Nadie nos ayud¨®
El d¨ªa 1 de agosto, y reci¨¦n llegados de las vacaciones, en las puertas del comercio Continente de M¨®stoles, mi madre y yo fuimos atracadas (cl¨¢sico m¨¦todo del tir¨®n) por dos subproductos hijos de Gobiernos anteriores y de los cien d¨ªas de Aznar, con la mala suerte de que el bolso qued¨® enredado en el brazo de mi madre.. El hombre ten¨ªa un c¨®mplice que lleg¨® en un coche y se prepar¨® para arrancar y huir. Cuando el atracador se lanz¨® de cabeza al coche, nos arrastr¨® con ¨¦l. Con medio cuerpo dentro que sufr¨ªa las patadas y pu?etazos de los dos tipos, y las piernas fuera, que acusaron las heridas producidas por las m¨²ltiples arrancadas del coche en su intento de salir del aparcamiento, las dos estuvimos a punto de perder algo m¨¢s que el bolso. Al fin salimos despedidas del autom¨®vil, que pas¨® como una exhalaci¨®n por nuestro lado sin tratar siquiera de esquivamos. Yo tengo heridas en ambas piernas. Mi madre acab¨® con la nariz rota y graves hematomas en brazos y piernas.
Lo vergonzoso y lamentable es que, en todo el tiempo que dur¨® el incidente, absolutamente nadie acudi¨® en nuestra ayuda. Es incre¨ªble que, en una gran superficie como la nombrada, los tres ¨²nicos vigilantes est¨¦n exclusivamente para cazar al pobre infeliz que se lleva una lata de sardinas, y no donde realmente se les necesita, protegiendo al posible cliente.Sabiendo a ciencia cierta lo que sucede, es penoso que a¨²n no se hayan tomado medidas: se siguen rebajando costes a nuestra costa. Por un lado tenemos a los comercios que miran lo suyo, y por otro, a los pol¨ªticos que destinan gente para escoltas muchas veces innecesarias (nuestros impuestos pagan su seguridad y la de sus hijos, ?por qu¨¦ hacer algo por sus votantes?). As¨ª, s¨®lo queda pensar que la culpa de todo es nuestra, por comportarnos como borregos y subir al poder a Gobiernos que se acuerdan. de nosotros s¨®lo cuando se acercan elecciones.- Myriam Tom¨¢s Franco.
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