"El PSOE tendr¨¢ que hacer un poco m¨¢s de activismo opositor"
Pasqual Maragall ha bautizado como modelo Barcelona la estrategia de unidad de la izquierda que le ha permitido mantenerse durante tanto tiempo en el sill¨®n municipal. Una izquierda que, su opini¨®n, debe adaptarse a que denomina "nuevo territorio social"Pregunta. ?Qu¨¦ opini¨®n le merecen los primeros meses del Gobierno de Aznar.
Respuesta. La verdad es que no acabo de ver muy bien c¨®mo se encarrila. Me cuesta ver a d¨®nde va
P. Tambi¨¦n al PSOE le cuesta definir su actitud. ?C¨®mo debe ser la oposici¨®n socialista?
R. El PSOE ha dado un periodo de gracia. Pero creo que contendr¨¢ un poco m¨¢s de activismo opositor. Aunque habr¨¢ que ver como se combina la oposici¨®n con construcci¨®n de la alternativa.
P. ?C¨®mo cree que hay que hacerlo?
R. El PSOE hizo tres grandes cosas en su etapa de gobierno: garantizar educaci¨®n, sanidad y tensiones a la gente que no las ten¨ªa garantizadas. Ha promovido una gran mejora en la condici¨®n de la mujer. ?se ha sido el gran cambio. Lo que le toca hacer en la oposici¨®n es cambiar de lenguaje. Hablar m¨¢s de calidad, de control de los servicios p¨²blicos, de las cosas que est¨¢n cercanas a los ciudadanos. Una cr¨ªtica eral radical, progresista.
P. Usted ya dec¨ªa eso cuando Gobierno era socialista.
R. S¨ª, y las grandes ciudades s ha perdido el PSOE -todas menos Barcelona, Girona, Lleida y La Coru?a- por no saber explicarlo. Tambi¨¦n hay que hacer un discurso sobre la diferencia. Tan importante como las macromagnitudes de la econom¨ªa es el resto a las diferencias. Los socialistas tenemos una tendencia al gran discurso de la igualdad y tenemos que acentuar m¨¢s el discurso federalista
P. ?Le ve futuro a la alianza que se basa el Gobierno?
R. Aqu¨ª el peligro es que haya una alianza entre una burocracia de Estado y unos poderes financieros que nos pongan tiesos a todos. Y lo que tenemos que defender es que hay que ser liberales, pluralistas, partidarios de la competencia, antimonopolistas, antfundamentalistas, antiintolerantes. No abandonar el europe¨ªsmo. M¨¢s Europa, m¨¢s identidad, m¨¢s regiones, m¨¢s ciudades.
P. Usted propugna un centro izquierda en Catalu?a, pero justo ahora el PSOE se acerca a Izquierda Unida despu¨¦s de a?os de pacto con CiU.
R. S¨ª. Lo ha provocado el cambio de alianzas de los nacionalistas. Ha abierto un espacio enorme. Lo ha visto incluso la extrema izquierda. Y en Catalu?a ha hecho m¨¢s viable la articulaci¨®n de un centro izquierda por el matrimonio de CiU con la derecha.
P. El acercamiento del PSOE a IU es contrario a la pol¨ªtica que practic¨® Felipe Gonz¨¢lez desde el Gobierno.
R. Pero es tambi¨¦n el modelo Barcelona. Aqu¨ª llevamos muchos a?os gobernando as¨ª. Estuve hablando el jueves con Nicol¨¢s Sartorius y ¨¦l ve¨ªa factible extender ese modelo. Vi que el lenguaje es el mismo. Igualmente flexible. Ancho. Y coincidimos en que lo que hay que hacer es definir m¨¢s los programas.
P. ?A qu¨¦ se refiere cuando dice que en Catalu?a gobernar¨¢ el a?o 2000 un partido reformista que agrupe a la izquierda y el centro? ?A un nuevo partido? ?A una fusi¨®n de partidos? ?A una coalici¨®n?
R. Cuando hay una globalizaci¨®n de la econom¨ªa y se habla de uni¨®n pol¨ªtica europea, los partidos que tenemos ahora se nos quedan peque?os. Vamos a un modelo en el que habr¨¢ unos partidos muy especializados, como el partido contra el tabaco, o contra la guerra, y partidos de amplias fronteras ideol¨®gicas, que englobar¨¢n a los que ahora tenemos, cada uno expresando su matiz. Al estilo del Partido Dem¨®crata norteamericano y de algunos que se est¨¢n formando en Europa, en Gran Breta?a. No ser¨¢n como los partidos latinos, mediterr¨¢neos , basados en la identidad ideol¨®gica. Ser¨¢n una gran marca. El partido del cambio, la transformaci¨®n, el progreso, el liberalismo en el sentido etimol¨®gico, confrontado al partido de la conservaci¨®n.
