Madrid no tiene instalaciones para eliminar la droga aprehendida por la polic¨ªa
Los sue?os frustrados de decenas de narcos, materializados en cientos de kilos de hero¨ªna, coca¨ªna y hach¨ªs de la m¨¢xima pureza, se amontonan en Madrid sin lugar adonde ir. Tras el cierre el pasado 19 de diciembre de la incineradora de restos animales de Valdeming¨¢mez, el Ayuntamiento de Madrid, hasta ahora encargado de la quema, ha dejado de eliminar la droga. Y, de momento, no hay sustituto. El resultado ha sido que la c¨¢mara acorazada del Servicio de Inspecci¨®n de Farmacia, donde se almacena el material hasta la incineraci¨®n, est¨¢ repleta y no caben caben m¨¢s incautaciones. Se trata de un dep¨®sito multimillonarlo. Por ejemplo, s¨®lo la droga requisada por la Guardia Civil en lo que va de a?o en el aeropuerto de Barajas -306 kilos- tiene un valor en la calle superior a los 3.000 millones de pesetas.
Ante este bloqueo, los responsables de la Direcci¨®n General de Farmacia han puesto el grito en el cielo. "Desde que nos han denegado las quemas, no cabe m¨¢s droga en la c¨¢mara, y tenemos que buscar huecos", coment¨® un alto cargo de Farmacia. "Si. han cerrado la incineradora de animales, pedimos al Ayuntamiento que nos deje quemar en la planta central de Valdeming¨®mez. Es el m¨¦todo que recomienda la ONU", indic¨® otro responsable de Farmacia, para quien la instalaci¨®n municipal posee el horno adecuado, ya que supera los 500 grados de temperatura. Desde el Ayuntamiento se se?ala que el cierre de la incineradora de restos animales ha sido debido a su mal estado. "Desde que la apagamos ya no nos ocupamos de la quema de droga, eso corresponder¨¢ ahora a Farmacia", afirm¨® el jefe de la Secci¨®n de Residuos S¨®lidos del Ayuntamiento, Juan Manuel Fontoira.
La situaci¨®n ha sido acogida con sorpresa en c¨ªrculos policiales, donde se considera que se trata de una batalla entre administraciones. "Hombre, aqu¨ª, hace ya algunos a?os, llegamos a quemar droga en Canillas [centro policial] en un solar y con el juez delante", se?al¨®.Una historia que se repite
?sta no es la primera ocasi¨®n en que se registra un problema de este tipo. Desde diciembre de 1992 a principios de 1994, el Ayuntamiento se neg¨® por motivos ambientales a permitir que la droga fuese destruida en Valdeming¨®mez, la ¨²nica instalaci¨®n de la Comunidad que reun¨ªa las condiciones necesarias. Este cerrojazo en la estaci¨®n de t¨¦rmino de las capturas de droga caus¨® otro tap¨®n en la c¨¢mara acorazada. Uno de los efectos fue que el mayor alijo de coca¨ªna incautado en los ¨²ltimos a?os -138 kilos- quedase durante meses en una habitaci¨®n de la sede de la Brigada Provincial de Polic¨ªa Judicial. La llave de la habitaci¨®n la llev¨® en su bolsillo, d¨ªa y noche, el jefe de la Secci¨®n de Estupefacientes.
En aquella ocasi¨®n, el Ayuntamiento, antes de ceder la incineradora, solicit¨® un estudio que demostrase la inocuidad ambiental de la quema de drogas. Farmacia aport¨® uno del catedr¨¢tico de Farmacolog¨ªa General y Aplicada de la Universidad Complutense, ?ngel Mar¨ªa Villar, que se?alaba que "la incineraci¨®n de drogas no constituye materia normal de contaminaci¨®n, ya que, de hecho, son productos naturales de origen vegetal".
El abandono de la clandestinidad
El abandono de la clandestinidad de la droga discurre por un camino vigilado. Una vez que la Polic¨ªa Nacional o la Guardia Civil se han incautado del material, lo trasladan -en coche o furgoneta, seg¨²n la cantidad- a unas dependencias secretas del Servicio de Inspecci¨®n de Farmacia, situadas en la capital. En el despacho de recogida de decomisos, abierto de 9.30 a 12.00, la polic¨ªa entrega un oficio con la cantidad incautada. Los especialistas pasan a analizar la droga y, delante de un agente, la pesan en una balanza de precisi¨®n, homologada.La cantidad se plasma en un escrito rubricado por un t¨¦cnico farmac¨¦utico y un polic¨ªa. Acto seguido se guarda una muestra probatoria del delito para el juzgado. Como colof¨®n se almacena en un dep¨®sito: una c¨¢mara acorazada custodiada por un vigilante. All¨ª duerme la droga incautada hasta que se autoriza judicialmente su quema. La incineraci¨®n tambi¨¦n ser¨¢ custodiada por un agente.
En Madrid, sin embargo, el material del que est¨¢n hechos muchos sue?os lleva desde el pasado 19 de diciembre sin ver las llamas ni de lejos.
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