Censo
-?Cu¨¢ntos viven aqu¨ª?-Muchos, y estamos entrando y saliendo todo el tiempo. A veces el casero nos arregla un poco y nos pone en fila, como para un desfile. Suele ser despu¨¦s de Navidad, o antes del verano, dentro de unos d¨ªas; quiere saber cu¨¢ntos nos hemos ido y cu¨¢nto espacio le queda.
-?Y en cada habitaci¨®n?
-En cada habitaci¨®n vivimos m¨¢s a¨²n. La ¨²ltima moda tiende a ser de pocos, pero en las habitaciones m¨¢s antiguas nos podemos juntar varias decenas.
-?Caben?
-Seg¨²n como se mire. Antes ten¨ªamos m¨¢s espacio pero ¨¦ramos de mejor conformar; menos ego¨ªstas. Hoy los j¨®venes tienen menos espacio, de acuerdo, y al tiempo quieren estar todo el tiempo en primer plano.
-Escriba sus nombres aqu¨ª, por favor
-Ni tiene usted sitio en su planilla, ni hay planillas en que quepamos...
-?Y ahora qu¨¦ hago? ?Qu¨¦ les digo a los del censo?
-Ponga usted que somos muchos, casi de toda edad, sexo y condici¨®n...
-?Casi?
-S¨ª: entre nosotros es dif¨ªcil encontrar analfabetos. Est¨²pidos, bastantes, y sin fundamento, much¨ªsimos, pero analfabetos nunca... Y ponga que nos llevamos m¨¢s o menos bien.
-Qu¨¦ quiere decir con m¨¢s o menos.
-Visto c¨®mo est¨¢ el patio... A nadie de aqu¨ª se le ocurrir¨ªa escribir insultos en las paredes, ni golpear a otros, ni mucho menos atacar en manada. Nosotros cuando peleamos lo hacemos siempre solos. Siempre.
-?Y no pierden nunca?
-Seg¨²n como se mire. Si lo que me pregunta es si nos hacen da?o, desde luego: antes era frecuente que nos rompieran los huesos y hasta que nos quemaran. Pero no es eso lo que cuenta...
-?No?
-No... si la causa merece la pena, siempre termina por haber un compa?ero que nos sustituye en primera l¨ªnea. Si no la merece, simplemente se deja envejecer en paz al luchador y se le olvida. Una especie de jubilaci¨®n.
-Esa ser¨ªa la poblaci¨®n estable. Exacto.
-?Nombres?
-Tampoco le cabr¨ªan. Adem¨¢s... es muy importante dejarlos tranquilos. Que envejezcan con dignidad. Ellos saben que aqu¨ª est¨¢n a salvo, entre iguales, y que nadie se meter¨¢ con ellos ni los expondr¨¢ a ese rid¨ªculo tan de nuestro tiempo de la edad que no se acepta: viejecitos crey¨¦ndose chavales y jovencitos con la voz grave a quienes nadie les avisa de las tonter¨ªas que est¨¢n diciendo.
-De todas formas esta no es su residencia definitiva...
-Ha de saber, joven, que nosotros no tenemos tal cosa como residencia definitiva, aunque algunos que viven por Fernando VI confundan el m¨¢rmol con la inmortalidad. Somos n¨®madas por naturaleza, m¨¢s viajeros que los tenistas. No hay nada que nos guste m¨¢s que separarnos, enviudar o divorciarnos... No nos importa; para nosotros todo eso es ficci¨®n.
-?Ficci¨®n?
-No es f¨¢cil que se nos olvide. Ese es el ¨²nico infierno existente, y nos aterra. En cambio si nos vuelven a vender volvemos a vivir. Ese milagro era antes bastante rutinario. Ahora es dif¨ªcil que uno de nosotros viva m¨¢s de una vida. Es que nos hacen con papel de segunda, y hasta de tercera, que no nos aguanta m¨¢s de veinte a?os. F¨ªjese en m¨ª: hace tan solo cuatro a?os era famoso, como se dice ahora, me pon¨ªan en primer plano, sal¨ªa en la prensa y en las listas de m¨¢s vendidos. Hoy mi piel amarillea, se acartona. Estoy tocado.
-El polvo de junio no ayuda, ni el calor...
-Cierto. Pero a la mayor parte de nosotros nos gusta venir todos los a?os. Tanta gente, tanto ruido, tanta vanidad... Puede que la Feria no sea el mejor de los mundos, pero es lo que nos han ido dejando del nuestro. De momento. De todas formas yo ya no ver¨¦ lo que venga.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.