Los madrile?os visitan m¨¢s el Reina Sof¨ªa que el Thyssen
Trabaja en un despacho extra?amente sencillo para un enclave tan grandioso como el que guarda la colecci¨®n de los barones m¨¢s populares de Espa?a. Tom¨¢s Llorens (Almassora, Castell¨®n, 1936) fue director del Centro de Arte Reina Sof¨ªa, antes de ocupar en 1991 su actual cargo de conservador jefe del museo de la Colecci¨®n Thyssen-Bornemisza. Reci¨¦n publicada la memoria que resume la vida de este museo en sus primeros cuatro a?os, sabemos que han pasado por all¨ª m¨¢s de dos millones de personas, con una ca¨ªda de 30.000 visitantes en 1995, y que los madrile?os no copamos m¨¢s que el 26% de las visitas. Llorens lleg¨® a Madrid para terminar Derecho y empezar Filosof¨ªa y Letras, y con filosof¨ªa interpreta las citadas cifras, asegurando que un museo, como tantas otras manifestaciones de la vida cultural tiene una curva de maduraci¨®n que desciende seg¨²n se desvanece la sensaci¨®n de novedad.Pregunta. ?Le inquieta que los madrile?os visitemos poco el Museo Thyssen?
Respuesta. No debe interpretarse as¨ª. Ocurre con todos los museos de Madrid y de las grandes ciudades del mundo. Entre las categor¨ªas de los visitantes hay varios grupos: estudiantes, escolares, jubilados y, la m¨¢s importante, turistas. Los museos m¨¢s concurridos son los de1as ciudades propicias al turismo cultural. Par¨ªs, Londres, Nueva York, Venecia, Amsterdam y luego Madrid.
P. ?El Prado es el mejor museo del mundo?
R. Es uno de los dos o tres mejores.
P. Usted dirigi¨® el Reina Sof¨ªa, ahora el Museo Thyssen. Con el Prado cerrar¨ªa el llamado "tri¨¢ngulo del arte".
R. ?Trabajar en el Prado? No me lo he planteado. Es una instituci¨®n especial y muy dif¨ªcil.
P. El ritmo del Reina Sof¨ªa y el del Museo Thyssen deben ser muy diferentes.
R. Absolutamente. S¨®lo por su tama?o, el Reina Sof¨ªa es un animal de otra especie. Su actividad de exposiciones temporales es muy importante respecto a la colecci¨®n permanente. Aqu¨ª sucede al rev¨¦s. El p¨²blico del Reina Sof¨ªa es mucho m¨¢s joven, y lo visitan bastantes m¨¢s madrile?os.
P. ?Eso le convierte en un museo m¨¢s vivo?
R. En absoluto. La vida de un museo se mide por su contacto con el p¨²blico y con los servicios que ofrece.
P. ?C¨®mo es su relaci¨®n con los barones?
R. Cada vez m¨¢s estrecha.
P. ?Madrid es una ciudad privilegiada para el arte?
R. S¨ª. De Madrid me encanta lo que tiene de gran ciudad y me desagrada lo que conserva de pueblo. Admiro sus museos, pero me irrita la insuficiencia de sus aeropuerto, estaciones y sus deficientes autopistas.
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