Qu¨¦ lengua
Sondea, que algo queda. Las encuestas nos lo confirman, por si acaso nuestro esp¨ªritu a secas no fuese suficiente bar¨®metro: ya no estamos crispados, hay incluso optimismo, y hasta los m¨¢s intransigentes, qu¨¦ digo, los m¨¢s intransitivos al PP empiezan a hablar de la Segunda Transici¨®n. Pujol roza el 5 jugando fuera, en el campo de Espa?a, sube Aznar m¨¢s de un punto, aunque a¨²n su temperatura no llegue a esa zona de fervor febril, la situaci¨®n en casa resulta m¨¢s pasable; el pa¨ªs amanece, y no nos vamos. Pero como somos tambi¨¦n un pueblo muy teatral, Y muy peliculero, una gran parte de la relajaci¨®n actual se debe al espect¨¢culo. Y es que nuestros l¨ªderes, hombres y mujeres p¨²blicos, ayudados por algunas cadenas, privadas, nos han acostumbrado en los a?os de la Primera Crispaci¨®n a tal dosis de intriga y estrago, de abismo, corrupci¨®n, farsa y astracanada, que ahora ya estamos todos un poquito viciados y pedimos m¨¢s. Yo, por ejemplo, una vez saboreadas las mieles del pacto, he estado muy ansioso estos d¨ªas con eso del recorte que, siguiendo las tesis del monetarismo, ha resultado en una an¨¢liasis de 200.000 millones de pesetas. Mi temor era que en esa ascesis liberal, cercenaran ¨®rganos vitales, si no por su utilidad administrativa al menos por la sonoridad de su nombre. La sangre no ha llegado al r¨ªo, y sigue inc¨®lume mi ¨®rgano favorito, la Secretar¨ªa de Estado de Comercio y Pymes, si bien ignoro el destino que haya podido tener la de Turismo y Dyretes.
En Cultura corren ya muchos chistes sobre su aguile?a ministra de dos cabezas, pero no se andan con bromas. El nuevo secretario de Estado, Miguel ?ngel Cort¨¦s, nos ha tranquilizado anunciando que no se suprime ninguna de sus cinco direcciones generales, aunque lo mismo llega luego a su magro presupuesto el t¨ªo Rato con la rebaja. Lo que s¨ª sabemos es que Vargas Llosa nos hizo caso y prefiere seguir en su noble papel de escribidor antes que en el de director, por muy general que sea, del Instituto Cervantes, al que no le van a faltar candidatos ilustres. ?No se le ha ocurrido a¨²n a nadie ofrec¨¦rselo a Cela o a Umbral, bic¨¦falo el primero (tiene en sus vitrinas las cabezas de Alfred Nobel y Miguel de Cervantes), fal¨®crata el segundo (as¨ª fue tildado por las feministas en su d¨ªa, aunque ¨¦l prefiri¨® dar la vuelta a la palabra y presentarse como un ¨¢crata del falo). Ambos rezuman espa?olismo por los cuatro costados, desempe?aron juventud trabajos de colaboraci¨®n, pol¨ªtica el primero, period¨ªstica el segundo, con el antiguo r¨¦gimen, y son qu¨¦ duda cabe -si leemos la prensa- escritores de raza, pr¨ªncipes del idioma, se?ores de una prosa de oro. Defendiendo los intereses de su lengua ninguno de los dos se quedar¨ªa manco.
Pero dej¨¦monos de vanidades, ya que hay, en medio de la faramalla, una disputa seria que afecta al Instituto Cervantes y nos afecta a todos: la lucha entre el ministerio bic¨¦falo y el de Asuntos Exteriores por qued¨¢rselo. Esperanza Aguirre arguye que siendo ella titular de, Cultura y Educaci¨®n tiene mayor¨ªa de m¨¦ritos para que le toque a ella (el Instituto depend¨ªa hasta ahora de tres ministerios, Educaci¨®n, Cultura y Asuntos Exteriores). A lo cual responde Matutes con el argumento de que siendo el suyo el organismo estatal que representa nuestros pa¨ªses en el exterior l¨®gico es que tambi¨¦n esa parcela de la difusi¨®n cultural le corresponda. Ah¨ª est¨¢ precisamente el detalle. Los institutos Cervantes repartidos por el mundo, sucesores de los antiguos Institutos de Espa?a, que conozco bien, no s¨®lo de participar en actos en varios de ellos sino por haber sido profesor en el de Londres cinco anos, siguen concebidos como sedes de representaci¨®n, controladas en su mayor¨ªa por funcionarios que entienden la acci¨®n cultural como un fen¨®meno de pompa, prestigio diplom¨¢tico o astucia tur¨ªstica. La ¨²nica forma de que esa imponente m¨¢quina escacharrada deje definitivamente de ser una academia de ense?anza de la lengua donde los mi¨¦rcoles por la tarde. un guitarrista con patillas interpreta piezas del maestro Rodrigo con la promesa posterior de un pincho de tortilla, es eliminando su r¨¦mora corporativa y funcionarial y poniendo al frente a personas -en algunas sedes ya existen, o subsisten, no sin dificultades- menos representativas y m¨¢s activas en el campo de debate y la verdadera vitalidad cultural.
En mi opini¨®n, esa encomienda le corresponde al Ministerio de Cultura, aunque espero que el traspaso se haga pronto, antes de que a la ministra Aguirre le caigan encima m¨¢s chistes. ?Ser¨¢n ciertos o parte de una conspiraci¨®n Judeo-machista? A m¨ª me han contando ¨¦ste. D¨ªas antes de su nombramiento, siendo teniente de alcalde, fue invitada a comer a la Universidad Aut¨®noma de Madrid donde, despu¨¦s de causar alguna tensi¨®n por su radicalismo liberal, le fueron presentando a los comensales. Al llegar al vicerrector encargado del Acceso a la Universidad, se le ilumin¨® la cara: "A usted s¨ª le felicito, porque he visto que la entrada al rectorado estaba muy cuidada, limp¨ªsima".
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