El aura invencible de Helmut Kohl
El canciller alem¨¢n se muestra cada vez m¨¢s fuerte, pese a la crisis econ¨®mica y gracias a la nulidad de la oposici¨®n
El paquete de leyes con recortes sociales, que intenta poner en marcha el Gobierno federal, ha quedado empantanado por las trochas y veredas del procedimiento legislativo alem¨¢n. La C¨¢mara alta, el Consejo Federal (Bundesrat), donde la oposici¨®n de socialdem¨®cratas (SPD) y ecopacifistas (Los Verdes) cuenta con mayor¨ªa, ha rechazado lo que ya hab¨ªa aprobado la baja, el Parlamento Federal (Bundestag). Los diputados tendr¨¢n que interrumpir sus vacaciones antes del final del verano, para acudir a Bonn y votar de nuevo las leyes con la mayor¨ªa absoluta de todo el Bundestag, la llamada en la jerga parlamentaria alemana "mayor¨ªa del canciller", 337 diputados, tan solo cuatro menos de los que suma la coalici¨®n de centro-derecha entre democristianos (CDU-CSU) y liberales (FDP), que gobierna en Bonn desde hace ya casi catorce a?os.A pesar de esta precaria mayor¨ªa, cuando se acerca el paso del ecuador de la legislatura, el canciller democristiano Helmut Kohl (CDU), quien estos d¨ªas inicia sus vacaciones en Austria, puede permitirse el 1ujo de mirar con casi absoluta tranquilidad
y confianza hacia el futuro. Nadie en las propias filas pone en tela de juicio el indiscutible liderazgo de Kohl. La oposici¨®n no existe, a pesar de los intentos de obstaculizar, gracias a la mayor¨ªa en el Bundesrat, el paquete de recortes sociales del Gobierno.
Alemania se encuentra en una situaci¨®n de recesi¨®n econ¨®mica, con dos trimestres seguidos de crecimiento cero; el pujante impulso de los Estados del este, la fallecida Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, se ha estancado y lo que iba a convertirse en un nuevo milagro amenaza con degenerar en un mezzogiorno a la alemana; las cifras de paro baten todas las marcas desde el final de la guerra; las cajas de seguridad social hacen agua por todas partes y no se sabe c¨®mo cubrir el agujero provocado por las ca¨ªdas de ingresos y el aumento de gastos como consecuencia del desempleo; el d¨¦ficit p¨²blico rebasa el l¨ªmite permitido por los criterios de convergencia fijados en el Tratado de Maastricht.
"Pa¨ªs hist¨¦rico"
Ya son muchos los que suponen que el alumno modelo, la locomotora econ¨®mica de Europa, no conseguir¨¢ superar la prueba de selectividad para entrar en la uni¨®n monetaria y al final no quedar¨¢ m¨¢s remedio que levantar la mano a la hora de aplicar los criterios o aplazar la introducci¨®n del euro. En una reciente encuesta realizada por el prestigioso Instituto de Demoscopia de Allensbach, la ¨¦lite dirigente de Alemania una muestra de 600 altos empresarios y dirigentes pol¨ªticos, llega a la conclusi¨®n de que "Alemania es un pa¨ªs hist¨¦rico", seg¨²n un 64% de los encuestados del oeste, y un 62% opina que "Alemania es un pa¨ªs depresivo". Un 58% no cree que se logre la uni¨®n monetaria en la fecha prevista de 1999. S¨®lo un 32% cree que la coyuntura econ¨®mica levantar¨¢ cabeza en los pr¨®ximos seis meses.Este panorama econ¨®mico y el clima de opini¨®n, unido a la exigua mayor¨ªa parlamentaria de tan s¨®lo cuatro esca?os en el Bundestag, parecer¨ªa el escenario ideal para una oposici¨®n. Sin embargo, en Alemania la oposici¨®n brilla por su ausencia. Kohl puede permitirse el lujo de comentar en privado: "Si los diputados del SPD pudiesen votar con absoluta libertad, la mitad del grupo parlamentario me elegir¨ªa a m¨ª". Han transcurrido ocho meses desde que el SPD cometi¨® el magnicidio de derribar a su presidente, Rudolf Scharping, en el congreso de Mannheim del pasado noviembre y eligi¨®, con nocturnidad y alevos¨ªa contra los estatutos del Partido, al presidente del Sarre, Oskar Lafontaine, como nuevo dirigente. Aparte de la catarsis conseguida en aquel momento, la elecci¨®n de Lafontaine no ha servido de nada y el SPD da tumbos en busca de una identidad, que parece perdida sin remedio.
