Este cura s¨ª es mi padre
Los protestantes homenajean a Francisco Garc¨ªa por su lucha por la libertad desde 1956
Otro gallo le hubiera cantado al santo Job, ese personaje b¨ªblico al que le ocurrieron un sin f¨ªn de desgracias, si hubiera recurrido al humor en vez de a la paciencia. A Francisco Garc¨ªa Navarro, de 86 a?os, el miembro m¨¢s veterano de la Iglesia protestante en Madrid, el humor le ha servido casi tanto como la fe "para luchar contra la desesperaci¨®n". Excelente conversador y dotado de un divertido sentido de la iron¨ªa, le gusta contar que es hijo de un cura cat¨®lico. Despu¨¦s aclara, no sin antes disfrutar de la cara de sorpresa de su interlocutor, que, efectivamente, su progenitor ejerci¨® durante 30 a?os el sacerdocio, pero cuando ¨¦l naci¨® ya hab¨ªa abandonado los h¨¢bitos y se hab¨ªa convertido al protestantismo.Francisco recibi¨® el pasado mi¨¦rcoles el homenaje de sus correligionarios en el Ateneo de Madrid por ser uno de los cuatro nuembros fundadores de la Comisi¨®n de Defensa Evang¨¦lica, creada en 19561 hace 40 a?os. Su tarea, hasta la llegada de la de .Mocracia, fue reivindicar la libertad religiosa que ya hab¨ªan disfrutado con la Rep¨²blica y que la dictadura franquista les arre bat¨®. "Franco fue nuestro m¨¢s duro perseguidor. Nos consideraba unos herejes y le gustaba comparamos con los masones y los jud¨ªos, a quienes tambi¨¦n odiaba. En realidad, el protestantismo no estaba prohibido. En Espa?a hab¨ªa muchos extranjeros de pa¨ªses poderosos -sobre todo ingleses y alemanes- que profesaban esta religi¨®n. Pero no hab¨ªa libertad de cultos, y nos ten¨ªamos que reunir en casas particulares".
La primera persona de la familia en sufrir las consecuencias de la represi¨®n fue su padre. En Tomelloso, donde impart¨ªa clases de lat¨ªn, fue apresado por orden del gobernador, y en 1941 muri¨®, pocos d¨ªas antes de poder abandonar la prisi¨®n. Los responsables de la Iglesia evang¨¦lica se quejan de que su lucha no ha sido suficientemente reconocida. "Hemos sido perseguidos, por las mismas razones que los rojos. Tambi¨¦n luch¨¢bamos por la libertad, y somos verdaderos dem¨®cratas".
Francisco tuvo que practicar su religi¨®n de forma clandestina. Antes de instalarse en Madrid, hace 45 a?os, ¨¦l y su familia tuvieron que huir de la localidad aragonesa de Jaca. "Nos clausuraron los colegios, nos prohibieron dar clases particulares, y hordas de requet¨¦s nos quemaron los templos. Tuvimos que marcharnos sin tener ad¨®nde ir y sin saber de qu¨¦ ¨ªbamos a comer. Todo eso nos pas¨® a nosotros por ser protestantes". Reconoce, no obstante, que fue un ministro de Exteriores de Franco, Fernando Mar¨ªa de Castilla, quien presion¨® al Consejo de Ministros para que levantaran el veto. "Este hombre no daba cr¨¦dito cuando le¨ªa o le contaban fuera lo que hac¨ªan con nosotros en Espa?a. Hubo casos de mujeres protestantes que murieron de parto porque. ning¨²n m¨¦dico quiso atenderlas". Cuando se le pregunta por qu¨¦ no se exiliaron a otro pa¨ªs donde la Iglesia evang¨¦lica estuviera aceptada ironiza con esa extra?a afici¨®n de los cristianos al martirio. "Puede que nos guste un poco la persecuci¨®n. Nos hace m¨¢s fervientes". Su mujer, Isabel, de 83 a?os, a?ade enseguida: "No nos fuimos porque somos espa?oles. No hac¨ªamos nada en otro pa¨ªs".
