Una burbuja de aire, ¨²nica salvaci¨®n posible para los dos submarinistas desaparecidos
La Cueva del Agua est¨¢ situada en Cartagena, justo al lado de la carretera que bordea la bah¨ªa de Mazarr¨®n. Un lugar seductor, donde cada verano un buen n¨²mero de ni?os chapotean en sus aguas tranquilas e intensamente azules. All¨ª, en un laberinto de galer¨ªas subterr¨¢neas, desaparecieron dos guardias civiles el 29 de marzo cuando realizaban unos ejercicios. Sus familias no renuncian a la esperanza de que en alg¨²n lugar exista una burbuja de aire que les haya permitido salvarse. Nadie conoce suficientemente la cueva para saberlo.
El teniente Antonio Naranjo y el guardia Antonio S¨¢nchez L¨®pez son dos aut¨¦nticos veteranos de los Grupos Especiales de Actividades Subacu¨¢ticas (GEAS) de la Guardia Civil, una unidad de ¨¦lite, similar al GEO para servicios en el agua. El comandante Lorenzo, jefe de este grupo, explica que Naranjo y S¨¢nchez L¨®pez, con 12 y 20 a?os de experiencia respectivamente, han estado en mil situaciones dif¨ªciles, y de peligro a lo largo de su carrera. El 29 de marzo, festividad local en Cartagena por ser el Viernes de Dolores, conclu¨ªan un cursillo de reciclaje en el que participaban una treintena de geas en aguas de la bah¨ªa mazarronera. Un equipo formado por los dos guardias civiles desaparecidos, dos geas de apoyo y otros dos de auxilio, conform¨¦ a los dispositivos habituales en estos planes de trabajo, se sumergi¨® en la Cueva del Agua. All¨ª se perdi¨® el rastro de los dos guardias civiles, hoy hace nueve d¨ªas. Durante este periodo, los esforzados trabajos del medio centenar de especialistas de sus compa?eros del Centro de Buceo de la Armada (CBA) y del equipo de socorro de la Federaci¨®n Espa?ola de Espeleolog¨ªa no han logrado localizarlos.
Canto de sirenas
La Cueva del Agua es una gran desconocida. Su entrada no permite adivinar los mil y un recoveos que esconde en sus entra?as. Seg¨²n la descripci¨®n que hace Sergi Palacios, coordinador de socorro de la Federaci¨®n Espa?ola de Espeleolog¨ªa, su fuente originaria es posible que est¨¦ en un macizo monta?oso conocido como el Cabezo de la Plata. De all¨ª desciende una sima de unos doscientos metros, que origina un t¨²nel subterr¨¢neo de vinos cinco kil¨®metros hasta la costa. En este trayecto, un n¨²mero no conocido de galer¨ªas interseccionan la principal.
Miquel Romans, barcelon¨¦s y curtido espele¨®logo, hab¨ªa bajado a la Cueva del Agua cuatro veces anteriormente. Es una de as personas que mejor la conoce ahora. La entrada es majestuosa. Una gran sala de 22 metros de ancho por ocho de alto a unos 16 metros de profundidad. La escena es. atractiva. Aguas transparentes, muy azules, "un espect¨¢culo maravilloso, en las paredes calc¨¢reas hay restos minerales que brillan, blancos, oscuros y grises". Esto es un espejismo, como los cantos de sirenas que en la mitolog¨ªa cl¨¢sica seduc¨ªan a os marineros. Conforme se avanza por las galer¨ªas, las aguas v¨ªrgenes invitan a seguir adelante. Pero los submarinistas dejan tras de s¨ª la ceguera m¨¢s absoluta. Del fondo, por la acci¨®n de las aletas, suben los Iodos removidos. De las paredes y techos se desprenden barros por el simple alcance de las burbujas de los equipos de buceo. "Para entenderlo, el agua se queda igual que la leche con cacao", dice Miquel Romans. No se puede ver nada. "Con un foco de 50 vatios extendido a un metro apenas si se vislumbra un difuso resplandor".
?sa pudo ser la trampa que sorprendi¨® a los buceadores desaparecidos, y ese agua achocolatada est¨¢ siendo el gran obst¨¢culo para el rescate. Romans despeja las dudas sobre el accidente: "Cuando se produjo, nadie pod¨ªa hacer nada m¨¢s de lo que se hizo". Las dos parejas de geas que estaban en el exterior se sumergieron, cuando se rebas¨® el tiempo previsto, para rescatar a sus compa?eros desaparecidos. Siguieron la gu¨ªa e unos treinta metros, pero no encontraron nada. Desde entonces, los trabajos de b¨²squeda se han convertido en una guerra sin cuartel contra los elementos. Los qu¨ªmicos de la empresa municipal Aguas de Murcia llegaron esta semana con sus probetas y camiones cisternas para darle claridad al agua.
El director general de Aguas de Murcia, Jos¨¦ Luis Herv¨¢s, cuenta que con sulfato de aluminio y otros productos qu¨ªmicos quieren estabilizar los Iodos en suspensi¨®n. Las pruebas han dado un resultado relativamente bueno y han esclarecido algo las aguas.
El teniente Antonio Naranjo, destinado en la central de los GEAS en Madrid, y el guardia Antonio S¨¢nchez Soler, procedente de la Comandancia de Guip¨²zcoa, est¨¢n casados y tienen varios hijos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.