iViva Topor!
Se entiende que Gustavo Villapalos haya decidido detener el proyecto del Leguid¨² tras la experiencia del Partido Popular en Pozuelo de Alarc¨®n con el libro de Roland Topor. La cultura es muy peligrosa. Empieza uno a subvencionarla por filantrop¨ªa, como el que echa miguitas de pan a los pobres y de s¨²bito un pobre sale del conjunto y te arranca la mano de un mordisco. Es lo que ha pasado en Pozuelo de Alarc¨®n, donde, uno de los ayuntamientos m¨¢s ricos de la regi¨®n edit¨® un libro de Roland Topor sin saber qui¨¦n era este se?or y lo almacen¨® en sus s¨®tanos.Los s¨®tanos de todos los ayuntamientos est¨¢n llenos de libros sin distribuir que se publicaron con el objeto de gastar y esperan su ocasi¨®n, como ratas, para salir a la superficie y comerse a sus beneficiarios. El de Topor s¨®lo estaba prisionero desde agosto del 95, pero ten¨ªa un car¨¢cter especialmente virulento, de forma que nada m¨¢s emerger mordi¨® con sa?a las manos que le hab¨ªan tra¨ªdo al mundo en castellano.
Por si fuera poco, se llamaba Acostarse con la reina y otras delicias, un t¨ªtulo que a ning¨²n mon¨¢rquico en su sano juicio se le habr¨ªa ocurrido editar, aunque la edici¨®n fuera destinada a alimentar a las ratas de los s¨®tanos municipales. Los libros, tarde o temprano, te sacan los ojos, as¨ª que no debes criarlos, sobre todo si son de uno de los autores m¨¢s subversivos y raros de esta ¨¦poca.
Y es que aqu¨ª se ha hablado mucho de los pobres ni?os de Pozuelo, que desde hace una semana duermen con una bomba de relojer¨ªa en su mochila, y de la reina, y de Gerardo Diego, cuyo homenaje fue el causante de todo este l¨ªo, pero todav¨ªa no se ha hablado de Topor, cofundador del Grupo P¨¢nico y autor de una novela, El quim¨¦rico inquilino, cuya lectura te arrastra, o te succiona, hasta conducirte al centro de la literatura europea m¨¢s perturbadora desde Kafka.
A la cabeza municipal y espesa que se le ocurri¨® unir el homenaje a Gerardo Diego con el obsequio del volumen de Topor habr¨ªa que reservarle un espacio en el infierno surrealista. En cualquier caso, en nombre del gremio de escritores, muchas gracias, se?or concejal de Cultura. Si le cesan, ya sabe usted d¨®nde nos tiene para continuar haciendo disparates tan saludables como el presente.
Se entiende, pues, dec¨ªamos, el miedo de Villapalos a una iniciativa cultural del tama?o del Leguid¨². Ah¨ª es nada, un supermercado de la cultura bautizado con el nombre del mefistof¨¦lico Leguina. Te dejas en el empe?o 5.000 millones, o los que sean, y un d¨ªa te despiertas y est¨¢n representando una obra de Topor, pongamos por caso, que te pone a mal con las huestes mon¨¢rquicas.
Uno no es partidario de los hipermercados de la cultura, porque por alguna extra?a raz¨®n le recuerdan a La Paz y al Doce de Octubre, incluso al Ram¨®n y Cajal, con esa cabezota que remata del susto a las urgencias, pero mejor una cosa grande que nada. O sea, que ya nos hab¨ªamos empezado a ilusionar con la remodelaci¨®n de la f¨¢brica de cervezas cuando Villapalos se ha olido que la iniciativa podr¨ªa acabar con su futuro pol¨ªtico. Es mejor invertir en caballos mancos a los que un d¨ªa, si andas escaso de personal, puedes nombrar c¨®nsules impunemente.
Hace poco, en la secci¨®n Opini¨®n del lector, un chico de Fuenlabrada se quejaba de que los j¨®venes de su localidad carecieran de actividades relacionadas con el cine, el teatro o la literatura, y en esa protesta uno advert¨ªa una sed de cultura que la Comunidad, ya lo vemos, no va a hacer nada por satisfacer, sobre todo despu¨¦s de la experiencia antimon¨¢rquica de Pozuelo de Alarc¨®n.
Los j¨®venes necesitan cultura, pero reciben navajazos como el que acab¨® con David el otro d¨ªa o con Ricardo hace un a?o. Cuatro muertes en apenas unos meses.
Brillan las navajas por doquier; lo malo es que ni siquiera son navajas lorquianas, literaturizables, sino viejos cuchillos oxidados que salen de las cavernas de la Espa?a negra y mugrienta que se resiste a abandonarnos con la ayuda de las autoridades avaladoras de caballos mancos. ?Viva Roland Topor!
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