El Kremlin da por saldada la deuda con empresas y funcionarios pese a que a¨²n no han cobrado
El Kremlin ha dado por saldadas las deudas contra¨ªdas con los ciudadanos que cobran de la n¨®mina del Estado. La realidad, sin embargo, indica que el grave problema de los impagos y demoras salariales, que afecta a millones de rusos, no ha sido resuelto y que el presidente Bor¨ªs Yeltsin no ha podido cumplir su promesa electoral de abonar todos los atrasos para finales de marzo, pese a las declaraciones oficiales en sentido contrario.
Alexandr Livshits, el principal asesor econ¨®mico de Yeltsin, asegur¨® el viernes que el plan para la transferencia de fondos a los presupuestos provinciales se hab¨ªa cumplido en su totalidad. Las elecciones presidenciales del 16 de junio imponen su l¨®gica al equipo econ¨®mico de Yeltsin, y, en vez de elaborar estrategias macroecon¨®micas, Livshits ha pasado semanas pegado a los tel¨¦fonos del Kremlin, fiscalizando las transferencias a las provincias e increpando a los directores de empresa con atrasos en sus n¨®minas y fondos en sus cuentas. Tras el triunfalismo de Mosc¨² se oculta una grave crisis del presupuesto del Estado, cuyos ingresos fiscales son inferiores a lo planeado. Andr¨¦i llari¨®nov, director del Instituto de An¨¢lisis Econ¨®micos de Rusia y uno de los economistas m¨¢s respetados del pa¨ªs, calcula que el nivel de recaudaci¨®n fiscal en enero 1996 fue de un 4,9% del Producto Nacional Bruto, muy lejos del 10,3% del PNB que fue la media anual 1992-1995.
Seg¨²n llari¨®nov, el monto de las deudas acumuladas ha aumentado incluso en lo que va de a?o. M¨¢s de 97.000 empresas rusas ten¨ªan deudas salariales a mediados de marzo, frente a las casi 40.000 empresas morosas de principio de enero. Los impagos estatales eran responsables de un 19, 1 % de la deuda acumulada, que a mediados de marzo supon¨ªa m¨¢s de 25 trillones de rublos.
Las n¨®minas que Mosc¨² transfiere a las provincias no necesariamente llegan a los obreros, maestros, m¨¦dicos y trabajadores que en ocasiones llevan varios meses sin cobrar. Al hacer sus promesas en febrero pasado, Yeltsin no diferenci¨® entre el sector estatal y el privado, al que pertenecen miles de ex compa?¨ªas estatales convertidas en sociedades an¨®nimas. Los l¨ªmites entre sector privado y estatal son a¨²n difusos en. la pr¨¢ctica. Los trabajadores tienen pocas posibilidades de fiscalizar a sus directores, que mayoritariamente siguen siendo los mismos de la ¨¦poca sovi¨¦tica. Estos, por su parte, tampoco pueden efeot¨²ar libremente un saneamiento empresarial. El Estado, a su vez, no paga sus pedidos e impone decisiones pol¨ªticas, como las de suministrar energ¨ªa a clientes morosos (el Ministerio de Defensa o Ucrania) o perdonar deudas (al sector agrario o ¨¢ Bielorrusia).
Verdadera mara?a
Las deudas m¨²tuas de las industrias entre s¨ª y entre las empresas y el Estado forman una verdadera mara?a, en cuyo origen est¨¢ la crisis de la producci¨®n :industrial, que sigue descendiendo. La industria no recibe las inversiones necesarias debido tanto la inestabilidad pol¨ªtica como al nivel de inflaci¨®n, que, sin embargo, ha descendido hasta un 2,8% mensual en febrero, el nivel m¨¢s bajo desde 1992.
El Estado ruso no estar¨¢ en condiciones de imponer la disciplina fiscal antes de las elecciones, seg¨²n llari¨®nov. A la disminuci¨®n de la recaudaci¨®n fiscal han contribuido las exenciones impositivas de los gastos en la operaci¨®n de Chechenia y los privilegios fiscales de algunas organizaciones como el Gazprom, el monopolio del gas ruso, y el Fondo Nacional de Deportes, dirigido por Shamil Tarp¨ªzhev, el entrenador de tenis de Yeltsin. Esta empresa deja de pagar al Tesoro entre 1.000 millones y 2.000 millones de d¨®lares anuales, seg¨²n llari¨®nov. Al endeudamiento salarial contribuyen los bancos comerciales, que utilizan las transferencias del ministerio de Finanzas para operar en bolsa.
As¨ª las cosas, las administraciones regionales carecen de fondos tanto para atender las n¨®minas de su competencia como para pagar impuestos federales.
El presidente Yeltsin ha cumplido por lo menos una promesa, la de no emitir dinero inflacionario para pagar los salarios. Las otras (sueldos, becas estudiantiles, pensiones de jubilaci¨®n, deudas con la industria militar y guerra de Chechenia), suponen 43 billones de rublos (casi nueve millones de d¨®lares 0 un 2% del PNB de este a?o), no previstos por el presupuesto, y son m¨¢s dif¨ªciles de cumplir. Ni la privatizaci¨®n ni el cr¨¦dito del FMI resuelven el problema.
Para agravar las cosas, el capital privado ruso sigue sin tener confianza en el Gobierno. Seg¨²n Izvestia, hasta 50.000 millones de d¨®lares abandonan Rusia ilegalmente cada a?o. Adem¨¢s, el capital se fuga de la econom¨ªa rusa sin salir del pa¨ªs, mediante la dolarizaci¨®n de los ahorros. Pese a la estabilizaci¨®n del rublo frente al d¨®lar, los rusos prefieren cambiarlos a la moneda norteamericana que invertirlos en el mercado de valores o depositarlos a plazo en el banco. El volumen de d¨®lares que circulan en Rusia es de 20.000 millones (con un valor superior al de los rublos en circulaci¨®n), seg¨²n estimaciones del Banco Central.
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