En los casi catorce a?os que lleva en el poder, Kohl ha liquidada la generaci¨®n de los hijos del legendario l¨ªder del SPD Willy Brandt y amenaza con acabar tambi¨¦n con la de los nietos. De forma sucesiva Kohl derrot¨® en elecciones a cuatro aspirantes socialdem¨®cratas a la Canciller¨ªa: los hijos Hans-Jochen Vogel y Johannes Rau y los nietos Oskar Lafontaine y Rudolf Scharping. En el mismo periodo de tiempo en que Kohl ha residido la democracia cristiana (CDU), el SPD ha empleado ya cuatro presidentes y muchos en el partido se preguntan ya si fue acertada la elecci¨®n de Lafontaine.
Irresistible ca¨ªda
En las ¨²ltimas elecciones federales, en octubre de 1994 el candidato del SPD, Scharping, logr¨® una ligera mejor¨ªa y subi¨® el 33,5% conseguido por Lafontaine en 1990 a un 36,4%. Desde entonces, el SPD ha perdido votos en todas las elecciones celebradas en siete Estados federados. La llegada de Lafontaine, tras el desastre sufrido en Berl¨ªn el pasado octubre cuando el SPD baj¨® a un 25,1%, no sirvi¨® para parar esta irresistible ca¨ªda. Las tres elecciones del pasado 24 de marzo, que se consideraron una minielecci¨®n federal, supusieron un nuevo fracaso para el SPD y su nuevo presidente. El SPD no levantaba cabeza y Kohl pudo permitirse el lujo de aplicar un tajo a las conquistas sociales con su plan de recortes. A un SPD sin alternativas s¨®lo le queda la posibilidad de obstaculizar el paquete, gracias a la mayor¨ªa del Bundesrat, y a los sindicatos el derecho al pataleo, a base de manifestaciones con viaje y bocadillos gratis, mientras caen de forma alarmante las cifras de afiliados.Las voces de socialdem¨®cratas, preocupados ante el cariz que toman las cosas, aumentan cada d¨ªa. Friedhelm Farthmann es un veterano socialdem¨®crata de 65 a?os procedente del movimiento sindical, que si mira hacia atr¨¢s contempla una carrera de 20 a?os entre ministro de Trabajo y jefe del grupo parlamentario en el emblem¨¢tico Estado para el SPD de Renania del Norte y Westfalia. Acaba de publicar un libro titulado Mirando adelante con ira, en el que realiza un ajuste de cuentas con el 'partido sin programa', como se titula el primer cap¨ªtulo. Para abrir boca, afirma Farthmann: "En los ¨²ltimos 20 a?os e1 partido ha producido una declaraci¨®n fundamental tras otra y, a pesar de ello, se encuentra tan inseguro y desgarrado en sus contenidos, que en las disputas con otros partidos el SPD casi siempre tiene que luchar con manifestaciones de opini¨®n disonantes en sus propias filas". Llega a la conclusi¨®n Farthmann de que "el SPD se encuentra al borde del abismo".
En su disecci¨®n del SPD pone Farthmann el dedo en la llaga al afirmar que el problema en primera l¨ªnea no es de ¨ªndole personal, sino de contenido. Para Farthmann, "el agotamiento de la misi¨®n hist¨®rica de la socialdemocracia ya era palpable de forma clara antes de 1989 y la quiebra del socialismo real vino a quitar la ¨²ltima manta que la tapaba". Se?ala el veterano socialdem¨®crata que ¨¦l advirti¨® sobre las profundas consecuencias program¨¢ticas que significaba la ca¨ªda del muro, pero "ni siquiera realizamos el intento de reaccionar". La consecuencia es "un error de dimensiones hist¨®ricas. El SPD no comprendi¨® nada y se encontr¨® de repente impotente. Entretanto, la lamentable situaci¨®n program¨¢tica se ha hecho visible por completo, sin que el partido tenga nada constructivo que aportar".
