Las 'vacas locas' y el plan de empleo llegan a la cumbre

Las vacas locas brit¨¢nicas llegan a la cumbre. De hecho, ya volaron el mi¨¦rcoles, cuando el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, declar¨® que la UE debe demostrar su solidaridad "en momentos dif¨ªciles" para uno de sus socios, como lo es ¨¦ste para John Major. Pero habr¨¢ m¨¢s. As¨ª lo asegur¨® ayer a EL PA?S la ministra italiana de Exteriores y presidenta en ejercicio, Susanna Agnelli, convencida de que "Major suscitar¨¢ formalmente el asunto".?Debe sorprender este cruce de asuntos terrenales con los prop¨®sitos celestiales de dise?ar la Europa del a?o 2000 que abrigan los inquilinos del Parnaso comunitario? No. La cuesti¨®n del ganado prohibido desborda lo sectorial y quintaesencia los grandes vectores de la construcci¨®n europea en este instante: la preocupaci¨®n por los ciudadanos-consumidores, el aislacionismo brit¨¢nico, las condiciones de la solidaridad financiera, la importancia de la pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n (PAC ), la prioridad del gasto al empleo o a la PAC. Todo ello cuando se inicia la CIG y poco despu¨¦s habr¨¢ que abordar la reforma de la PAC -que puede crecer monstruosamente con la ampliaci¨®n-, y las nuevas perspectivas financieras cuando se agote en 1999 el paquete Delors II de programaci¨®n plurianual.

Bajo las expectativas brit¨¢nicas de solidaridad -que Bruselas le pague media factura del eventual sacrificio parcial del ganado- y las promesas de apoyo de la Comisi¨®n y Francia, y quiz¨¢ hoy de todos, late la retranca. Unos esperan que Londres se apunte con fervor a la PAC, que hasta ahora denostaba. Otros, como los italianos, consideran sotto voce que de la eventual ayuda habr¨ªa que restar los "da?os y perjuicios" que el desastroso manejo de la crisis ha causado a toda la ganader¨ªa europea. "Si Major fuese un militante vegetariano, no lo habr¨ªa hecho mejor", afirmaban. Alguno recuerda que el cheque brit¨¢n¨ªco logrado en 1985 por Margaret Thatcher en Fontainebleau, de 2.000 millones de ecus actualmente (unos 320.000 millones de pesetas), se justificaba porque la PAC apenas beneficiaba al Reino Unido: si ya no es as¨ª, ?acaso no debe reducirse?

De modo que seguramente a lo m¨¢s que puede aspirar Major es a obtener una declaraci¨®n gen¨¦rica de apoyo de los l¨ªderes, aunque luego sus ministros breen a Londres en la letra peque?a. Ya le ser¨¢ un consuelo que digan que el futuro empieza hoy y que cuando un socio tiene un drama hay que ayudarle. Felipe Gonz¨¢lez lo har¨¢, porque Espa?a es pa¨ªs de frontera sanitaria y est¨¢, por tanto, m¨¢s sometida a peligros de epidemias. La solidaridad "es la mejor lecci¨®n que podr¨ªamos dar a un pa¨ªs euroesc¨¦ptico", manifest¨® ayer Gonz¨¢lez en Tur¨ªn.

Para m¨¢s inri, el asunto de las vacas locas se solapa con el del Plan de Confianza para el Empleo, que el presidente de la Comisi¨®n, Jacques Santer, presentar¨¢ hoy, por escrito, a la cumbre. Su idea b¨¢sica es desviar hacia las grandes redes transeuropeas investigaci¨®n y desarrollo y apoyo a las pymes -es decir, para proyectos generadores de empleo- unos 300.000 millones de pesetas, la mitad de los ahorros que se preve¨ªan en la PAC entre 1997 y 1999. Pero si las vacas orde?an las partidas sobrantes, contra lo previsto, ?habr¨¢ bastante ahorro para el plan de confianza?

Santer, que apela a los jefes de Estado para que disciplinen a sus ministros de Econom¨ªa -partidarios de devolver a los Estados todo el sobrante para reducir sus d¨¦ficit nacionales-, recibi¨® el mi¨¦rcoles el apoyo de Chirac. El franc¨¦s calific¨® de "inadmisible" que los 14 proyectos de grandes redes de transporte aprobados hace casi dos a?os "sigan inmovilizados" por falta de dinero. Toda la diplomacia francesa, entre otras, se apresta a zancadillear esa financiaci¨®n.

M¨¢s informaci¨®n en la p¨¢gina 27