Tres jurados populares se estrenan hoy en Palencia, Valencia y Palma de Mallorca
Los primeros juicios son por delitos de intento de soborno, allanamiento y homicidio
Ser hombre, mayor de 30 a?os, alfabetizado y con ingresos m¨ªnimos de 4.000 reales al a?o. Eso era lo exigido para ser miembro de un jurado en la primera singladura de la instituci¨®n en Espa?a, en 1823. M¨¢s de un siglo despu¨¦s, los requisitos son m¨ªnimos: ser ciudadano/ciudadana de Espa?a y mayor de edad, saber leer y escribir y no estar impedido f¨ªsicamente o ps¨ªquicamente. Tres grupos de nueve ciudadanos formar¨¢n hoy tres jurados populares en Palencia, Valencia y Palma de Mallorca. Hoy se estrena de nuevo la participaci¨®n directa del ciudadano en la justicia.
Desde el 1 de abril de 1939, ¨²ltima desaparici¨®n del jurado popular legislado por la Rep¨²blica (la instituci¨®n ha pasado hist¨®ricamente por accidentados periodos de vigencia), los magistrados han tenido la exclusiva en la justicia.Los jurados que se constituyen hoy tendr¨¢n que emitir veredicto en tres causas diferentes: un caso de homicidio, en Palencia; uno de allanamiento de morada, en Valencia; otro de intento de soborno, en Palma de Mallorca.
En las tres Audiencias se producir¨¢ el mismo: la selecci¨®n definitiva de los nueve miembros m¨¢s dos suplentes. Todos los seleccionados en el sorteo previo, que no han sido excluidos por alguna de la causas previstas por la Ley del Jurado, acudir¨¢n a primera hora de la ma?ana. Se realizar¨¢ un nuevo sorteo, y luego un somero interrogatorio por las partes de cada proceso, fiscal y abogados, a cada candidato, hasta formar la lista de nueve miembros titulares y dos suplentes.
La expectaci¨®n por el funcionamiento del jurado es el punto com¨²n de los juicios que hoy tendr¨¢n lugar. En las tres Audiencias se produce otra coincidencia: la funci¨®n de magistrado-presidente del jurado corresponder¨¢ al presidente de cada Audiencia. Igual sucede con el rango de los fiscales. "Con independencia de las cr¨ªticas que se hayan podido hacer a la ley, ahora hay que aplicarla y es necesario intentar hacerlo bien", resum¨ªa uno de ellos, que hoy tendr¨¢ en frente no a tres magistrados, como era habitual, sino a un juez y a nueve ciudadanos.
Las tres Audiencias prev¨¦n mucha afluencia. Se ha reservado espacio para los medios de comunicaci¨®n y en algunas para invitados, adem¨¢s del p¨²blico. Como no se puede prever la duraci¨®n del juicio, est¨¢ previsto el servicio de comida para los jurados, as¨ª como el alojamiento por si la deliberaci¨®n se alarga.
He aqu¨ª la s¨ªntesis de los casos de hoy:
Audiencia de Palencia. Un delito de sangre, precisamente el que se asocia m¨¢s a la versi¨®n televisiva que hasta ahora era la ¨²nica que pod¨ªa ver un ciudadano en Espa?a. Angel Antol¨ªn Reguero ser¨¢ juzgado por la muerte de su hermano, Manuel, el 15 de diciembre de 1995 en la Iocalidad de Due?as. ?ngel es acusado de haber asestado numerosas pu?aladas a su hermano, que falleci¨®. El hecho no se discute entre el fiscal y el defensor. El eje del juicio se centra en la situaci¨®n ps¨ªquica del acusado y en su grado de responsabilidad.
Audiencia de Valencia. Lo que se juzga es algo m¨¢s corriente: un allanamiento de morada, informa Sara Velert. En el banquillo, Antonio M. M., de 53 a?os, acusado de haberse introducido en el domicilio de de una mujer, en Gilet, el 23 de diciembre de 1995, tras romper un ventanal. El magistrado-presidente del jurado, Juan Luis de la R¨²a, permitir¨¢ que los abogados y la fiscal se muevan por la sala "a la americana" cuando presenten sus conclusiones ante los miembros del jurado. Las partes ser¨¢n tres: fiscal, acusaci¨®n particular y defensa. Mientras las dos acusaciones mantienen que fue allanamiento de la morada de la mujer, con la que Antonio M. M. hab¨ªa convivido, la defensa intentar¨¢ convencer al jurado de que el acusado anunci¨® su visita con el prop¨®sito de recoger diversos objetos personales que le pertenec¨ªan.
Audiencia de Palma de Mallorca. El jurado tendr¨¢ que decidir sobre un intento de soborno, informa Andreu Manresa. Est¨¢n acusados dos hombres: L. G. S. y J. M. A, propierario y empleado de un establecimiento comercial de Calvi¨¤. El 7 de enero de 1996 la Guardia Civil registr¨® el local e intervino una partida de discos-compactos supuestamente piratas. Al d¨ªa siguiente, uno de los acusados llev¨® al cuartel un sobre con 200.000 pesetas y una carta que indicaba que el dinero se destinaba a los ni?os necesitados de la Guardia Civil. La defensa sostiene que fue un donativo; el fiscal, por su parte, afirma que constituye un intento de soborno.
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