Mirar un cuadro
De nuevo se ha hecho patente una de las muchas injusticias que hay en la historia del arte. El reciente affaire relacionado con la aparici¨®n de un presunto cuadro del maestro Goya me ha hecho reflexionar sobre el concepto de valor art¨ªstico. Si nos damos cuenta, lo que se ha puesto en tela de juicio no ha sido precisamente la calidad pict¨®rica del cuadro, sino su autor¨ªa. Creo que deber¨ªamos planteamos si lo que buscamos en una obra art¨ªstica es su belleza est¨¦tica o su firma. Recurrir al autor como primera referencia ha sido siempre signo de esnobismo y de incultura art¨ªstica. Ya va siendo hora de que la cultura de este pa¨ªs refleje s¨ªntomas de madurez, por encima de tendencias, modas y t¨®picos.Podemos ahora hacernos una idea de la inmensa cantidad de obras menores de grandes autores que hoy relucen en importantes museos. Lo m¨¢s triste es pensar en las grandes obras de autores menores que, en el mejor de los casos, descansan enrolladas en oscuras y polvorientas habitaciones.-
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