Entre dos mundos
Los intercambios entre esa realidad indefinida que se conoce como "vocabulario com¨²n" y el conjunto no menos movedizo de "vocabulario t¨¦cnico y cient¨ªfico" son constantes. Palabras vulgares y antiguas, como la humilde red del pescador o la lanzadera del tejedor, pueden recuperarse para usos novedosos y de prestigio (como en "comunicaci¨®n por redes avanzadas" o "lanzadera espacial"), pero lo m¨¢s frecuente es que palabras especializadas penetren en el habla com¨²n.Esto ocurre al hilo de la incorporaci¨®n de artefactos al uso cotidiano. Leer un anuncio de coches o de ordenadores es acceder a una jerga hasta hace poco tiempo propia de especialistas: v¨¢lvulas, transmisiones, megas y flopys. Pero el trasvase se produce tambi¨¦n a trav¨¦s de las noticias cient¨ªficas, que van ocupando un lugar creciente en las publicaciones generales. Unas veces porque representan amenazas reales (como la epidemia de las vacas locas, que introduce nada menos que la "encefalopat¨ªa espongiforme"); otras, porque suponen logros llamativos, como el presunto desciframiento de la edad del universo, o tienen aplicaciones laterales: la prueba gen¨¦tica de la paternidad. Tambi¨¦n hay factores pol¨ªticos e ideol¨®gicos: una conciencia crecientemente ecologista ha introducido vocabulario relacionado con biotopos, nichos y tambi¨¦n energ¨ªas e¨®licas. Algunas de estas incorporaciones durar¨¢n poco. Otras (como por desdicha hoy "inmunodeficiencia") permanecer¨¢n largo tiempo. Espigando al azar en las p¨¢ginas del Vocabulario cient¨ªfico y t¨¦cnico encontramos muchas palabras que son visitantes asiduas de las p¨¢ginas de los peri¨®dicos, mientras que otras s¨®lo esperan un accidente, un descubrimiento, para entrar en el repertorio de los hablantes.
Pero tambi¨¦n hay un factor suplementario (y ¨¦ste, por desdicha, negativo) que arroja al ¨¢mbito popular palabras que nunca debieron entrar en ¨¦l. Se trata de una creciente tendencia a la burocratizaci¨®n del vocabulario normal con el fin de dar un barniz de modernidad y eficiencia a cosas que estaban muy bien sin poseerlo. En un pueblo de Guadalajara vi hace poco el edificio que ejerc¨ªa de bar, botica y casino. Pues bien, el letrero que campeaba en la entrada dec¨ªa as¨ª: "Centro Rural Polivalente". Pues eso.
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