El largo cautiverio del due?o de Alditrans

El secuestro de Jos¨¦ Mar¨ªa Aldaya Etxeburua, de 54 a?os, se ha convertido, por un lado, en el m¨¢s largo ocurrido en Espa?a, y, por otro, en una especie de estandarte que ETA ha utilizado para recordar a los empresarios lo que les puede ocurrir si no pagan el denominado impuesto revolucionario. Fuentes de Interior sospechan que el miedo provocado por el caso Aldaya ha hecho engordar las finanzas etarras, aunque resulta imposible cuantificar en qu¨¦ medida.Aldaya, propietario de la empresa de transportes Alditrans, fue secuestrado el 8 de mayo del a?o pasado, cuando regresaba en coche a su chal¨¦ de Hondarribla (Guip¨²zcoa). Seg¨²n el comunicado oficial publicado dos semanas despu¨¦s en el diario Egin, su "arresto" fue decidido, por ETA ante su negativa a pagar el impuesto.

El 20 de mayo, unas 70.000 personas salieron a las calles de San Sebasti¨¢n para pedir la liberaci¨®n de Aldaya. Un d¨ªa m¨¢s tarde, HB respondi¨® a la movilizaci¨®n pol¨ªtica y ciudadana convocando una contramanifestaci¨®n. La primera. Luego se convirti¨® en una estrategia constante durante todo el largo secuestro, de tal forma que ETA reconocer¨ªa m¨¢s tarde que el caso Aldaya le ha servido para despertar la reacci¨®n de los grupos integrados en el Movimiento de Liberaci¨®n Nacional Vasco.

La organizaci¨®n terrorista tard¨® m¨¢s de dos meses y medio en dar pruebas fehacientes de que el industrial estaba en sus manos. Y lo hizo mediante el procedimiento habitual: la difusi¨®n de dos fotograf¨ªas del empresario en su cautiverio, lo que, seg¨²n la familia, supon¨ªa la primera comunicaci¨®n de los etarras. Sin embargo, la polic¨ªa hab¨ªa detectado ya a mediados de mayo varias llamadas telef¨®nicas a personas del entorno de Aldaya, encaminadas posiblemente a enviar mensajes antes de iniciar las negociaciones propiamente dichas.

Desde el primer momento se baraj¨® que ETA exigir¨ªa el pago de un rescate de 1.000 millones, cifra que "recomendaba" el colaborador que en su d¨ªa facilit¨® a la banda terrorista la informaci¨®n que posteriormente ser¨ªa utilizada para realizar el secuestro. Y los Aldaya, tambi¨¦n desde el primer momento, hicieron saber que su liquidez econ¨®mica no les permit¨ªa hacer frente a un pago tan desorbitado.

El 10 de julio pasado, los aduaneros interceptaron en la frontera de franco-suiza de Fernay Voltaire a un amigo de los Aldaya que ocultaba 50 millones de pesetas en su coche. Interior siempre ha mantenido que ese dinero no era parte del rescate. Pero ?qu¨¦ significaba el escrito dirigido a Aldaya que el detenido llevaba consigo? Seg¨²n declar¨® ¨¦l mismo, su Intenci¨®n era publicarlo en la secci¨®n de cartas al director de un peri¨®dico.

Las organizaciones pacifistas mantuvieron durante los meses pasados una permanente e intensa movilizaci¨®n en pro de la liberaci¨®n de Aldaya, que se concret¨® en m¨¢s de medio millar de manifestaciones y concentraciones. Pese a esta enorme presi¨®n social, el tiempo ha acabado dando la raz¨®n a los expertos policiales que vaticinaron que ¨¦ste iba a ser un secuestro "muy largo", del que ETA iba a extraer una "alta rentabilidad" propagand¨ªstica.

La viceministra de Interior, Margarita Robles, reconoci¨® a finales de enero que todos los indicios hac¨ªan temer que ETA no dejar¨ªa en libertad a Aldaya durante la campa?a electoral del 3-M. Y eso pese a que el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, dijo que "hab¨ªa o¨ªdo" que el Industrial ser¨ªa puesto en libertad en breve.

A mediados de febrero, la polic¨ªa cre¨ªa que los Aldaya hab¨ªan pagado en Francia, a trav¨¦s de intermediarios nuevos y totalmente desvinculados de la organizaci¨®n terrorista, los 100 millones de rescate previamente acordados. El empresario, seg¨²n pensaba la polic¨ªa, podr¨ªa quedar libre en los pr¨®ximos d¨ªas. Pero el tiempo fue pasando.

El caso Aldaya supuso una novedad en la actividad de ETA que no se produc¨ªa desde hace m¨¢s de 20 a?os: el secuestro de dos personas o m¨¢s a la vez. En esta ocasi¨®n, aparte del propietario de Alditrans, la organizaci¨®n terrorista mantiene cautivo desde el pasado enero a Jos¨¦ Antonio Ortega Lara, funcionario de la prisi¨®n de Logro?o.

El secuestro de Ortega, adem¨¢s, no tiene m¨®viles econ¨®micos, sino que su probable objetivo es presionar al Gobierno para que ponga fin a la pol¨ªtica de dispersi¨®n y reagrupe a los m¨¢s de 500 presos de ETA en c¨¢rceles del Pa¨ªs Vasco.

Entre algunos expertos anti-ETA se baraja la hip¨®tesis -no la certeza- de que los terroristas que secuestraron tanto a Aldaya como a Ortega no son los mismos que despu¨¦s quedaron encargados de custodiarlos. Y otra sospecha m¨¢s: el agujero construido para retener a ambos puede hallarse en la comarca de Hernani (Guip¨²zcoa).