Las reinas de la pista
Tierno y retorcido, c¨®mplice irremediable de la exageraci¨®n y por ello asociado al homosexualismo, el sentimiento camp debi¨® nacer mucho antes, pero su dec¨¢logo lo fij¨® en 1964 Susan Sontag en un c¨¦lebre ensayo, Notas sobre el camp, recogido en su libro Contra la interpretaci¨®n. La palabra inglesa ya hac¨ªa referencia, desde el incierto d¨ªa contempor¨¢neo en que empez¨® a usarse as¨ª, a los comportamientos afectados y algo raros, pero lleg¨® un momento en la vida secreta de los vocablos -mucho m¨¢s turbulenta y cambiante que la de los humanos que los usan- en que se dio por aplicar el t¨¦rmino a los homosexuales afeminados, generando despu¨¦s, inevitablemente, verbo y adjetivos que defin¨ªan los modales y el acto de ser loca estent¨®rea. En su brillante elaboraci¨®n, Sontag traspon¨ªa los gestos excesivos, subrayados o estilizados de la persona camp al terreno del arte, y de ah¨ª proviene el uso posterior, no siempre exacto, que mezcla camp con kitsch y a ambos con lo exclusivamente horrendo o pasado de gusto y de moda.Yo no s¨¦ si los ejecutivos de la casa BMG Ariola tienen a Susan Sontag cerca de su cama, como lectura para conciliar el sue?o, pero apostar¨ªa cualquier cosa a que Alaska s¨ª la ha le¨ªdo. La campa?a publicitaria televisiva y radiada con que la casa discogr¨¢fica ha lanzado el doble CD Dancing Queen juega a la ambig¨¹edad y a los gui?os de ojo de pesta?as postizas: "El disco de baile con m¨¢s ¨¦xito entre la gente que entiende... y la que no". ?Publicidad rosa? Alto ah¨ª. El se?or Antonio O?ate, director de explotaci¨®n (sic) de la discogr¨¢fica, interviene para aclarar: "Casi todas esas canciones hab¨ªan sido tomadas por el colectivo gay y por las drag queens, y por eso decidimos que la publicidad del producto no pod¨ªa obviar a los homosexuales. Pero tampoco limitarse a ellos". Yo creo que a O?ate s¨ª se le entiende todo, aunque uno sea, s¨®lo, de entendederas normalitas.
Afortunadamente, no hay que entender, ni siquiera entender de m¨²sica, para disfrutar de este delicioso producto brillantemente pensado y presentado en el que no ser¨ªa raro que, adem¨¢s de la voz, estuviese la mano inteligente de Alaska. Esa misma mano que en el texto de introducci¨®n alude al gran ¨¦xito popular que casi todas las 27 canciones recogidas tuvieron en su d¨ªa pero a?ade con perspicacia: "La mayor¨ªa ser¨¢ la primera vez que tome conciencia de que forman parte de una historia com¨²n". ?Una historia com¨²n al g¨¦nero humano a trav¨¦s de canciones disparatadas. sexy, facilonas. irresistibles. camp?
La recopilaci¨®n consiste en esas piezas que los recalcitrantes de la pista habr¨¢n bailado, casi siempre after hours, hasta caerse, y usted lector, si no es carne de discoteca ni siquiera drag queen, por lo menos habr¨¢ o¨ªdo en las radios o a un vecino alegre. Nombres m¨¢s conocidos del disco: Village People, Samantha Fox, Baccara, Boney M, con homenajes a Divine y Ru Paul y hasta a su precedente m¨¢s hist¨®rico y radical, la transexual inglesa Amanda Lear, que Dal¨ª quiso tanto. Sin olvidar lo hispano: la Embrujada de Casal y la propia Alaska en su formato dinarama con una de las canciones m¨¢s pegadizas y de mayor pegada sem¨¢ntica, A qui¨¦n le importa, un aut¨¦ntico credo del ser distinto ("me apuntan con el dedo", "mi circunstancia les insulta", "soy as¨ª y as¨ª seguir¨¦, nunca cambiar¨¦").
Para apoyar sus tesis, Sontag citaba a Wilde, un protom¨¢rtir del vivir exagerado: "Adoro los placeres sencillos, son el ¨²ltimo refugio de lo complejo". Este tipo de m¨²sica, as¨ª como otras formas de vestimenta, gestualidad, lenguaje o mitoman¨ªa adoptados por minor¨ªas que se mueven entre la fraternidad secreta y el impulso de afirmaci¨®n de su diferencia, son acompa?amientos ir¨®nicos de una manera de estar en el mundo m¨¢s insegura y fr¨¢gil de lo habitual y por ello m¨¢s consciente de los l¨ªmites donde verdad y m¨¢scara se confunden. M¨²sicas o artefactos que cumplieron en su primera vida funciones de consumo natural y obtienen despu¨¦s una segunda existencia prolongada en el reino de la ternura, la parodia y el disfraz.
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