P. ?As¨ª podr¨ªa abarcar a la izquierda y al centro?
R. En ese partido debe haber tanto empresarios como obreros. No creo que baste con un partido de los trabajadores. Es una aportaci¨®n fundamental de la izquierda a este partido, pero no suficiente. Porque no basta para resolver los problemas, como el del empleo, por ejemplo. Si la mitad de los empleos que se crean son de autoocupaci¨®n, es obvio que los esquemas surgidos de la dicotom¨ªa empresario-trabajador, no nos bastan. Esto nos impone un cambio d¨¦ mentalidad. No es por astucia que la izquierda cambie de t¨¢ctica. Es que cambia el territorio social.
P. ?En Catalu?a basta eso para levantar una alternativa a Jordi Pujol?
R. Es que de eso no hay que hablar. Al menos, no en esos t¨¦rminos. La gente no nos votar¨¢ porque seamos la alternativa a Pujol, sino porque seamos la alternativa del siglo XXI. Lo que hay que presentar son propuestas para el siglo XXI. Hay que hablar de seguridad en la calle, de calidad de los servicios p¨²blicos, de justicia local, de la limpieza de las ciudades, de los espacios naturales...
P. Pero todo eso acaba concret¨¢ndose en opciones electorales en una forma u otra.
R. Ahora est¨¢ cambiando todo. Pepe ?lvarez, secretario general de UGT-Catalu?a, ha pedido la discusi¨®n de un gran acuerdo internacional entre los pa¨ªses que producen a bajo precio y los que compramos sus exportaciones, porque ¨¦sa es la escala real de la econom¨ªa. Y le ha dicho al consejero Farreras que se ha equivocado con su propuesta de salario variable seg¨²n los beneficios. Que, si no hay trabajadores en los consejos de administraci¨®n, las empresas no ser¨¢n cre¨ªbles cuando digan que hay que equiparar salarios y productividad. Eso es lo que tenemos que discutir, aterrizar en estos asuntos en vez de hablar de este partido o el otro.
P. ?Piensa en una candidatura unida de la izquierda?
R. No es lo que est¨¢ sobre la mesa en este momento. No lo sabemos. Ni es lo m¨¢s importante. En ¨²ltima instancia, lo que nos unir¨¢ o dividir¨¢ ser¨¢n los asuntos. Necesitamos m¨¢s tener un conjunto de estrategias para afrontar los problemas que una propuesta de partido muy cerrada.
P. Lleva a?os predicando e intentando penetrar en el espacio pol¨ªtico del centro, pero ¨¦ste parece inamovible
R. ?Hay o no empresarios que voten a Clinton? ?O a Prodi en Italia? S¨ª. Pues eso es lo que hay que conseguir.
P. Pero en Italia ha sido tras la ruptura del sistema de partidos.
R. No es necesario que aqu¨ª se produzca. Y no nos conviene. Piense que las grandes alternancias democr¨¢ticas que ha habido en Espa?a, las de 1933, 1936 y 1982, han ido acompa?adas de cerca o de lejos de golpes de Estado, salvo la ¨²ltima, la del 3-M. Ya es hora de que se consolide la v¨ªa de las grandes alternancias sin conmociones.
P. ?Cree que ese riesgo existe ahora?
R. No. Y es bueno que as¨ª sea. Esperemos que la derecha no tenga ahora el reflejo de destruir al PSOE y a Felipe Gonz¨¢lez, que eso es lo que hay en cierta tradici¨®n pol¨ªtica.
P. ?Qu¨¦ le han parecido los Juegos Ol¨ªmpicos de Atlanta y su organizaci¨®n?
R. Han sido los m¨¢s grandes. M¨¢s pa¨ªses, m¨¢s entradas, m¨¢s atletas. M¨¢s de todo. Pero no han sabido resolver la relaci¨®n con la ciudad, la calidad. En Barcelona hubo un sistema semip¨²blico dirigido por el nivel m¨¢s pr¨®ximo a la ciudad, y fue un ¨¦xito. El modelo privado no ha resuelto esta faceta. Adem¨¢s, en Atlanta ha habido d¨¦ficit. La consecuencia es que The New York Times publicaba hace poco un art¨ªculo titulado El capitalismo no gana ninguna medalla.
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