"Un trabajo ilegal aunque consentido"
Las empresas que se anuncian en los carteles, las sociedades intermedias, los encargados de las salas de conciertos y los mismos cartelistas coinciden en una apreciaci¨®n: la pegada de carteles es "una actividad ilegal, pero consentida", para acabar con esta ambig¨¹edad, piden una regulaci¨®n de su trabajo.Luis Molina, concejal de Limpieza del Ayuntamiento de Madrid no tiene esa opini¨®n. Y es rotundo: "No est¨¢ autorizado. Es como si me dijeran que robar est¨¢ permitido... " El ayuntamiento quita los carteles y se vuelven a poner: su equipos llevan retirados, seg¨²n el concejal, m¨¢s de 200.000 metros cuadrados.
Aunque al concejal no le valen Ias declaraciones de gente sin identificar", responde a la petici¨®n de los cartelistas de, "una regulaci¨®n". No entiende la demanda, considera que la regulaci¨®n existe: est¨¢n las Ordenanzas Municipales donde esta actividad queda expl¨ªcitamente prohibida. En la ordenanza referida a la "protecci¨®n de espacios p¨²blicos en relaci¨®n con su limpieza y retirada de residuos" se la define como falta "grave" y prev¨¦ para ella una "multa de 10.001 a 15.000 pesetas
Las denuncias pueden llegar de los inspectores o de los mismos vecinos. Las agencias de viajes y las academias, como contratan directamente, tambi¨¦n pagan directamente. En el caso, de los carteles de conciertos de m¨²sica, el abono lo efect¨²a la casa discogr¨¢fica. Sin embargo, las empresas de la pegada no pueden dormirse en los laureles, pueden perder a las casas de discos y salas de conciertos como clientes fijos si se repitiesen las multas.
Cat¨¢logo de espacios
La lista de espacios utilizados como base incluye vallas de protecci¨®n de obras, locales en planta baja desocupados un tiempo o cerramientos de parcelas con edificios deshabitados (en torno a la madrile?a Red de San Luis pueden encontrarse ejemplos de los dos primeros casos). Pero tambi¨¦n muros que lindan con importantes v¨ªas de tr¨¢fico. Seg¨²n los cartelistas profesionales, son estos ¨²ltimos los m¨¢s penados ("hiperprohibidos") por el ayuntamiento y se encuentran en peligro de extinci¨®n. Ponen como ejemplo los del Puente de los Franceses; los que est¨¢n bajo la calle de Bail¨¦n, en la Cuesta de San Vicente y el de la calle de la Princesa, frente a la llamada plaza de los Cubos, que hace tiempo que ya no se utiliza.Si el cartel de "prohibido fijar carteles", que los cartelistas profesionales suelen respetar (otra cosa muy distinta son los piratas), no parece una medida suficiente hay otras formas de evitar la pegada. Una puede ser la colocaci¨®n de una malla met¨¢lica con amplios ojos, que impide la puesta de carteles sin que ¨¦stos se rompan. Aunque con la contrapartida de convertir la pared en un blanco cotizad¨ªsimo para los grafiteros, como sucede en el muro que cierra el paso a los antiguos bajos de Discoplay, en la Gran V¨ªa, o el situado en la Plaza de Santo Domingo.
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