La Vera, sentenciada a muerte

Para completar el art¨ªculo que apareci¨® en El Pa¨ªs Semanal, del 12 de mayo, en la secci¨®n de viajes firmado por Jos¨¦ Mart¨ªn y titulado: La Vera, la joya del moro Almanzor, quisi¨¦ramos desvelarle a ¨¦l y a los lectores la cara oculta de la hermosa comarca. La Vera firm¨® su sentencia de muerte hace algunos a?os cuando se instal¨® la Central Nuclear de Almaraz, situada a unos treinta kil¨®metros en l¨ªnea recta. Una sentencia de muerte que puede ejecutarse lentamente o de golpe. Los c¨¢nceres de huesos y de piel comienzan a aflorar. Seguro que la regi¨®n de Chern¨®bil era tan hermosa como, por ahora, es nuestra tierra.Tenemos miedo porque va en ello nuestros campos, nuestro aire, nuestras aguas, nuestros hijos..., porque ¨¦ste es nuestro sitio, el lugar que amamos y habitamos y no tenemos por qu¨¦ estar amenazados por la posibilidad de que de repente el airese impregne de veneno.

Es la hora de reciclarse y reconvertirse hacia una energ¨ªa mucho menos peligrosa y segura, como puede ser la solar. Son preferibles cinco parques solares que una central nuclear incontrolable. Es la hora de unirnos y pedir responsabilidades a los poderes p¨²blicos y administrativos de la energ¨ªa nuclear en Espa?a; de pedir a los empresarios que dejen de pensar s¨®lo en, los beneficios a costa de cualquiera e inviertan a largo plazo. Nosotros, los habitantes de La Vera, redoblaremos la lucha hasta conseguir el cierre de Almaraz. Ma?ana puede ser dem¨¢siado tarde.-