Una partida de borregos
Soltaron una partida de borregos. Otros sabios aseguran que eran moruchos. Ambas mociones podr¨ªan valer, sin embargo, pues no son irreconciliables. Hay toros amoruchados y hay moruchos que son borregos. Para m¨¢s detalles, cons¨²ltese El bovino, el caprino y la madre que los pari¨®, de pr¨®xima aparici¨®n.Los toreros les pegaron pases y cada pase ten¨ªa su ol¨¦. La mayor¨ªa de las veces, un solo ol¨¦ en toda la plaza y lo daba el llamado Diamante Rubio, master en dar ol¨¦s y vivas a la fiesta nacional.
Este veterano caballero, que ya hab¨ªa alcanzado la categor¨ªa de veterano caballero cuando uno iba de pantal¨®n corto a la andanada, es la claque taurina ambulante, es la adulaci¨®n institu¨ªda, es la caraba en bicicleta. No pasa nada. Unos son diamantes rubios de viva voz, otros diamantes rubios por escrito, y los ¨²ltimos -?no te tronchas, Mari Trini?- dicen ser cr¨ªticos taurinos, ja, ja, ja.
Guti¨¦rrez / Espl¨¢, Tato, Liria
Toros de Pedro y Ver¨®nica Guti¨¦rrez (uno devuelto), tres primeros terciados, resto discretos de presencia, flojos, amoruchados y aborregados. 6? sobrero de Aguadulce, terciado, manso. Luis Francisco Espl¨¢: estocada corta trasera ca¨ªda (aplausos y saludos); dos pinchazos bajos, dos pinchazos m¨¢s y dos descabellos (silencio). El Tato: estocada baja y descabello (oreja); estocada (petici¨®n y vuelta). Pep¨ªn Liria: estocada pescuecera y rueda de peones (petici¨®n y dos vueltas); pinchazo y estocada trasera (palmas).Plaza de Valencia, 23 de julio. 4? corrida de feria. Media entrada.
??le!, exclamaba el ambulante cuando hab¨ªa un derechazo, no importaba de qui¨¦n ni c¨®mo, y arengaba luego a la banda con su conocido grito de guerra: "?Maestro, venga ya esa composici¨®n!". Y la banda, que estaba deseando, atacaba el pasodoble y se produc¨ªan en el coso extra?os aconteceres: un borrego que topaba mortecino, un torero que le pegaba el derechazo, un se?or en pi¨¦ gritando ol¨¦, unos m¨²sicos soplando a pleno pulm¨®n y poniendo al personal al borde del ataque de nervios. Finalmente el artista del ruedo ten¨ªa la bondad de in terrumpir el destajo derechacista mediante un pase de pecho, hac¨ªa un desplante jacarandoso y el p¨²blico se pon¨ªa a aplaudir.
Los aplausos traen orejas, y si s¨®lo hubo dos fue porque el presidente mantuvo el debido rigor frente al griter¨ªo del p¨²blico que ped¨ªa m¨¢s. No es que los diestros estuvieran especialmente finos para tanto premio, mas tampoco lo hicieron mal y se mostraron voluntariosos.
Espl¨¢ banderille¨® eficaz y mulete¨® con brevedad, que se le agradece. El Tato sac¨® al segundo borrego unos naturales largos y porfi¨® valiente al aplomado quinto, sorteando tambi¨¦n algunas intemperancias que tuvo la osad¨ªa de perpetrar. Pep¨ªn Liria emple¨® fogosidad y arrebato para sacar pases a un lote deslucido.
Los tres pretend¨ªan torear, en realidad, pero habiendo moruchos aborregados en la arena ese era un vano prop¨®sito, una misi¨®n imposible.
Babelia
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