Rolf Schneider es un escritor e 64 a?os que a fines de los setenta abandon¨® la RDA y se estableci¨® en Berl¨ªn Oeste. Schneider representa el escritor t¨ªpico que en los tiempos de gloria del SPD en los a?os setenta se habr¨ªa sumado a las caravanas de intelectuales que marchaban detr¨¢s de Willy Brandt. Esta semana Schneider ha publicado un art¨ªculo en el semanario Focus con un an¨¢lisis demoledor del actual SPD: "El SPD no sabe para qu¨¦ est¨¢ ah¨ª". Parte Schneider de la afirmaci¨®n de que el SPD atraviesa la crisis m¨¢s grave de su historia centenaria y "todo parece indicar que los implicados no son realmente conscientes de los especiales s¨ªntomas de esta crisis". Se lamenta el novelista de la desconfianza, ignorancia y hostilidad con que el SPD se relaciona con los medios intelectuales y se pregunta si el partido tiene una respuesta para un capitalismo que opera ya a escala global. Para Schneider, est¨¢ claro que "la respuesta es el silencio, un activismo algo vac¨ªo o mucho balbuceo impotente. Ya no existe una idea general convincente. Se?ala Schneider que no se puede ignorar que el Gobierno de Kohl "est¨¢ gastado y deteriorado y en tanto la oposici¨®n pol¨ªtica tiene un sentido, ser¨ªa ahora el momento del SPD", pero no aprovecha la oportunidad, porque "hoy no es mucho m¨¢s que una asociaci¨®n electoral, que siempre fracasa ante la responsabilidad nacional".
El presidente del partido, Lafontaine, no parece consciente de esta situaci¨®n que se palpa en el ambiente o se dedica a aplicar el viejo principio de "lo que no debe ser, no es". En una reciente entrevista con el semanario Der Spiegel, Lafontaine dice que no le preocupa el juicio de la opini¨®n p¨²blica y algunos compa?eros de partido porque siempre oscila "entre el '?hosanna!' y '?crucif¨ªcale!'". Reconoce Lafontaine que se necesita un nuevo pensamiento y una nueva pol¨ªtica. Tenemos grandes problemas en Alemania. Esto nadie lo discute, Pero en la ¨¦poca de la globalizaci¨®n, necesitamos urgentemente una nueva pol¨ªtica econ¨®mica, y esto significa para m¨ª ante todo cooperaci¨®n internacional". No parece dar mucha importancia Lafontaine a una reciente visita a Bonn del dirigente laborista brit¨¢nico Tony Blair, quien dej¨® cautivados a todos, desde el canciller Kohl a los m¨¢s duros dirigentes de la patronal alemana. Casi todos al un¨ªsono corearon una especie de "un socialdem¨®crata as¨ª querr¨ªamos para Alemania y no los que tenemos". Ante la pregunta del semanario, se niega Lafontaine a responder si ¨¦l mismo aceptar¨¢ de nuevo el desaf¨ªo de intentar ganar las elecciones en 1998.
Tampoco est¨¢ decidido que Kohl se presente de nuevo. El canciller disfruta la situaci¨®n de que le lleguen invitaciones de todas partes a hacerlo, pero dice que s¨®lo ¨¦l tomar¨¢ la decisi¨®n en su momento. Mientras tanto, la disputa se centra en cu¨¢ndo habr¨¢ batido Kohl la marca de permanencia en el poder del Konrad Adenauer. El director de Focus ha escrito qu¨¦ el pr¨®ximo 31 de octubre Kohl gobernar¨¢ desde hace 5.145 d¨ªas, uno m¨¢s que Adenauer.
El profesor de ciencia pol¨ªtica de la Universidad de Gotinga, Peter L?sche, explica el fen¨®meno Kohl: "Siempre se le menospreci¨® y esto le hace m¨¢s fuerte. Es un genio de la organizaci¨®n. Sabe c¨®mo llevar la Canciller¨ªa, pero sobre todo el partido, la CDU. Es capaz de integrar las diferentes fuerzas centr¨ªfugas de la CDU. A esto se a?ade que tuvo suerte. En 1980, su contrincante dentro del partido, Strauss, perdi¨® las elecciones y Kohl estaba listo en 1982. Despu¨¦s vino la unificaci¨®n y ¨¦l capt¨® la situaci¨®n hist¨®rica".
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