Poborsky mete a los checos en la semifinal
Portugal cometi¨® graves errores y se desplom¨® en la segunda parte
Poborsky, un jugador que ha dejado excelentes detalles en la Eurocopa, meti¨® a los checos en la semifinal. El gol fue lo mejor de un partido discreto, mal jugado por la selecci¨®n portuguesa, que se equivoc¨® en el primer tiempo y se desplom¨® en el segundo. El encuentro daba para pensar en otro empate a cero y en la tanda penaltis. S¨®lo hubo tres ocasiones, pero la ¨²nica que tuvieron los checos fue gol. Y uno muy bueno. Poborky irrumpi¨® por el centro de la defensa, aprovech¨® un rechace y lleg¨® frente a Vitor Baia, que sali¨® a achicar el ¨¢ngulo. Imposible: Poborsky meti¨® la bota por debajo del bal¨®n y le hizo una cuchara espl¨¦ndida.Portugal, que dispone de una selecci¨®n muy atractiva, se olvid¨® de los lados. La armon¨ªa de su juego se hizo intrascendente por la falta de llegada por los dos extremos. El equipo cay¨® prisionero del embudo que cre¨®: todo el juego por el medio, para beneficio de la defensa checa que siempre vio de frente el juego de sus rivales. El problema de Portugal fue tan grande que tap¨® otro que se le supone: la ausencia de gol. No tuvo ocasiones frente a Kouba porque se empe?¨® en un f¨²tbol que se derret¨ªa en la raya del ¨¢rea checa. Tambi¨¦n fue un problema de jugadores. Figo estuvo particularmente espeso. Rui Costa, cuya clase es indudable, perdi¨® gas y presencia en la medida que el partido se complica.
El partido tuvo escasas ocasiones. Los portugueses porque se equivocaron; los checos porque aceptaron su inferioridad y jugaron muy retenidos, agolpados en su campo. Su montaje defensivo se aprovech¨® del f¨²tbol previsible de su rival. Hubo tanto tr¨¢fico en el medio del campo que Villa Park parec¨ªa la Gran V¨ªa. Pero el colapso circulario s¨®lo tuvo como responsable a Portugal, que no encontr¨® la ruta de las bandas, ni mezcl¨® su juego. Y cuando lleg¨® el gol de Poborsky se fue al suelo. Los portugueses se desesperaron, perdieron la pelota con una frecuencia inaudita y pr¨¢cticamente se suicidaron. S¨®lo fabricaron una ocasi¨®n, a ¨²ltima hora, en un cabezazo de Cadete. El remate parec¨ªa clar¨ªsimo, pero el delantero ech¨® la pelota fuera.
Si los checos hab¨ªan resistido a pie firme durante la primera parte, cuando los portugueses dominaban el juego sin demasiados problemas, en la segunda vivieron con m¨¢s comodidad. El gol de Poborsky result¨® suficiente para causar un grave conflicto emocional en la selecci¨®n portuguesa.
Los checos, que cuentan con alg¨²n jugador interesante, no tienen demasiado juego, pero han dejado en el camino a Italia y a Portugal, despu¨¦s de alcanzar los cuartos de final en el ¨²ltimo minuto frente a los rusos. La historia de estos torneos se hace muchas veces con selecciones de este corte, capaces de colarse por las rendijas.
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