La evasi¨®n semanal del atareado Dick Morris
Una vez a la semana, durante el ¨²ltimo a?o, el atareado asesor presidencial Dick Morris, de 48 a?os y casado, encontraba tiempo para salir de la Casa Blanca, dirigirse al cercano hotel Jefferson y pasar un rato con Sherry Rowlands, una prostituta de 37 a?os que cobraba 200 d¨®lares (25.000 pesetas) la hora cuando trabajaba en el servicio de "acompa?amiento" a trav¨¦s del que conoci¨® a Morris. Para impresionarla, Morris le habr¨ªa dejado escuchar alguna conversaci¨®n telef¨®nica con el presidente. Aparentemente, las pruebas de confianza y la compensaci¨®n econ¨®mica no fueron suficientes, porque Rowlands vendi¨® la historia al mejor postor y se prest¨® a tender una trampa para probar su relaci¨®n con ¨¦l.La bomba que estrope¨® el final de la fiesta de Chicago a los dem¨®cratas fue activada por The Star, un tabloide especializado en esc¨¢ndalos. La revista empez¨® a distribuir ayer su art¨ªculo con las pruebas del caso: fotos de Morris y Rowlands en el hotel y un cheque de 824 d¨®lares. Un d¨ªa antes, el diario sensacionalista The New York Post adelant¨® la carnaza
Sitios pactados
Seg¨²n The Star, Sherry Rowlands se puso en contacto con ellos en julio y les ofreci¨® su relato a cambio de una cantidad de dinero no especificada. El semanario no ha tenido inconveniente en reconocer que ha pagado a la prostituta "miles de d¨®lares, sin llegar a los cien mil" (12,5 millones de pesetas) a cambio de la historia y de "posar" con Morris en sitios pactados para que los fot¨®grafos pudieran hacer su trabajo en el hotel. Se anuncia una segunda entrega de material, con fragmentos del diario de la prostituta, para el 9 de septiembre.Entre las confesiones se incluyen las indiscreciones que Morris habr¨ªa tenido con ella, como dejar escuchar al presidente al tel¨¦fono, avanzarle grandes noticias antes de que lo supiera la prensa y revelar que apodaba a Clinton "el monstruo" por su fuerte temperamento. La revista describe tambi¨¦n el tipo de pr¨¢cticas sexuales preferidas por Morris. Todos los gastos del hotel (la habitaci¨®n cuesta 220 d¨®lares por noche) y de la estancia de Morris en Washington de lunes a viernes eran pagados por fondos de la campa?a dem¨®crata. A principios de este a?o, sus enemigos en la Casa Blanca filtraron que Morris cargaba gastos excesivos e innecesarios, pero el asesor lo desminti¨®.
Dick Morris, al que el ¨²ltimo n¨²mero del semanario Time le dedicaba la portada con el t¨ªtulo El hombre al que Clinton escucha y que era furiosamente odiado por la mayor¨ªa de los asesores de la Casa Blanca, recibi¨® ayer fuertes cr¨ªticas, no tanto por su conducta privada, sino por las implicaciones para el presidente y por la escasa elegancia de su nota de dimisi¨®n, en la que presume de haber salvado a Clinton de una segura derrota electoral y concluye diciendo: "Para m¨ª, la pol¨ªtica habr¨¢ sido lo que fue para Robert Kennedy: una honorable aventura".
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