El Cabrero sigue siendo un favorito del publico
El mejor taranto fue el bailado, con una Yerbabuena que siempre da calidad a lo que hace. Y ello pese a que lo trufara en exceso del ritmo de tangos, que yo no s¨¦ por qu¨¦ ahora cuando bailan el taranto lo hacen casi siempre con la apoyatura del tango. Eva marc¨® bien las diferencias entre los dos g¨¦neros -uno lento, solemne y dram¨¢tico, transido de emoci¨®n, el otro lleno de viveza y alegr¨ªa- y supo dar a cada uno de ellos el acento justo que requieren. Gran bailaora, sensible y d¨²ctil.El cante trajo una presencia in¨¦dita en Madrid: Roc¨ªo Segura, una adolescente de 16 a?os en quien los aficionados almeriense tienen puestas todas sus esperanzas; conf¨ªan en que ella pueda convertirse en la gran figura del cante que Almer¨ªa nunca ha tenido; esta chiquilla tiene voz y facultades, tiene inter¨¦s, pero habr¨¢ que esperar a ver c¨®mo evoluciona, porque la madurez en el cante exige un tiempo. La madurez que ya acredita sobradamente Miguel Poveda, cada d¨ªa m¨¢s hecho y con un sentido de lo jondo ortodoxo y por todos conceptos admirable; su cante por ton¨¢s fue armonioso y bell¨ªsimo, llev¨¢ndolo el cantaor con extremado acento y sin aspereza alguna pese a la dificultad de no tener acompa?amiento de guitarra.
VII Festival Flamenco por Tarantos
Cante: Roc¨ªo Segura, Miguel Poveda, El Yunque, El Cabrero. Toque: Ni?o Josele, Jes¨²s de Rosario, Juan Carmona Habichuela, Paco del Gastor. Baile: Eva La Yerbabuena, con Paco Jarana (guitarra) y Enrique Soto y Enrique El Extreme?o (cante).Colegio Mayor San Juan Evangelista, 27 de abril.
Los veteranos tuvieron tambi¨¦n una noche de ¨¦xito. El gitano madrile?o Ricardo Losado. El Yunque cant¨® con autoridad y conocimiento, brillando especialmente en las soleares, con el acompa?amiento privilegiado del maestro Juan Habichuela, quien acredit¨® seguir en plena posesi¨®n de ese toque hermoso, dulce y acariciador, que le es peculiar.
En cuanto a El Cabrero, sigue siendo un favorito del p¨²blico, si atendemos a las ovaciones que se le prodigaron; cant¨® bien, singularmente por siguiriyas, por soleares, por martinetes, es decir, los palos de mayor respeto, aunque en algunas partes tanto ¨¦l como el del Gastor precipitaran el ritmo.
Pero es indudable que este hombre con cierto aspecto de rudeza y su particular filosof¨ªa de la vida, cuenta con una especial facilidad para conectar con su p¨²blico y encauzar hacia ¨¦l una corriente de simpat¨ªa.
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