En Madrid, las cosas les fueron un poco mejor. El influyente cuerpo diplom¨¢tico de la capital les protegi¨® e impidi¨®, entre otras cosas, que les expropiaran todo el terreno donde est¨¢ asentado el colegio El Porvenir, una escuela protestante ubicada en la calle de Bravo Murillo y fundada a principios de siglo por el alem¨¢n Federico Fliedrier. Fue el primer colegio mixto del pa¨ªs.
Francisco cuenta que Fliedner fue detenido y atado con una cuerda al coche de la Guardia Civil: tuvo que correr detr¨¢s del veh¨ªculo hasta el cuartel.
Francisco trabaj¨® como administrador de la Iglesia evang¨¦lica espa?ola y fue tesorero del Consejo Mundial de las Iglesias, con sede en Ginebra. El matrimionio tiene dos hijos y seis nietos. Perdi¨® hace tiempo otros dos v¨¢stagos, y la pareja pudo comprobar por s¨ª misma hasta d¨®nde puede llegar el fanatismo religioso. "No nos admit¨ªan en ning¨²n cementerio. S¨®lo en el civil, donde enterraban tambi¨¦n. a los suicidas, los jud¨ªos, los comunistas y otras personas a las que no consideraban dignas. Donde no hab¨ªa necr¨®polis civiles, la gente ten¨ªa que enterrar a sus seres queridos en medio del campo".
La mili
Los hijos del matrimonio estudiaron en el colegio Estudio de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, donde no se impart¨ªan clases de religi¨®n. Sin embargo, tuvieron muchos problemas en los cuarteles donde hicieron el servicio militar. "Nuestra religi¨®n no adora im¨¢genes, y les obligaban a ir a misa. Ellos se negaban a arrodillarse y sufr¨ªan continuos arrestos. El mayor tuvo que jurar bandera en una sala, separado del resto de los j¨®venes". El mismo Francisco, que fue reclutado obligatoriamente para luchar en el Ej¨¦rcito de Franco, protagonizo una an¨¦cdota el d¨ªa del desfile de la victoria, en Valencia, al finalizar la guerra. "El sargento me seleccion¨® para asistir a una misa de gala en representaci¨®n de mi batall¨®n. Sab¨ªa que era protestante, y le advert¨ª que no me inclinar¨ªa ante el culto. Aun as¨ª, orden¨® mi asistencia. Pero me levant¨¦ con unas fiebres alt¨ªsimas y me tuvieron que ingresar en el hospital. No pude ir a la iglesia. Fue mi primer milagro", bromea.Asegura que tiene muchos amigos cat¨®licos, a los que no intenta convencer de nada: "No hablamos d¨¦ religi¨®n, y si alguna vez ha salido en la conversaci¨®n, dial¨¦cticamente no tienen nada que hacer. Los cat¨®licos no saben argumentar ni defender las cosas en las que creen. No tienen apoyo en las Escrituras, porque la mayor¨ªa las desconocen". S¨ª desea aclarar que los protestantes no son una secta: "Somos cristianos, y nuestra fe se fundamenta s¨®lo en la palabra de los Evangelios y las ep¨ªstolas". Creen que la Virgen Mar¨ªa tuvo m¨¢s hijos despu¨¦s de Jesucristo, no adoran im¨¢genes y celebran la comuni¨®n con pan y vino normal, "pero no creemos que sea el cuerpo y la sangre de Cristo.". Proclaman la independencia entre el Estado y las diferentes iglesias y defienden que sean los feligreses los que paguen a sus pastores, como hacen ellos. Hace poco tiempo fueron noticia por la admisi¨®n de mujeres. En Espa?a hay un total de 40 mujeres pastoras para una comunidad de 300.000 protestantes.
Cuando se jubil¨®, hace 17 a?os, Francisco se puso a escribir, y ha publicado cinco libros. ?l se define como "un cuentista de la verdad". Cuando se aprob¨® la LOGSE, a la que se opusieron con fuerza los colegios cat¨®licos, le dedic¨® un poema sat¨ªrico a la incansable presidenta de la Concapa, Carmen Alvear. Dice, satisfecho, que a la periodista Rosa Montero, con la que se carte¨® alg¨²n tiempo, le encant¨®.
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