De aqu¨ª a 20 a?os
Se est¨¢ celebrando en Estambul la segunda Conferencia Mundial sobre los Asentamientos Humanos (H¨¢bitat II), organizada por Naciones Unidas. La llamada Cumbre de las Ciudades es la ¨²ltima gran conferencia de este siglo. Con ella se concluye una serie de reuniones mundiales que se inici¨® con la Cumbre de la Tierra en R¨ªo, continu¨® con la Conferencia sobre Poblaci¨®n en El Cairo, seguida de la Cumbre del Desarrollo Social en Copenhague, y m¨¢s recientemente, la Cumbre de la Mujer en Pek¨ªn.El objetivo principal de H¨¢bitat II es el dise?ar un plan mundial de actuaci¨®n en materia de asentamientos humanos para los 20 pr¨®ximos a?os. Paralelamente, cada pa¨ªs debe preparar su plan nacional de acci¨®n involucrando a todos los actores concernidos: administraciones centrales y aut¨®nomas, colectividades locales, sector privado, profesionales, investigadores, ONG...
La situaci¨®n planetaria en temas tan cruciales como son la vivienda y la ciudad -mal recogidos bajo la expresi¨®n "asentamientos humanos"- no es en nada halag¨¹e?a. Las condiciones de vida sobre el planeta est¨¢n sufriendo un deterioro sin precedentes, en gran parte debido al acelerad¨ªsimo proceso de urbanizaci¨®n. Baste apuntar que al inicio de este siglo s¨®lo un 14% de los seres humanos viv¨ªa en ciudades, mientras que para el cercano a?o 2000 m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n mundial ser¨¢ urbana.
El 90% del crecimiento de la poblaci¨®n mundial ocurre en las ciudades; ello ha supuesto que en los ¨²ltimos cinco a?os la poblaci¨®n urbana creciese en 320 millones de habitantes, lo que resulta equivalente a la poblaci¨®n de m¨¢s de cien ciudades del tama?o de Madrid.
Actualmente pueblan el mundo unos 5.800 millones de seres humanos. De ellos, el 77%, unos 4.400 millones -sobreviven- en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo (PVD), mientras que el 23% restante, 1.300 millones, son ciudadanos del mundo desarrollado (MD). El ingreso per c¨¢pita del conjunto de los PVD es del orden del 6% del que tiene el MD.
Los niveles de riqueza de ¨¦ste son, por tanto, cinco veces mayores que los de aqu¨¦l, con el agravante de corresponder a menos de un tercio de la poblaci¨®n. Mientras el mundo desarrollado tiene estabilizada su poblaci¨®n, que crece casi exclusivamente por las inmigraciones que le llegan de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, ¨¦stos, pese a la baja que ha experimentado su ¨ªndice de fertilidad, crecer¨¢ en unos 500 millones de seres hasta el a?o 2000.
M¨¢s cercana puede resultar al lector la situaci¨®n en Latinoam¨¦rica donde "casi la mitad de los latinoamericanos vive en la pobreza y 94 millones no cuentan con los recursos necesarios para alimentarse adecuadamente" (CEPAL, 1995).
El d¨¦ficit de viviendas en Am¨¦rica Latina y el Caribe -?d¨®nde poner la frontera entre lo que contabiliza o no como vivienda?- se cifra en el entorno de los 35 millones, lo que afecta a unos 170 millones de latinoamericanos, que adem¨¢s han de soportar la peor distribuci¨®n del PIB del mundo.
En 12 pa¨ªses latinoamericanos, que comprenden m¨¢s de 360 millones de personas, el 20% m¨¢s rico obtiene ingresos de 8,1 a 32,1 veces mayores que el 20% m¨¢s pobre (PNUD, 1995); mientras que tal relaci¨®n es de tan s¨®lo 6,1 en los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea.
B¨¢sicamente, ser¨¢n tres los grandes debates en curso de inter¨¦s planetario en los que se concentrar¨¢ la atenci¨®n de H¨¢bitat II. El primero, tan viejo como la idea de ciudad, pero sin nuevas propuestas dignas de ser rese?ables, se centrar¨¢ en las relaciones campo-ciudad. Frente a ciertos reductos "ruralistas", la gran mayor¨ªa se decanta por considerar el desarrollo urbano no s¨®lo como ineluctable, sino tambi¨¦n como una de las condiciones del progreso socioecon¨®mico, incluyendo las zonas rurales.
La ciudad se muestra simult¨¢neamente como resultado y como condici¨®n de los procesos econ¨®micos globales en los que se encuentra inserta en la actualidad. El creciente aporte de las ciudades al PIB lleva a la conclusi¨®n de que la incorporaci¨®n deliberada de progreso t¨¦cnico para la transformaci¨®n productiva, con o sin equidad, est¨¢ ocurriendo b¨¢sicamente en territorios urbanos.
El segundo gran debate se centrar¨¢ -esperemos que para potenciarlo- en el papel de las autoridades locales en el desarrollo de la ciudad. La mayor parte de los Gobiernos aceptan delegar responsabilidades de gesti¨®n urbana a instancias descentralizadas, pero son tambi¨¦n mayor¨ªa los que se resisten a transferir los necesarios recursos y herramientas legales. No es raro a nivel planetario comprobar c¨®mo alcaldes de ciudades grandes y peque?as son dirigentes de oposici¨®n al poder central.
Por ¨²ltimo, y como tema nuevo en los medios de Naciones Unidas, se perfila lo que denominar¨ªamos como buena gobernanza de las carencias -tanto cuantitativas como cualitativas- de los asentamientos humanos.
Todo un intento de definir formas de gobiernos participativos, transparentes, racionales y eficientes. Nada menos que tratar de conjugar gesti¨®n urbana y democracia local. Dada la visi¨®n calidosc¨®pica de los contenidos de la democracia, estamos frente a un debate que ser¨¢ eminentemente pol¨ªtico.
En las reuniones preparatorias de la Conferencia de Estambul han quedando patentes no pod¨ªa suceder de otra manera- las grandes dificultades existentes para llegar a establecer acuerdos entre pa¨ªses cuyas realidades son radicalmente diversas. A modo de bot¨®n de muestra: "...en relaci¨®n al derecho a la vivienda, Estados Unidos plantea que el concepto del derecho a una vivienda adecuada debe ser eliminado de todas las declaraciones..." (Nairobi, 1995).
Espa?a -cuya Constituci¨®n recoge en su art¨ªculo 47 que "Todos los espa?oles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes p¨²blicos promover¨¢n las condiciones necesarias (...) regulando la utilizaci¨®n del suelo de acuerdo con el inter¨¦s general para impedir la especulaci¨®n"- puede presentarse ante H¨¢bitat Il como un modelo posible, que, sin ocultar las muchas y profundas zonas de sombras de su desarrollo desde la celebraci¨®n de H¨¢bitat I (Vancouver, 1976), muestre sin triunfalismos la situaci¨®n presente. Una historia reciente, de la que algunos de sus cap¨ªtulos pueden resultar de especial inter¨¦s para determinados pa¨ªses latinoamericanos.
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