Berlusconi: "Ser¨ªa un desperdicio que quedara en la oposici¨®n"
"Nunca he dicho que me retirar¨¦ de la pol¨ªtica si pierdo estas elecciones. Dije que, por mi experiencia, por mi capacidad de trabajo, ser¨¦ ¨²til si estoy en condiciones de gobernar de proceder a la gran reorganizaci¨®n de la Administraci¨®n p¨²blica que se requiere. Un Berlusconi, primer empresario de Italia desde el punto de vista de los resultados, ser¨ªa un desperdicio en la oposici¨®n. Digamos que ah¨ª no podr¨ªa dar lo mejor de s¨ª mismo". Silvio Berlusconi subraya su breve declaraci¨®n con una sonrisa a este corresponsal y un apret¨®n de manos.
Concluy¨® as¨ª, el pasado martes en Mil¨¢n, un intento de entrevista iniciado m¨¢s de una semana atr¨¢s en Roma, por tel¨¦fono. Al otro extremo del hilo, Paolo Bonaiutti, jefe de prensa que tiene el l¨ªder del Polo de la Libertad, responde que Berlusconi no tiene tiempo. Es el ¨²nico l¨ªder que ha planteado esta dificultad en estas elecciones.Bonaiutti propone hacer la entrevista por escrito. El acuerdo se cierra en torno a pocas preguntas escritas, con el compromiso de una entrevista personal en la que se resolver¨¢n otras cuatro o cinco cuestiones orales. Pero Berlusconi llega con el tiempo justo al lugar previsto para el encuentro.
Fue en los estudios milaneses de sus televisiones. El l¨ªder de Forza Italia y propietario de Mediaset viene cansado de Roma para grabar una entrevista con uno de sus presentadores preferidos. Sube a un camerino y pide darse una ducha. "El tiempo es suyo", le dicen, y cierra la puerta "hasta dentro de 10 minutos". En el pasillo, junto a guardaespaldas, carabineros y bellezas del espect¨¢culo, esperan este corresponsal y un colega ingl¨¦s, citado tambi¨¦n para hacer preguntas orales.
La espera se prolonga una hora. Estrellas de la casa, figuras de la televisi¨®n italiana, suben a cumplimentar al patr¨®n en su camerino. Bonaiutti pide comprensi¨®n porque ya no hay tiempo. Las preguntas se har¨¢n despu¨¦s. Berlusconi y su corte se trasladan finalmente al estudio, donde espera otro grupo nutrido de periodistas, c¨¢maras y fot¨®grafos italianos.
Mientras le preparan la silla, protesta por la par conditio, la r¨ªgida norma que otorga espacios id¨¦nticos de televisi¨®n a todos los partidos que se disputan el voto. Comienza la grabaci¨®n de la entrevista.
El l¨ªder de Forza Italia asegura que, si llega al Gobierno, utilizar¨¢ el derecho de veto de Italia para imponer la reforma de los criterios del Tratado de Maastricht. Y recuerda que los comunistas cerraron las iglesias y las escuelas cat¨®licas donde gobernaron". Es el tema de la primera pregunta escrita planteada por este diario.
Pregunta. ?Piensa que un gobierno del Olivo presidido por el Romano Prodi o por Lamberto Dini pondr¨ªa en peligro la democracia?
Respuesta. Los riesgos para la democracia en Italia no proceden tanto de un gobierno presidido por Prodi o por Dini, sina del hecho de que detr¨¢s de cualquiera de ellos entrar¨ªan en el puente de mando los herederos del viejo partido comunista que hoy se disfrazan de liberales. Durante 25 a?os, el Partido Comunista Italiano infiltr¨® personas de confianza en la magistratura, en la escuela, en la informaci¨®n. Los resultados, son visibles: una parte muy concreta de la magistratura y de la escuela est¨¢n impregnadas de cultura marxista, al menos un tercio de los periodistas tiene la cultura del Partido Democr¨¢tico de la Izquierda. La combinaci¨®n de un gobierno de centro-izquierda y de instituciones dominadas por la izquierda amenaza, ?a medio plazo, con ser fatal, si no para la democracia formal, si para la libertad.
Confusi¨®n
P. ?Le parece antidemocr¨¢tica esta campa?a electoral?R. La par conditio, impuesta por decreto por el Gobierno de Dini, ha desbordado esta campa?a, que en muchos casos tiende a confundir m¨¢s que a aclarar las ideas de los italianos. La televisi¨®n p¨²blica, que ha transformado todas las transmisiones electorales en duelos destinados m¨¢s a servir de espect¨¢culo que a permitir que los l¨ªderes expongan sus programas, ha hecho el resto. Muchos electores tienen la impresi¨®n de que no hay gran diferencia entre los programas del Polo y del Olivo, cuando la realidad es que la ¨²nica cosa en com¨²n es el abismo que nos separa. Nosotros representamos un modelo basado en la libertad y el desarrollo. Ellos, un modelo estatalista y asistencial.
P. ?Qu¨¦ es lo primero que har¨ªa para tranquilizar a los mercados si fuera elegido?
R. Los mercados piden a Italia una cosa precisa: estabilidad. Espero, por ello, que la primera respuesta, la m¨¢s importante, pueda venir precisamente del resultado electoral del 21 de abril. Por lo dem¨¢s, creo que para que los mercados se tranquilicen basta que lean el programa del Polo. Contiene la receta para sanear las cuentas del Estado sin sofocar la econom¨ªa con la cl¨¢sica sucesi¨®n de medidas urgentes que han caracterizado los ¨²ltimos 20 a?os de la Rep¨²blica. En lugar de seguir creando nuevos impuestos, nos proponemos sustancialmente dos cosas. En primer lugar, liberar las inmensas energ¨ªas de nuestro pa¨ªs, simplificando leyes y reglamentos y flexibilizando el mercado de trabajo, de manera que nuestros cinco millones de empresarios puedan desarrollar sus empresas sin la obsesi¨®n de la rigidez sindical; en segundo lugar, reducir en el plazo m¨¢s breve el gasto p¨²blico, que incluye casi 7.000 cap¨ªtulos que siguen enmascarando el despilfarro de decenas de billones de liras. Quiero subrayar que nuestros aliados de Alianza Nacional aceptan plenamente este programa neoliberal y que todas las insinuaciones sobre la existencia de profundas diferencias entre nosotros en materia de pol¨ªtica econ¨®mica son el fruto de una campana de calumnias y de insinuaciones.
En el estudio televisivo de Mil¨¢n el tiempo ha volado. Apenas queda espacio mas que para el apret¨®n de manos. ?Espera ganar las elecciones?, es la ¨²ltima pregunta a bocajarro. "Yo tengo confianza. Los sondeos que tenemos nos dan la victoria, pero hay una cuota grande de indecisos que pueden cambiar este resultado", responde Berlusconi. Y se encamina hacia una cena con empresarios a la que llegar¨¢ tambi¨¦n con considerable retraso.
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