La vida es injusta, Tony Rominger
El ciclista suizo afrontar¨¢ su ¨²ltima temporada en el Mapei, lejos de su 'clan espa?ol'
El ciclismo es un deporte de gente dura y duro para la gente. No hay vejez bien llevada; apenas hay finales felices. Cuando alguien deja de rendir, es el fin. Despu¨¦s, el olvido. Una l¨®gica pura y dura en la que no hay sitio para las ilusiones personales, los sue?os rosas. Fin, se acab¨®, a otra cosa Tony Rominger.La decadencia es dura. Rominger, el suizo que se enamor¨® tanto de sus amigos espa?oles que tambi¨¦n quiso ser espa?ol, se pas¨® medio agosto esperando una llamada que nunca lleg¨®. ?l era el jefe del clan, el inspirador del movimiento, y tambi¨¦n fue el primero en quedar descabalga do. No entraba en el proyecto de nuevo equipo que los espa?oles del Mapei constru¨ªan en torno a Olano. Su tarifa, poco m¨¢s de 100 millones al a?o, no cuadraba con el presupuesto. Adem¨¢s, ¨¦l, era un viejo casi acabado; ese sueldo s¨®lo se pod¨ªa pagar a alguien que pudiera prometer algo importante. El pasado, los a?os de gloria -las tres Vueltas, el r¨¦cord de la hora, el Giro-, todo lo que dio, la vida y el futuro de unos cuantos, estaba olvidado. Est¨¢s acabado, Tony Rom¨ªnger.
Pero Tony Rominger no est¨¢ acabado. Es simplemente un ciclista que sabe que esto se acaba y que ha visto casi todos sus idealistas planes irse al garete. Mientras cena en Madrid -una ensalada variada, un filete sangrante, un doble de cerveza, una porci¨®n de tarta de chocolate, nada de caf¨¦-, la v¨ªspera de madrugar para correr en Z¨²rich, el ciclista suizo, que en febrero cumplir¨¢ 36 a?os, no parece resentido, ni siquiera frustrado. Tampoco es que se le vea ilusionado por el futuro. Simplemente es el Tony Rominger pragm¨¢tico, el hombre de siempre, el que ya ha apartado de su mente las ideas bonitas y se lamenta s¨®lo en pasado de que no hayan sido posibles. A otra cosa, Tony Rominger.
"Seguir¨¦ un a?o m¨¢s en el Mapei", dice el suizo. "Correr¨¦ pocas carreras, m¨¢s que nada para despedirme, y ayudar¨¦ a Tonkov en el Giro". El papel que ten¨ªa pensado ejercer con su amigo Abraham Olano lo interpretar¨¢ con un ruso reci¨¦n fichado. El paisaje del Mapei cambir¨¢ sin espa?oles. "Me da l¨¢stima, pero es as¨ª, tengo que pensar en el futuro. Cuando el Mapei engull¨® al Clas en 1994, el patr¨®n Squinzi me prometi¨® un trabajo de por vida en la empresa. Me agarrar¨¦ a eso. No quiero ser director deportivo, un oficio todav¨ªa m¨¢s duro que el de ciclista. No pisar¨ªa apenas por casa y estar¨ªa todos los d¨ªas con problemas y tensiones. Quiero tener algo diferente cuando cuelgue la bicicleta".
Cuando cuelgue la bicicleta, Rominger, residente en Montecarlo, casado con Brigitte y padre de Rachel Y Robin, quiere conocer m¨¢s mundo. "Madrid, por ejemplo. S¨®lo conozco de esta ciudad la Castellana, y eso por dar vueltas en la Vuelta. Una vez sal¨ª de paseo por el centro y me qued¨¦ asombrado. Es una ciudad con mucha historia. 'Y con mucha vida. Hasta en M¨®naco a las diez de la noche est¨¢ todo cerrado, no puedes ir ni a un restaurante. Cuando sea uno m¨¢s quiero pasear por el centro de Madrid, ver los museos y todo eso".
