"Los guardias civiles de la lucha contra ETA ten¨ªan total impunidad"

El miedo a seguir la suerte del contrabandista Jos¨¦ Antonio Santamar¨ªa y del supuesto narcotraficante Jos¨¦ Manuel Olarte Plomos, asesinados por ETA, y tambi¨¦n a verse involucrado en los atentados de los GAL ha llevado a Pedro Luis Migu¨¦liz, Chofo, a colaborar con la justicia. El contrabandista empez¨® a prestar declaraci¨®n ante el juez de la Audiencia Carlos Bueren y su testimonio ha sido decisivo para avanzar en el esclarecimiento del secuestro y asesinato de Jos¨¦ Antonio Lasa y Jos¨¦ Ignacio Zabala en 1983.

Chofo compraba la complicidad de los guardias civiles corruptos de la 513 comandancia de Guip¨²zcoa "a 1.000 duros por caja de tabaco, 200.000 o 500.000 pesetas por descarga". Ahora se ha convertido en el principal testigo de cargo contra el ex sargento de Enrique Dorado Villalobos y otros presuntos integrantes del llamado Gal verde. Migu¨¦liz, "lugarteniente" y amigo de Santamar¨ªa, el ex jugador de la Real Sociedad que dirigi¨® una de las principales redes de contrabando de tabaco en Guip¨²zcoa, manten¨ªa una estrecha relaci¨®n con Dorado, procesado como presunto autor de los asesinatos de Lasa y Zabala.Donostiarra, de 36 a?os, Chofo asegura que Dorado les cont¨® a ¨¦l y a Santamar¨ªa que hab¨ªa secuestrado a los presuntos miembros de ETA en Bayona (Pa¨ªs Vasco franc¨¦s), en compa?¨ªa de Felipe Bayo y otros dos guardias apellidados Hermida y Sandoval, y les hab¨ªa trasladado al palacio de La Cumbre, en San Sebasti¨¢n. El general Enrique Rodr¨ªguez Galindo estaba informado y el entonces gobernador de Guip¨²zcoa, Julen Elgorriaga, tambi¨¦n.

"Los tuvieron varios d¨ªas en la fresquera de la cocina que hab¨ªa en los s¨®tanos, interrog¨¢ndoles y peg¨¢ndoles. Dorado dijo que ¨¦l y Felipe Bayo hab¨ªan hecho turnos de 12 horas de vigilancia y que al final, como estaban en mal estado y no contaban nada m¨¢s, les hab¨ªan inyectado algo y trasladado a Alicante en el portamaletas de sendos coches, uno de ellos el Renault 12 del propio Dorado. Los mataron en el misno sitio en que los enterraron".

Chofo sostiene que Dorado y otros guardias que trabajaban para los contrabandistas "ten¨ªan patente de corso" para hacer lo que quisieran. "Cambiaban de coches y de matr¨ªculas. Me hablaron incluso de que atracaban gasolineras cuando volv¨ªan de llevar detenidos a Madrid. Con eso de la lucha contra ETA ten¨ªan total impunidad. Dorado", indica el testigo, "siempre dec¨ªa que estaba a las ¨®rdenes de Rodr¨ªguez Galindo, aunque nunca afirm¨® que ¨¦ste les hubiese ordenado secuestrar o matar a Lasa y Zabala".

Afirma que las informaciones extra¨ªdas bajo tortura a los secuestrados permitieron luego al GAL verde matar a otro etarra con un rifle de mitra telesc¨®pica. Aunque Migu¨¦liz dice no poder especificar de qui¨¦n se trata, todo apunta a Eugenio Salazar, Tigre, asesinado el 25 de febrero de 1984.

?Por qu¨¦ Dorado se sincer¨® con ¨¦l y con Santamar¨ªa hasta el punto de contar su participaci¨®n en los asesinatos de los GAL? Chofo responde que el ex sargento, hoy en prisi¨®n, se vio en una situaci¨®n dif¨ªcil cuando fue arrestado por atracar una tienda en Ir¨²n. Seg¨²n Migu¨¦liz, Dorado les pidi¨® a ¨¦l y Santamar¨ªa que intercedieran ante un alto responsable pol¨ªtico, cuya identidad no quiere revelar, con la advertencia de que si le dejaban tirado empezar¨ªa a hablar de los GAL. La gesti¨®n dio r¨¢pido resultado y Dorado enseguida dispuso de un abogado.

