Duraci¨®n programada
ETA ha prolongado deliberadamente el cauitiverio de Jos¨¦ Mar¨ªa Alldaya para sumar a su ofensiva general la tensi¨®n pol¨ªtica y la publicidad que le genera el secuestro, para ofrecer una imagen de inexpugnabilidad contra la que fracasa la polic¨ªa y se dividen los partidos, y para desplegar en la calle las contramanifestaciones encaminadas a silenciar al movimiento pacifista vasco. Que la organizaci¨®n terrorista no ten¨ªa prisa alguna en resolver el secuestro empez¨® ya a hacerse evidente cuando, pasados los primeros meses, y una vez se comprob¨® que la v¨ªctima no ten¨ªa la fortuna que le atribu¨ªan los fantasiosos informadores de ETA, la familia trat¨® infructuosamente de saber cu¨¢les eran las exigencias de los secuestradores. "ETA no tiene prisa, no tiene prisa en establecer los nuevos contactos, ni siquiera tiene prisa en cobrar", ha venido repiti¨¦ndose durante estos largos meses en los c¨ªrculos m¨¢s ¨ªntimos de los Aldaya.Es la primera vez que VTA ha prolongado artificiosamente el cautiverio de un secuestrado m¨¢s all¨¢ de la b¨²squeda del rescate o del objetivo inmediato, que ha instrumentalizado la p¨¦rdida de la libertad de una v¨ªctima no significada ni vinculada a conflicto alguno para sacrificarla en su juego pol¨ªtico. Sin duda, la exhibici¨®n de capacidad de mantener a su presa por tiempo indefinido ha superado con mucho el objetivo, com¨²n a la casi totalidad de sus secuestros, de hacer escarmentar en cabeza ajena a todos aqu¨¦llos que se resisten a ceder ante el chantaje econ¨®mico.
En el caso de Aldaya, lo que parece determinante es la voluntad de desafiar a la ciudadan¨ªa entera, a esos miles de personas que se han manifestado desde el primer d¨ªa exigiendo el fin de secuestro, a los activos trabajadores compa?eros de la v¨ªctima, y hasta a la propia familia, que ha sostenido con sus manos la pancarta de "Jos¨¦ Mari askatu" [Jos¨¦ Mari libre]. Es un pulso eminentemente psicol¨®gico que ETA ha querido librar contra la opini¨®n p¨²blica, las fuerzas democr¨¢ticas y los cuerpos policiales. Contra los primeros, para transmitirles que es inmune a sus presiones; contra los segundos, para evidenciar su incapacidad de llegar a un frente com¨²n; contra los terceros, para sustentar la tesis de que la v¨ªa policial resulta est¨¦ril.
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