Cuando lleg¨® a Espa?a, en 1991, ¨¦l, un ciclista con fama de mercenario -un profesional muy eficiente que cobraba por lo que hac¨ªa- se esperaba una estaci¨®n m¨¢s en una vida errante, que antes le hab¨ªa llevado por equipos italianos y franceses. Una parada incluso peor. "Pero me llev¨¦ una sorpresa. Aqu¨ª encontr¨¦ un buen ciclismo, victor¨ªas de prestigio y, sobre todo, muy buena gente tanto dentro del equipo como en la calle, los aficionados que enseguida me consideraron uno suyo". No fue s¨®lo con los ciclistas veteranos -los Etxabe, Arsenio, Unzaga, Maule¨®n-, a los que su presencia dio una nueva ilusi¨®n, o con los j¨®venes -Abraham Olano-, a quienes ahij¨®, fue tambi¨¦n con los auxiliares -Torrontegui, Torralbo...- con los que Rominger, cre¨® el famoso clan espa?ol del Mapei. Toda la gente en la que, ahora piensa. En Olano. La decisi¨®n del guipuzcoano sobre su futuro preocupa a Rominger. "Ya tiene edad y capacidad para, ser l¨ªder de un equipo, pero quiz¨¢s le convendr¨ªa ir a un conjunto en que otro tambi¨¦n tuviera, responsabilidad, que no cayera sobre ¨¦l todo el peso. No s¨¦ lo que har¨¢, ni siquiera le he llamado para darle consejos, porque ¨¦ste es un asunto privado, pero deber¨ªa pensar a la gente que puede dejar en el paro. Y eso es muy duro. Espa?a tiene mucha tasa de paro, no deber¨ªa ¨¦l contribuir a aumentarla".Tony Rominger es un ciudadano sin ciudad ni pueblo. Se pone a hablar de los Juegos Ol¨ªmpicos y a despotricar. "El ciclismo profesional no pinta nada all¨ª. Es que ni siquiera lo dieron por televisi¨®n en directo. Exagerando un poco, en los Juegos s¨®lo tendr¨ªa que haber atletismo". Rominger es muy amigo de atletas de gran nivel. A menudo deja una de sus casas de M¨®naco al vallista canadiense-austr¨ªaco Mark McKoy. El a?o pasado estuvo de vacaciones con Torrontegui y Torralbo, y sus respectivas familias, en Tampa (Florida) en la casa de otro vallista, Colin Jackson. "Se asustan cuando les digo cu¨¢nto me entreno. Ellos no necesitan coger resistencia. Hacen pesas en invierno y luego series cortas en la pista". Rominger, sin embargo, admira sobre todos a los maratonianos. "Es el deporte m¨¢s duro. Se machacan todo el cuerpo. No pueden correr m¨¢s que dos maratones al a?o. Es algo que a m¨ª me gustar¨ªa hacer. Mi mujer ya ha corrido uno. Seguramente yo me apunte a otro, pero no aqu¨ª, en Madrid, donde todo el mundo me conoce y no me dejar¨ªan tranquilo mejor en Nueva York, donde nadie sabe qui¨¦n soy".
Tony Rominger ha cambiado con los a?os. El anta?o hura?o y esquivo, sonr¨ªe y busca. "?C¨®mo se dice? He cometido muchos errores y por eso he aprendido mucho. Es la ¨²nica forma de aprender: cometer errores. Ya no soy un ni?o. He aprendido a distanciarme. Antes estaba totalmente metido en este mundo tan cerrado de las bicicletas. Desde fuera, se ve todo mucho mejor".
Te est¨¢s haciendo viejo, Tony Rominger. Toda una carrera a la sombra de Miguel Indur¨¢in, otro que envejece, y cuando el navarro falla en el Tour, tampoco Rominger lo aprovecha. Les gan¨® Riis. "Es otro viejo, pero diferente. Se ha concentrado exageradamente en el Tour, y desaparece antes y despu¨¦s. Es una situaci¨®n mala para el ciclismo. En parte, es culpa de los medios de comunicaci¨®n: conceden tanta importancia al Tour que lo dem¨¢s no existe".
Miguel Indur¨¢in s¨ª que existe. Y bien presente. "No se puede forzar a nadie a hacer algo contra su voluntad". Rominger no entiende por qu¨¦ Indur¨¢in tiene, que correr una Vuelta a rega?adientes. "Creo que a Miguel le pasa un poco lo que a m¨ª: cada vez le cuesta m¨¢s hacer ciclismo. El otro d¨ªa, en la Vuelta a Burgos, le vi un detalle que me extra?¨®. Iba delante de m¨ª y pinch¨®. Normalmente, ¨¦l habr¨ªa levantado el brazo y el coche habr¨ªa llegado r¨¢pido para cambiarle la rueda; incluso la podr¨ªa, haber cambiado con un compa?ero. Pero no, ¨¦l. hizo lo contrario: se fue para adelante y atac¨®. Rompi¨® el grupo y luego dej¨® de dar pedales. Se hab¨ªa alejado tanto, que el coche tard¨® mucho en cambiarle la rueda. Se quit¨® de encima la responsabilidad de intentar ganar, tir¨® la carrera. Luego subi¨® a su aire y se convirti¨® en el ganador moral".Rominger tiene ahora el problema contrario: quiere correr la Vuelta y no le dejan. ?l intenta arreglar las cosas con la prueba de cicloturistas Rominger Classic para estar en Valencia el 7 de septiembre, pero su director, Juan Fern¨¢ndez, ha dicho que no cuenta con ¨¦l. Rominger ser¨ªa el m¨¢ximo favorito -"ahora estoy bien, y contento: el Tour lo corr¨ª con una rodilla rota y me he recuperado"-, con lo que ser¨ªa su mayor oportunidad para derrotar a Indur¨¢in en una gran ronda. "pero no quiero correr por eso. Claro que si Indur¨¢in queda segundo, aumenta la importancia de mi victoria, pero a m¨ª me interesa m¨¢s porque si quiero ganar el Mundial necesito ir con kil¨®metros recientes. Y necesito competir. Antes lo arreglaba entren¨¢ndome como un loco, pero ahora cada vez me cuesta m¨¢s salir solo a hacer kil¨®rnetros". Lo mismo que a Indut¨¢in.
Se est¨¢n haciendo viejos los grandes de los 90. Que pasen los siguientes, aunque sea injusto el r¨¢pido cambio. Pero el ciclismo es un deporte duro aunque la gente se ablande.Y m¨¢s para los ganadores.
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