Adi¨®s, Eurocopa 96, adi¨®s
En realidad, la Eurocopa 96, que concluy¨® ayer en el estadio de Wembley, hab¨ªa terminado, al menos para el pa¨ªs anfitri¨®n, el mi¨¦rcoles pasado en el mismo hist¨®rico estadio. Ese fat¨ªdico d¨ªa, m¨¢s de 26 millones de aficionados ingleses, en directo y por televisi¨®n, se despertaron a la cruda realidad de que el trofeo se les hab¨ªa ido nuevamente de las manos. Pero con independencia del sabor amargo que les ha dejado a los ingleses, el campeonato ha tenido un incuestionable valor documental sobre la realidad del pa¨ªs. Ha servido para enterrar mitos y reequilibrar juicios de valor prematuros. Las cosas no ser¨¢n del todo iguales despu¨¦s de lo visto durante casi tres semanas de fervor patri¨®tico. Para empezar, los tabloides, cuyo deprimente estilo nacionalista ha quedado por una vez, y gracias al empuje reivindicativo de Alemania, descalificado y criticado ante los ojos del mundo, han salido perdiendo. Por supuesto, millones de brit¨¢nicos van a seguir compr¨¢ndolos, pero tras la efem¨¦rides deportiva las primeras p¨¢ginas volver¨¢n al redil natural; es decir, a emprenderla con la familia real brit¨¢nica, y a lo mejor se lo piensan dos veces en el futuro a la hora de atacar impunemente a pa¨ªses vecinos cuyo ¨²nico delito es no hablar ingl¨¦s.En cambio, san Jorge, el ignorado patr¨®n que Inglaterra comparte con Catalu?a y Arag¨®n, ha salido ganando en esta ardua campa?a. No s¨®lo se han vendido millares de banderas con la cruz roja del patr¨®n, sino que, consciente del entusiasmo que suscita en los estadios de f¨²tbol, la propia Iglesia de Inglaterra ha decidido sacarlo del olvido. A partir de ahora, y por expresa decisi¨®n del S¨ªnodo General Anglicano, la festividad de san Jorge, el 23 de abril, ser¨¢ celebrada por todo lo alto, con un festival especial. San Jorge se sit¨²a as¨ª al mismo nivel que la virgen Mar¨ªa y los 12 ap¨®stoles a los ojos de la Iglesia de Inglaterra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.