Francia resbala en casa de Cantona
La Rep¨²blica Checa alcanza por penaltis la segunda final de su historia
Con el esp¨ªritu de Cantona latiendo en Manchester, Francia tuvo que hacer la mochila, empaquetar todo el f¨²tbol fe¨ªsta que ha tejido en la Eurocopa y poner rumbo a Par¨ªs sin dejar grandes huellas luminosas. Si un lustro despu¨¦s a¨²n se recita de carrerilla la Francia de los ochenta -la sinfon¨ªa de Platini, Gresse y Tigana- pasado ma?ana es probable que nadie balbucee m¨¢s de un par de apellidos del equipo actual. Porque su t¨¦cnico, Aime Jacquet, ha decapitado el talento. Ha desterrado aquel f¨²tbol de etiqueta para dar a luz a un pu?ado de grandes gimnastas y peque?os futbolistas. Un equipo cosido s¨®lo para no perder, que ayer resbal¨® ante la Rep¨²blica Checa, que, por momentos, se elev¨® con grandeza por encima de su rival.Sostenido por el marcador -28 partidos consecutivos invicto- Jacquet ha ido empapelando el equipo a su modo. Es de esos t¨¦cnicos que sue?a con fastidiar al rival. El modo de vencer s¨®lo es un ap¨¦ndice. Ayer, lesionado Deschamps, adelant¨® la posici¨®n de Desailly a la cocina del medio campo y el atasco fue descomunal. Porque con 180 kilos de m¨²sculo a cuestas Desailly no es el m¨¢s indicado para tejer, para marcar el ritmo del partido. Podr¨¢ chocar cien veces contra un dique y hasta hacer cinco asaltos con Tyson, pero con la pelota a sus ¨®rdenes es torpe y no tiene el criterio suficiente. Francia fue todo el. partido con la manta a cuestas. Y todo ello en casa de Cantona, de vacaciones forzadas.
Ante el desolador paisaje franc¨¦s, la Rep¨²blica Checa sali¨® reforzada. Fue de menos a m¨¢s y acab¨® por encima de Francia. Sin cuatro titulares por sanci¨®n entr¨® en el partido de forma contemplativa, te?ida de peque?os detalles que delataban una cierta sensaci¨®n de inferioridad. Hasta que descubrieron que enfrente s¨®lo hab¨ªa un apellido rutilante. Tras 45 minutos insufribles, Uhrin decidi¨® coger el partido por la solapa. Dio entrada al h¨¢bil Berger para el manejo, adelant¨® al felino Poborsky y descosi¨® a Nedved de su marcaje a Guerin. El efecto fue fulminante: Francia comenz¨® a tiritar y Nedved recit¨® lo mejor de la tarde.
Muy pronto los franceses supeditaron su destino a la pr¨®rroga. Y luego a los penaltis, un justo final para un equipo que ha traicionado un estilo por un pu?ado de resultados que ya no no cuentan. Y un gran cierre para los checos que han copiado al dictado la experiencia danesa en el ¨²ltimo torneo. Wembley es su destino. Para entonces Cantona a¨²n seguir¨¢ de vacaciones y Jacquet puede que en el purgatorio.
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