La visita del ectoplasma
El fantasma de Isabel Preysler. Adi¨®s a todo eso en Marivent, hasta agosto que viene
Ni siquiera una mujer reci¨¦n refinada -que es lo mismo que reci¨¦n molida- puede soportar ciertas ideas. Ejemplo: que los monjes de Santo Domingo de Silos hayan conseguido lo que ning¨²n asesor de imagen ni mis ruegos nocturnos- es decir, mantener callado al presidente Aznar durante un almuerzo, por mor de la regla de silencio de la orden. ?Acaso es cierto que s¨®lo la verdadera fe mueve monta?as? ?Acaso es incierto -o sea, mentira, falso, mendaz, incluso infundio, y falordia- que la abnegaci¨®n se vea recompensada? Porque si alguien ha realizado sacrificios a lo largo de las ¨²ltimas semanas, si alguien ha contenido sus naturales ansias asesinas, depredadoras, man¨ªacas, ese alguien he sido yo, pasando por el tubo de tanto parip¨¦ y tanta educaci¨®n, y ofreciendo siempre mis abnegados esfuerzos a la Causa: que ¨¦l se callara. A m¨ª me haac¨ªa ilusi¨®n que se cumpliera, al fin, la imagen con la que a menudo sue?o, desde que fui a un mitin del PP en el que descubr¨ª que el traductor para sordomudos se refer¨ªa al entonces candidato pas¨¢ndose la punta del ¨ªndice por encima del labio superior. Yo pensaba, ay de m¨ª, que el gesto habr¨ªa quedado perfectamente complementado si el traductor hubiera a?adido un adem¨¢n simulando cosido de labios: pase r¨¢pido de ¨ªndice, pespunte en morros a continuaci¨®n. Y fet¨¦n.Desde entonces promet¨ª ser buena para que alg¨²n d¨ªa me fuera concedida la gracia, y hete aqu¨ª que ello ocurre, pero no por mis desvelos, sino porque los monjes de las domingas le han impuesto el voto. Ergo, ya i no tiene sentido aparentar finez.
Pese a todo, no crean que resulta f¨¢cil regresar al estado de ordinariez permanente. Hoy mismo (ayer, para ustedes) Te he sentido temblar de emoci¨®n como el resto de la isla de Mallorca ante la inminente llegada de do?a Isabel Preysler, que, acompa?ada por una de sus hijas e invitada por Cristina Macaya a pasar unos d¨ªas por aqu¨ª, viaj¨® precedida de su ectoplasma, y fue como el anuncio de Independence Day: una sombra cubri¨® lentamente la extensi¨®n mallorquina toda mientras nos abraz¨¢bamos los unos a los otros y los otros a las unas, y, con pavor en el semblante, grit¨¢bamos: ?No! ?No puede ser! ?Ha vuelto! Ni siquiera en el palacio de Marivent me sent¨ª segura. Es m¨¢s: en Marivent, menos que en ning¨²n sitio, y temiendo, al mismo tiempo, por la familia real, pues ya ve¨ªa yo cernirse la funesta nube negra sobre nuestras m¨¢s preciadas prendas, cual se cierne en el trailer de marras sobre la Casa Blanca. Y eso que result¨® bien simp¨¢tico el acto de despedida y cierre para la foto de grupo con que, tradicionalmente, Sus Majestades obsequian al pueblo espa?ol mediante presencia interpuesta de los periodistas y, sobre todo, camar¨®grafos. Que si ponte aqu¨ª, que si nos ponemos all¨¢, que si qu¨¦ bien le sienta el fondo teinte n¨²mero 12 al duque de Lugo, en fin, sofistiquer¨ªas isle?as. Pero, por encima de nuestras cabezas, las unas coronadas, las otras a¨²n no, y las otras de puro trapillo, se balanceaba el fantasma de Lady Porcelaine.
Y digo yo -otra certeza que sale volando por los aires-, ?c¨®mo es posible que todav¨ªa se le preste atenci¨®n a alguien que s¨®lo existe para sus propias fotos, aquellas que ella misma ordena que le hagan, manda revelar y controla, como a ocurrido en las ¨²ltimas de la piragua, para venderlas personalmente a la revista que medio la mantiene? ?C¨®mo no puede darse cuenta la entera profesi¨®n de que toda posibilidad de obtener una exclusiva queda m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de este mundo, y de que, digo m¨¢s, conseguirla con las de Silos al aire o entregada a una bacanal en plan Elle McPherson roza la ciencia ficci¨®n? Es m¨¢s, ?qu¨¦ hago yo misma escribiendo de ella, de ello?
Cu¨¢nto m¨¢s ¨²til no ser¨ªa dedicar este espacio a la que dice ser novia mallorquina de Ozul¨ªn d'Ubrique, una ex miss que ha dado a conocer sus fotos con el siniestro diestro y ha revelado que es la mujer de su vida. Pero, ?lo ven?, de su nombre ni siquiera me acuerdo, y eso que me estremece -iba a escribir acojona- que la haya dejado embarazada y vayamos a tener pronto un Ozul¨ªn Jr. brindando bragas por las plazas de toros.
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