Explica Chofo que decidi¨® colaborar con la justicia cuando se descubrieron los esqueletos de Lasa y Zabala en el cementerio de Busot. "Comprob¨¦ que era verdad lo que Dorado me hab¨ªa contado diez a?os antes; me decid¨ª a hablar al leer unas declaraciones en las que el comandante de la Guardia Civil M¨¢ximo Blanco, que hab¨ªa sido segundo jefe de Intxaurrondo, afirmaba que los GAL fueron financiados por contrabandistas".

"A echarnos el muerto"

"ETA ya hab¨ªa matado a Santamar¨ªa y a Olarte", a?ade, "y vi claro que iban a echamos el muerto de los GAL y que nos hab¨ªan puesto en el punto de mira de ETA". Migu¨¦liz, que junto a Dorado fue condenado en San Sebasti¨¢n a cuatro meses de prisi¨®n por cohecho, dice que desde que empez¨® a colaborar con los jueces de la Audiencia Nacional ha sido vigilado, perseguido y amenazado por guardias civiles y que, m¨¢s recientemente, el antiguo abogado de Interior, Jorge Argote, le ofreci¨® 50 millones para que se retractara de lo que hab¨ªa declarado.

La conexi¨®n entre guardias civiles corruptos y miembros del GAL verde ha podido ser acreditada gracias, en buena medida al testimonio de este contrabandista acogido a la Ley de Protecci¨®n de Testigos e identificado en la causa con el n¨²mero 2345. Los. investigadores policiales creen que los mandos de la Guardia Civil promotores del GAL verde consintieron la corrupci¨®n de los agentes involucrados en la guerra sucia contra ETA como una manera de gratificarles econ¨®micamente.

Algunos creen que la permisividad con estos agentes respond¨ªa igualmente a la idea de que su participaci¨®n en delitos ajenos a la guerra sucia contra, ETA actuar¨ªa como "segundo freno", en el caso de que alguno se aventurara a desvelar la trama verde de los GAL.

La utilizaci¨®n de los contrabandistas como complemento de la redes de informaci¨®n policial antiETA es tambi¨¦n una hip¨®tesis que los investigadores manejan con soltura, pero no parecen existir pruebas. Migu¨¦liz lo niega. "Nosotros s¨®lo ¨¦ramos contrabandistas, no ten¨ªamos nada que ver en la lucha contra ETA, y s¨®lo nos dedic¨¢bamos al tabaco, nada que ver con la droga".

En informes de la Guardia Civil y del fiscal jefe de Guip¨²zcoa, Luis Navajas, del a?o 1988, se indicaba que Santamar¨ªa "ha perdido la confianza" en Migu¨¦liz por dedicarse a la hero¨ªna sin pon¨¦rselo en conocimiento". Pero ¨¦ste niega tal imputaci¨®n. "Ese informe se hizo al desatarse la guerra entre el general Fuentes y el entonces coronel Galindo, una guerra que nos pill¨® en medio y en la que se dijeron cosas falsas".

Santamar¨ªa siempre neg¨® haberse dedicado al narcotr¨¢fico y esta versi¨®n, sostenida con ¨¦nfasis por sus amigos, es corroborada por Chofo. "ETA se equivoc¨® al matar a Santamar¨ªa, pero hubo alguien", afirma Migu¨¦liz, "que hab¨ªa filtrado interesadamente al diario Egin que se dedicaba al narcotr¨¢fico". Aunque no lo diga, Migu¨¦liz sospecha que los autores de aquella filtraci¨®n fueron guardias civiles ligados a los GAL.

El contrabandista, que ahora trabaja en el ramo de la seguridad, reconoce abiertamente haber sobornado a una serie de guardias civiles, como Dorado, Bayo, Hermida y Sandoval, y tambi¨¦n al cabo Cruz, que testific¨® contra ¨¦l en el juicio en el que fue condenado por cohecho. Niega haber conocido al antiguo responsable de Intxaurrondo, hoy encarcelado, Rodr¨ªguez Galindo. Afirma que jam¨¢s ha estado con ¨¦l y que los guardias que trabajaban para los contrabandistas nunca citaron al jefe de la 513 Comandancia como destinatario de parte del dinero. "Era para ellos, aunque yo no s¨¦ qu¨¦ hac¨ªan luego con ¨¦l".