¨®n o filosof¨ªa. Ya el Dalai Lama comprendi¨® hace mucho tiempo la utilidad de los medios de comunicaci¨®n para que el olvido m¨¢s absoluto no cubra con su manto la realidad de un pa¨ªs, el T¨ªbet, bajo el dominio de los chinos.
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