Un matem¨¢tico lee el peri¨®dico
John Allen Paulos, nacido en Denver, -doctor en Matem¨¢ticas por la Universidad de Wisconsin y actual rector de la de Temple en Philadelphia, ha publicado en, editorial Tusquets un libro titulado Un matem¨¢tico lee el peri¨®dico donde mantiene que con frecuencia las intenciones del personaje noticioso se convierten en parte de la noticia y advierte tambi¨¦n que el papel desempe?ado por el periodista en el proceso informativo deja, en ocasiones de manera muy perceptible, su impronta en la noticia. Aqu¨ª los m¨¢s aplicados ya estaban prevenidos por aquel enunciado de Heisenberg mencionado en d¨ªas anteriores seg¨²n el cual "no conocemos la realidad sino la realidad sometida a nuestra manera de interrogarla". Tambi¨¦n sab¨ªan lo que la F¨ªsica ense?a sobre la interacci¨®n que se produce entre el fen¨®meno observado y el instrumento de observaci¨®n.Persuadido de ello, Vicente Zabala sosten¨ªa que los cr¨ªticos taurinos deb¨ªan abstenerse de cualquier trat¨® con los diestros y propugnaba el mantenimiento de la distancia cr¨ªtica desde su localidad en el tendido para enjuiciar la labor de los espadas. Ten¨ªa comprobado que quienes se pasaban el invierno en las fincas de los ganaderos y se convert¨ªan en habituales de los tentaderos con las figuras luego, embotados por las amistad, llenaban sus cr¨®nicas de eufemismos para encubrir con piedad el desacierto en los ruedos. De ese mismo parecer y proceder fue el f¨²ndador del diario Le Monde, Hubert Beyve-M¨¦ry, que limit¨® de manera dr¨¢stica su vida social para preservar al m¨¢ximo su libertad de juicio.
Aqu¨ª, en el ruedo ib¨¦rico, los sobresaltos de la Transici¨®n forjaron un frente com¨²n de pol¨ªticos y periodistas en favor de las libertades y contra los golpistas. Fueron esas circunstancias y otros desconciertos surgidos de la falta de costumbre los que impulsaron el amontonamiento de. periodistas y pol¨ªticos en los pasillos del Congreso de los Diputados. Era visible la p¨¦rdida de distancia f¨ªsica, de la que se sigui¨® en seguida la p¨¦rdida de distancia, gramatical, con el abandono del usted y del uso de las tercera persona en favor del tuteo. Empezaba la degradaci¨®n hacia el conchabamiento, el compadreo y la amplificaci¨®n de las interferencias perturbadoras y se abr¨ªa el camino de los malos entendidos. Luis Carandell intent¨® poner coto a tantos desmanes promoviendo el club del usted para recuperar as¨ª la distancia cr¨ªtica que devolviera a cada uno a su lugar pero su ¨¦xito fue muy limitado y lleg¨® un momento en que al propio presidente del Gobierno Adolfo Su¨¢rez le interrogaba de t¨² el ¨²ltimo de los improvisados periodistas que le interrump¨ªa alcachofa en ristre en los pasillo del Palacio de la Carrera de San Jer¨®nimo.
Ajeno a estos detalles y a otras pr¨¢cticas caracter¨ªsticas de los abor¨ªgenes, concluye nuestro autor arriba citado, John Allen Paulos que, cuando se omiten los datos cr¨ªticos sobre el papel del periodista en la informaci¨®n, "nos faltan muchas indicaciones sobre c¨®mo. y qui¨¦n decide qu¨¦: asuntos ser¨¢n difundidos en forma de noticia". As¨ª las cosas se imponen recomendar la lectura preventiva de aquel Manual de autoprotecci¨®n contra la manipulaci¨®n comunicativa que hace a?os tradujo del alem¨¢n la editorial Gustavo Gili. Mientras tanto seguimos at¨®nitos la pugna de El Mundo y Abc a prop¨®sito, por ejemplo, del general Rodr¨ªguez Galindo en quien el primero de los diarios citados tiene depositadas todas sus adversidades y el segundo, todas sus complacencias. Cada informaci¨®n de Pedro Zola sobre el GAL verde es terminantemente desmentida en la edici¨®n de esa misma fecha por Luis Mar¨ªa Ans¨®n, y cada uno de estos desmentidos es presentado por Jotapedro como el culmen de la manipulaci¨®n por su fraternal colega de la AEPI, eso s¨ª, sin que en ning¨²n caso se mencione la cabecera ni el director del que se discrepa al que se prefiere suponer sorprendido en su buena fe por los reporteros de investigaci¨®n que obtienen las declaraciones m¨¢s trepidantes mediante la acreditada t¨¦cnica del soborno. Luego un periodista de radio permanentemente elogiado en las caras de la noticia" al que se encomia como el m¨¢s escuchado en la franja horaria en la que se emite su programa procede a publicar en un libro las tarifas de Rafael-Ans¨®n y todo queda en una carta de excusas mientras el volumen con la "falacia" incluida sigue circulando como un ¨¦xito editorial. El caso merece alguna reflexi¨®n porque Ans¨®n es asiduo de COPE y merec¨ªa ser consultado antes.
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