Actor esponja
Hace poco se estren¨® en todo el mundo Algunos hombres buenos, una notable pel¨ªcula que, pese a su ¨¦xito de p¨²blico, no obtuvo la acogida que merec¨ªa por los cr¨ªticos, tanto de Am¨¦rica como de Europa, que la han metido injustamente en el cesto, del cine de consumo, siendo m¨¢s que eso. La pel¨ªcula est¨¢ dirigida por Rob Reiner, y en ella Tom Cruise, al frente de un reparto de media docena de excelentes int¨¦rpretes, no s¨®lo justifica esta cabecera de cartel con su presencia de chico guapo, sino con una r¨¦plica profesional muy seria y solvente nada menos que a Jack Nicholson. Algunos a?os antes le ocurri¨® a Cruise algo parecido en El color del dinero, donde, dirigido por Scorsese, sali¨® a flote -pese a contar con menos experiencia- dando la r¨¦plica no como ni?o bonito, sino como actor, a otro intocable: Paul Newman.Cruise, uno de los personajes m¨¢s cotizados del cine actual, hace cosa de diez a?os salt¨® a las n¨®minas de lujo de Hollywood por mediocres trabajos que le abrieron paso a la popularidad. Estos trabajos estaban llenos de carencias h¨¢bilmente cubiertas por un lanzamiento de imagen que le convirti¨® en poco tiempo en un ni?o de oro lleno de muecas aprendidas frente a un espejo. La colecci¨®n de interpretaciones simuladas que debemos al Cruise aprendiz -pongamos por caso Cocktail- se ha esfumado en el desv¨¢n del celuloide perecedero, destinado a la corta vida de esos fetiches vivientes que hay casi siempre detr¨¢s de las estrellas de laboratorio, prefabricadas.
Desaf¨ªo
Por suerte, parece evidente que Cruise tiene algo, y no precisamente hueco, detr¨¢s de su productiva cara, y que debido a ello le gusta afrontar el desafio de dar todo lo que lleva detr¨¢s de ella ante talentos de su oficio como los dos citados. Cruise debe poseer alg¨²n don de esponja, porque se las arregl¨® en ambas ocasiones para aprender de estos maestros y elevarse en la confrontaci¨®n por encima de sus limitaciones sin que se percibiese como superior la tremenda talla de los contrincantes. Eso explica que en Entrevista con el vampiro, rodeado por otros chicos prefabricados, se los coma crudos, dando un ba?o a Brad Pitt, Christian Slater y Antonio Banderas.No es, por tanto, un artificio la vertiginosa ascensi¨®n de este actor a la c¨²spide del actual. estrellato. Su carrera est¨¢ enfocada de forma inteligente, y en ella se combina la pel¨ªcula resultona y la que le hace crecerse. Entrar al trapo de un juego de planos-contraplanos con gente curtida en mil escenas y que mantienen su audiencia no por la cara bonita, sino por lo que hay detr¨¢s de ella, parece indicio de indiscutible talento, que ha hecho posible esta Misi¨®n imposible con que ahora nos amenaza, y que puede, por los ingredientes que maneja, ser lo mismo fascinante que deleznable, aunque, a tenor de los antecedentes, tambi¨¦n puede haber en ella algo de ambas cosas.
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