El acta perdida y hallada en el Cesid

Durante cinco horas, el ministro de Defensa, Gustavo Su¨¢rez Pertierra, explic¨® a los diputados de la Comisi¨®n de Secretos c¨®mo fue posible que el coronel Juan Alberto Perote perpetrase el mayor saqueo de documentos jam¨¢s padecido por el Cesid.Extendidos sobre la mesa, agrupados por materias, estaban los informes contenidos en las 1.245 microfichas que el coronel retuvo en su poder durante dos meses. Los diputados ojearon las carpetas mientras recib¨ªan las explicaciones del ministro.

Para I?aki, Anasagasti, del PNV, la reuni¨®n del 2 de octubre de 1995 fue un ejercicio de "prestidigitaci¨®n", del que los parlamentarios apenas sacaron nada en claro. A muchos les pas¨® desapercibida la nota de despacho del 28 de septiembre de 1983, en la que Perote, "de fuente segura avisaba del inicio de acciones violentas en el sur de Francia. No a todos. Alguna se?or¨ªa s¨ª que repar¨® en ella, quiz¨¢ porque, tras publicarla El Mundo, ven¨ªa con el prop¨®sito de encontrarla.

All¨ª estaba el papel sobre la presunta manipulaci¨®n de pruebas para ocultar las circunstancias que rodearon la muerte de la etarra Luc¨ªa Urigoitia. En cambio, nadie pudo ver la transcripci¨®n de las conversaciones entre Galindo y G¨®mez Nieto y entre este ¨²ltimo y Perote. Sencillamente, porque no consta que est¨¦n ni hayan estado nunca en los archivos del Cesid.Tampoco llev¨® el ministro la llamada acta fundacional de los GAL, un estudio te¨®rico sobre la guerra sucia fechado en julio de 1983, que copiaba p¨¢rrafos completos de otro elaborado en 1979. A diferencia de las transcripciones, el acta fundacional s¨ª estaba en los archivos del Cesid, pero no en el central, sino en uno secundario. Apareci¨® meses despu¨¦s de la reuni¨®n del Congreso, para sorpresa del Gobierno, que hab¨ªa negado hasta la saciedad su existencia.