El nuevo presidente del Senado se compromete a reformar la C¨¢mara alta esta legislatura
Los pol¨ªticos de la escuela de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar son una p¨¢gina en blanco en la que nadie sabe qu¨¦ se va a escribir. Ayer, el desconocido y reci¨¦n elegido presidente del Senado, Juan Ignacio Barrero, hizo una declaraci¨®n de intenciones tan autonomista que dej¨® sorprendidos a todos los parlamentarios. Hubo de todo en su breve discurso. Distingui¨® entre nacionalidades y regiones. Propuso la profundizaci¨®n del desarrollo auton¨®mico y, sobre todo, se comprometi¨® a impulsar y alcanzar en esta legislatura la reforma constitucional que haga del Senado una C¨¢mara auton¨®mica.
Barrero sali¨® elegido sin ning¨²n voto en contra. Consigui¨® 238 votos a favor y 10 en blanco sobre los 248 senadores acreditados en la C¨¢mara alta. Adem¨¢s de sus compa?eros del PP (130), le apoyaron los socialistas (93) y los nacionalistas catalanes (11), vascos (6) y canarios (2). Hubo alguna indisciplina de voto, pero la disidencia vino, sobre todo, del Grupo Mixto que vot¨® mayoritariamente en blanco: IU; ERC; EA, CDN y PIL.La principal nota discordante de la jornada vino, curiosamente, de la mano del partido que en este momento negocia con el PP un pacto de gobernabilidad: Convergencia i Uni¨® (CIU). Su portavoz, Joaquim Ferrer, protest¨® porque el nuevo presidente del Senado no hab¨ªa aprovechado suficientemente el uso de las lenguas de las nacionalidades -catal¨¢n, euskera y gallego- que le otorgaba la reforma del Reglamento del Senado de 1994.
Ferrer, al no poder expresar su protesta en el pleno, lo hizo en los pasillos. A su juicio, Barrero dej¨® pasar la primera oportunidad, tras la reforma del reglamento del Senado, de hacer su exposici¨®n en las lenguas de las nacionalidades. Se limit¨®, con su acento extreme?o, a hacerlo en la despedida: Eskerrik asko, moltes gracies, moitas gracias, muchas gracias. A Ferrer le pareci¨® poco y acus¨® a Barrero de "no entender el car¨¢cter pluriling¨¹¨ªstico del Estado de las autonom¨ªas".
Tambi¨¦n se apunt¨® al cap¨ªtulo cr¨ªtico el senador socialista catal¨¢n Josep Mar¨ªa Sala, que no s¨®lo critic¨® a Barrero. Tambi¨¦n acus¨® a Jordi Pujol por haber desaprovechado la oportunidad de que un catalanista, como Joan Rigol, de Uni¨® Democr¨¢tica de Catalunya (UDC), presidiera el Senado (ayer fue elegido vicepresidente primero). Pujol se opuso a su nombramiento, al que estaba dispuesto el PP, para no dar bazas negociadoras a Aznar. Esta versi¨®n de Pujol no coincide con la de otros interlocutores que opinan que el presidente de la Generalitat soportar¨ªa mal que otro miembro de CIU estuviera en el protocolo oficial por delante de ¨¦l.
Pero no fue ese el clima dominante de la jornada de ayer. El apoyo que tuvo el nuevo presidente del Senado, del PP, fue masivo. Socialistas y nacionalistas coincid¨ªan en los pasillos que su voto a favor era un voto de confianza a una persona contra la que nada ten¨ªan que objetar, a la que apenas conoc¨ªan, a una etapa nueva y, sobre todo, a un proyecto en el que todo el Senado est¨¢ comprometido: la reforma constitucional que lo transforme en una C¨¢mara de las autonom¨ªas.
Juan Jos¨¦ Laborda, el portavoz socialista, s¨®lo objet¨® "cierta ausencia de reflexi¨®n en el discurso". Hubo alguna vacilaci¨®n en las filas socialistas antes de dar el voto positivo a causa de unas declaraciones previas de Barrero, en las que hab¨ªa expresado su pretensi¨®n de volver a pelear por la presidencia de Extremadura en las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas, tras haber perdido en las ¨²ltimas frente al socialista Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra. Para algunos, esta pretensi¨®n romp¨ªa el perfil institucional del cargo. Pero finalmente se impuso la idea de Laborda de otorgarle la confianza.
Barrero trat¨® de devolver, con un discurso complaciente, el masivo apoyo con el que inicia su andadura. Se comprometi¨®, como miembro de una comunidad pobre, Extremadura, a defender la cohesi¨®n social, "la consecuci¨®n de los equilibrios econ¨®micos b¨¢sicos y de los niveles de renta y bienestar social para todos los espa?oles cualquiera que sea su lugar de residencia".
Pero tambi¨¦n quiso satisfacer a los nacionalistas catalanes y vascos con un lenguaje nuevo en un representante del PP: "El mantenimiento de un alto nivel de cohesi¨®n social en Espa?a es perfectamente compatible con el reconocimiento y profundizaci¨®n de los hechos diferenciales y el pluralismo que se derivan de la existencia de nacionalidades y regiones que integran el Estado y la sociedad espa?ola". Su compromiso de impulsar en esta legislatura la deseada reforma constitucional que haga del Senado una C¨¢mara de las autonom¨ªas, como broche de su discurso, fue aplaudido y anotado por todos.
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