Guinea

Me entero por una noticia de EL PA?S de que la compa?¨ªa petrol¨ªfera estadounidense Mobil tiene montado un chiringuito despampanante en Guinea Ecuatorial. Recordemos que esta Guinea es un pa¨ªs paup¨¦rrimo y sometido a la ferocidad tirana de Obiang. Pues bien, la Mobil saca petr¨®leo de all¨ª, pero el pago de la explotaci¨®n no llega al presupuesto nacional guineano, sino que se lo quedan Obiang y sus parientes. Es todo tan escandalosamente irregular que Mobil costea la Embajada de Guinea en Washington. Los de la compa?¨ªa estadounidense deben de estar encantados con Obiang: ah¨ª es nada, poder disponer de todo un pa¨ªs africano como si fuera una finquita propia.Estos datos ven¨ªan en una carta que representantes del PSOE, PP, IU, CC OO, UGT y varias ONG han enviado a Mobil. En ella ped¨ªan a la compa?¨ªa que no apoyara al r¨¦gimen de Obiang con "campa?as de prensa". Es una observaci¨®n aguda, porque hoy el poder pasa, m¨¢s que nunca, por el control de la informaci¨®n. El Informe McBride sobre comunicaci¨®n que la Unesco public¨® en 1980 (y que caus¨® un enfrentamiento con Estados Unidos) dec¨ªa que la informaci¨®n mundial era deformada y manipulada seg¨²n dos grandes ejes: el de la agencia Tass y el bloque sovi¨¦tico, y el de las agencias norteamericanas y el bloque occidental. Hoy el monopolio ruso se ha hecho trizas, pero aparte de eso supongo que la informaci¨®n la siguen ama?ando los de siempre: los Gobiernos, las empresas y las instituciones que pueden costearse una buena campa?a de propaganda. Desde luego, esta noticia de EL PA?S era verdaderamente microsc¨®pica: y s¨®lo la vi en este peri¨®dico. O sea, que hoy el poder de las empresas como Mobil se calcula no s¨®lo en ¨¦l mangoneo de un pa¨ªs africano, sino en que adem¨¢s quedan la mar de bien en sus anuncios.