Contra el tel¨¦fono m¨®vil

En un simposio internacional sobre antropolog¨ªa evolutiva celebrado recientemente, los participantes han llegado un¨¢nimemente a la conclusi¨®n de que, en un plazo que se puede estimar en aproximadamente medio mill¨®n de a?os, el homo sapiens nacer¨¢ dotado de un tel¨¦fono incorporado en uno de los huesos temporales, cuyo origen, al comienzo de un lento pero inexorable proceso evolutivo, ser¨¢ el tel¨¦fono m¨®vil, tan profusamente utilizado en la actualidad. La antena ser¨¢, con toda probabilidad un peque?o ¨®rgano er¨¦ctil situado en el occipital, que se desplegar¨¢ autom¨¢ticamente al recibirse o emitirse una se?al, y volver¨¢ a su estado de flacidez original cuando el tel¨¦fono no est¨¦ operando. Dicho proceso ser¨¢, sin duda, doloroso, y se pagar¨¢ un alto tributo biol¨®gico, ya que muchos de los usuarios de tel¨¦fonos m¨®viles sufrir¨¢n, primero, enrojecimientos cr¨®nicos, y, posteriormente, reblandecimiento y licuefacci¨®n de las orejas, incrustaciones inicialmente parciales, y, posteriormente, totales e irrevestibles del tel¨¦fono m¨®vil, con incorporaci¨®n paulatina del mismo en espacios cada vez m¨¢s profundos en el interior del cr¨¢neo. En algunos usuarios se observar¨¢n fen¨®menos de rechazo, con inflamaci¨®n, edema y hasta gangrena fulminante. S¨®lo los m¨¢s aptos superar¨¢n este lento e implacable proceso adaptativo. -