Masas y viajes

( ... ) Es f¨¢cil odiar el turismo de masas. Soy lo suficientemente viejo como para recordar el tiempo en el que hormigueros del Mediterr¨¢neo oriental, como la Creta occidental o la costa sur de Turqu¨ªa, eran lugares v¨ªrgenes. ( ... ) Una de las verdades m¨¢s deprimentes de la vida moderna es ¨¦sta: demos a los eurolicos del norte una oportunidad, y estar¨¢n encantados de echar a perder cualquier parte del mundo en la que el mar, el sol, la arena y el sexo puedan combinarse en una bacanal de dos semanas. Es de admirar la unanimidad sin fisuras de los europeos cuando se trata de las vacaciones. Los lectores cuidadosos de ¨¦sta y otras publicaciones habr¨¢n observado que las noticias cesaron en Europa hace cosa de tres semanas. ( ... ) Cu¨¢n diferentes son las costumbres veraniegas de nuestro estadounidense medio. Para miles de neoyorquinos, "vacaciones" no significa unas cuantas semanas en un pa¨ªs extranjero, sino un par de fines de semana en el campo. ( ... ) Pero lo que a m¨ª me preocupa son los asi¨¢ticos. A medida que progresa el milagro econ¨®mico del Este asi¨¢tico, incontables millones de personas demandan comodidades propias de la clase media. Y yo querr¨ªa saber lo siguiente: los asi¨¢ticos, ?ser¨¢n como los europeos, en cuyo caso podemos despedirnos de lo que queda de las playas no urbanizadas. de Vietnam, o ser¨¢n como los estadounidenses, que cargan culpablemente sus tel¨¦fonos m¨®viles en el fin de semana que pasan ocasionalmente fuera de la oficina? , 4 de agosto