El "caso Calvi¨¤" cerca al PP balear

El caso Calvi¨¤ ha resucitado en el plano judicial en un momento inoportuno para el Partido Popular. El ya juzgado intento de sobornar, con 100 millones de pesetas, a un concejal socialista para cambiar la alcald¨ªa del rico municipio mallorqu¨ªn de Calvi¨¤ del PSOE al PP fue cometido por dos militantes populares en 1992.Cuatro a?os despu¨¦s, uno de los condenados y el beneficiario de la trama, el alcaldable del PP, acusan a la direcci¨®n balear de su partido y, en concreto, al ex consejero y ex diputado nacional Francisco Gijet de dirigir y autorizar su juego de tinte mafioso.

Este esc¨¢ndalo reabierto es un ejemplo de corrupci¨®n y delincuencia pol¨ªtica en Mallorca, una pr¨¢ctica caciquil en aguas sucias. Fue una operaci¨®n programada para destruir el equilibrio resultante de las urnas, agredir a la soberan¨ªa de los ciudadanos en una instituci¨®n democr¨¢tica y, luego, maquinar negocios y tr¨¢ficos particulares en un t¨¦rmino con excepcionales intereses inmobiliarios. Calvi¨¤ es la Marbella de Mallorca, con m¨¢s playas y m¨¢s votos al PSOE.

Son palabras de jueces, fiscales y juristas las que construyen la descripci¨®n sin presunciones. El caso Calvi¨¤ cre¨® jurisprudencia, ya que cuenta con hechos probados y sentencias de la Audiencia de Baleares, en 1993, y del Tribunal Supremo, en 1994. Dos militantes populares, que fueron expulsados del partido, y un comisionista con antecedentes por estafa y narcotr¨¢fico fueron condenados a penas de cuatro a seis meses de arresto y 100 millones de pesetas de multa, respectivamente. El PP, judicialmente, qued¨® al margen.

La inevitable ejecuci¨®n de la sanci¨®n hizo aparecer un arrepentido, que ha tirado de la manta y ha descubierto las caras de los posibles inductores o protectores del soborno en el PP y el Gobierno balear. Andr¨¦s Bordoy, que era vicepresidente del PP de Calvi¨¤, dibuj¨® y dio nombres a la trama oculta. Entreg¨® al mismo juez instructor, Jos¨¦ Castro, un documento comprometedor, el escrito de asunci¨®n de responsabilidades econ¨®micas que le firm¨®, tras la sentencia del Supremo, Eduardo Vellibre, que era un alto cargo del Gobierno balear y presidente del PP de Calvi¨¤ y que, ante todo, habr¨ªa sido alcaldable de Calvi¨¤ si se hubiera consumado el soborno y la moci¨®n de censura.

El PP no le abon¨® la multa y, en plena presi¨®n preelectoral, Bordoy explic¨® al juez quienes eran las "personas no cumplidamente acreditadas". Francisco Gilet, mano derecha durante un decenio del ex presidente balear y popular Gabriel Ca?ellas, ha sido aludido como cerebro, urdidor o avalador, desde su despacho oficial, del caso Calvi¨¤.

El magistrado dej¨® pasar la campa?a del 3-M. Vellibre ya ha declarado como imputado durante tres jornadas y ha confirmado en buena parte las acusaciones de Bordoy. El ex alcaldable pag¨®, bajo amenazas o chantajes de Bordoy, seg¨²n dice, tres de los 100 millones de pesetas de multa que se le inpuso. Explic¨® Vellibre que Ca?ellas le llam¨® "tonto" y le abronc¨® en 1994 por haber firmado el papel a Bordoy y haberse dejado grabar conversaciones. El juez le pregunt¨® si Ca?ellas le efectu¨® alg¨²n reproche de car¨¢cter moral o ¨¦tico. "No", contest¨®.

"Vellibre, tienes un problema", le espet¨® Ca?ellas desmarc¨¢ndose de un asunto con el que, desde un principio la acusaci¨®n particular le relaciona. "Me es igual" ("Me'n fot"), dijo ya el ex mandatario balear el mismo d¨ªa que el PSOE denunci¨® el caso Calvi¨¤ con las cintas que su concejal hab¨ªa grabado a los dos militantes del PP, mientras reiteradamente le promet¨ªan el oro y el moro, en enero de 1992.

Gilet fue exculpado en la primera instrucci¨®n. Ahora niega en redondo las acusaciones de su ex colaborador Vellibre y de Bordoy. El empresario y amigo de Gilet Jos¨¦ Mar¨ªa M¨¢rquez ha sido se?alado con pocas concreciones como supuesto financiador del soborno.

En Calvi¨¤, el PSOE ide¨® una macrourbanizaci¨®n elitista, que requer¨ªa una inversi¨®n de 100.000 millones de pesetas. El PP bloque¨® y descalific¨® el proyecto, pero en el trasfondo del caso Calvi¨¤ anidan esta operaci¨®n y otras especulativas.

El ex consejero Gilet declarar¨¢ ma?ana, martes, como imputado tras intentar apartar al juez de la instrucci¨®n del caso reivindicando su condici¨®n de aforado porque era diputado del Congreso cuando se produjeron los hechos investigados.

La direcci¨®n del PP arrastra en silencio esta historia desde hace cuatro a?os. Posiblemente, conocedores de las posibles complicaciones del caso Calvi¨¤, los dirigentes populares en Palma y Madrid descabalgaron a Gilet de la cabecera de la lista al Congreso de los Diputados en las pasadas elecciones.

El acusador Bordoy hab¨ªa exhibido cintas y cartas por doquier. Visit¨® la sede nacional del PP, escribi¨® cartas a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, remiti¨® cintas complicadas y se entrevist¨®, en Cuba, con el sucesor de Ca?ellas en el Gobierno balear, Crist¨°fol Soler, que tuvo que declarar ante el juez Castro como testigo. La nueva instrucci¨®n sumarial s¨®lo se puede centrar en averiguar nuevos supuestos hechos delictivos todav¨ªa no juzgados sobre los autores ocultos o posibles inductores del soborno.

El caso Calvi¨¤ alborota m¨¢s, si cabe, el clima de crisis de liderazgo e inestabilidad interna en que est¨¢ sumido el PP de Baleares desde julio de 1995, cuando Aznar oblig¨® a dimitir a Ca?ellas como una manera de exigirle responsabilidades pol¨ªticas por el caso S¨®ller, otra causa abierta en los juzgados de Mallorca por presunto cobro de comisiones ?legales en la concesi¨®n de un t¨²nel.

La opini¨®n p¨²blica tratar¨¢ con mayor rigor que la justicia la reprobaci¨®n del caso, dec¨ªa la primera sentencia. El caso Calvi¨¤ fue una acci¨®n con f¨¢bulas de negocios enormes y comisiones fant¨¢sticas. Es un complejo watergate mediterr¨¢neo, seg¨²n expresi¨®n del fiscal, en el que hay cintas del soborno, grabaciones del sobornador con sus amigos, pagos de favores con contratos, hombres con malet¨ªn, emisarios delincuentes y pol¨ªticos tradicionales a sueldo de patronos.