Gonz¨¢lez, pendiente de una cita
El Supremo decide el jueves si el ex presidente declara en el "caso GAL"
Dentro de poco har¨¢ un a?o. Un asesor del presidente del Gobierno contempl¨® el decorado y emiti¨® un juramento. All¨ª estaba el sitial, frente a la presidencia del Sal¨®n de Plenos, en el centro de los estados y un poco ladeado. En el mismo lugar que ocupar¨ªa un banquillo frente a un tribunal. Pero en la soledad del sal¨®n vac¨ªo, m¨¢s que un banquillo parec¨ªa un cadalso.Minutos despu¨¦s iba a ocuparlo el presidente. Felipe G¨®nzalez. Era la primera vez que el presiden te del Gobierno acud¨ªa a la ceremonia de apertura del -A?o Judicial, que tradicionalmente preside el Rey. El entonces presidente del Supremo, Pascual Sala, hab¨ªa insistido en que estuviera presente porque ese d¨ªa se iban a inaugurar tambi¨¦n las rehabilitadas dependencias del Palacio de Justicia.
En pleno apogeo del caso GAL; la presencia de Gonz¨¢lez ante los jueces que quiz¨¢ alg¨²n d¨ªa pudieran tener que juzgarle parec¨ªa casi una temridad, y m¨¢s en una ceremonia que estar¨ªa a reventar de inormadores ¨¢vidos de simbolismos. Pero contra todo pron¨®stico, desde La Moncloa respondieron que el presidente asistir¨ªa. Y el sitial aguardaba ya a, su ocupante.
El protocolo impon¨ªa que el acto deb¨ªa presidirlo e Rey, flanqueao por el fiscal general del Estado y el presidente del Tribunal Supremo, y al lado de ¨¦ste el ministro de Justicia. ?D¨®nde ubicar a Gonz¨¢lez? Los servicios del Supremo optaron por darle un lugar preferente en estrados, el mimo que en otras ocasiones ocupaba el presidente del Tribunal Constitucional. Pero lo que alguien candorosamente planific¨® como una deferencia al personaje se hab¨ªa transformado, por mor de las circunstancias, en la escenograf¨ª inconfundible de un juicio. Y el sitial remataba el conjunto con un efecto demoledor.
Desde el s¨¦quito del presidente hubo alguna advertencia de que Gonz¨¢lez no se sentar¨ªa all¨ª. Tras algunos intercambios de opiniones fue el propio Gonz¨¢lez quien opt¨® por dejarlo estar. Tras la presidencia est¨¢ la puerta de acceso a una saleta, desde la que le hicieron las fotos. Con el fiscal puesto en pie y leyendo un acta, el comentario fue un¨¢nime: Gonz¨¢lez parec¨ªa un procesado.
Hoy, un a?o despu¨¦s, el sector m¨¢s antisocialista de la pol¨ªtica, la judicatura y la prensa busca hacerle una foto igual, pero. con un fondo distinto. Gonz¨¢lez no dispondr¨ªa del mismo sitial, sino de una silla bastante m¨¢s severa. A su alrededor, el lugar de los magistrados del Supremo lo ocupar¨ªan algunos de sus m¨¢s encarnizados acusadores. Entre ellos, el abogado Miguel Castells, vinculado a HB y que representa a algunas de las v¨ªctimas de atentados de los GAL; el letrado Manuel Murillo, un antiguo socialista del sector hist¨®rico de Rodolfo Llopis -derrotado por Felipe Gonz¨¢lez- que defiende al ex jefe d¨¦ la Lucha Contraterrorista Francisco ?lvarez; y los letrados de la acci¨®n popular, Jos¨¦ Luis Gal¨¢n y Teodoro Mota. La presidencia la ocupar¨ªoa el juez instructor del caso GAL, Eduardo Moner.
Hace aIgunos meses, M¨®ner declin¨® hacerse esa foto, pero ahora pueden obligarle. Durante Ia instrucci¨®n, la acci¨®n popular pidi¨® repetidamente que Felipe Gonz¨¢lez declarase "como imputado". Pero el magistrado instructor respondi¨® que no exist¨ªan indicios de su partipaci¨® en la trama de los GAL, sino s¨®lo "meras sospechas" e "mputaciones genericas", insuficjentes para llamarle como imputado. M¨®ner rechaz¨® un recurso de la acusaci¨®n y se neg¨® a tramitar la apelaci¨®n ante la Sala Segunda. La acci¨®n popular elev¨® una queja a la Sala y el pr¨®ximo jueves se reune el pleno para estudiar si cita a declarar a Gonz¨¢lez y en calidad de qu¨¦.
Seg¨²n fuentes del Supremo, la Sala Segunda tiene tres opciones: dar la raz¨®n al instructor y no llamar a Gonz¨¢lez; convocarle a declarar "como testigo" ; o citarle "como imputado"
Si la Sala no le llama a declarar, respaldaria la decisi¨®n, de M¨®ner, quien, tr¨ªs un a?o de instrucci¨®n, ha procesado al ex ministro del Interior Jos¨¦ Barrionuevo, pero no ha encontrado indcios contra Gonz¨¢lez: "La ¨²nica imputaci¨®n existente respecto de Felipe Gonz¨¢lez es la constituida por las declaraciones del se?or Garc¨ªa Damborenea, al margen de una vaga alusi¨®n del se?or Sancrist¨®bal, imputaci¨®n ¨²nica y no respaldada por ninguna otra prueba M¨®ner el 29 de abril.
Respecto al ex ministro Narc¨ªs Serra y al n¨²mero tres del PSOE, Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas -que tambi¨¦n van en el lote-, el instructor s¨®lo apreci¨® "meras suposiciones, hipot¨¦ticos juicios de inferencia, con valor puramente personal y totalmente insuficientes para acordar su declaraci¨®n en calidad de imputados. Esta posici¨®n fue ratificada por el magistrado instructor cuand, en un ¨²ltimo intento, las acusaciones recurrrieron al testimonio estelar del ex pr¨®fugo Luis Rold¨¢n. El fiscal del Supremo tambi¨¦n se opuso a la comparecencia de Gonz¨¢lez.
Si el alto tribunal acuerda citarle en calidad de testigo, Gonz¨¢lez no tendr¨ªa que acudir al Tribunal Supremo. Seg¨²n el art¨ªculo 412.4 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, los que hayan desempe?ado el cargo de presidente del Gobierno "est¨¢n exentos de concurrir al llamamiento del juez pero no de declarar, pudiendo informar por escrito sobre los hechos de que hubiesen tenido conocimiento por raz¨®n de su cargoLa situaci¨®n ya se plante¨® con el ex ministro Barrionuevo en e caso Amedo. Las partes formularon sus pliegos de preguntas, que, cribadas por el tribunal, fueron remitidas al ministro. Al igual que entonces, la hip¨®tesis de que a trav¨¦s de un testimonio escrito Gonz¨¢lez pudiera decir algo que le autoinculpase, parece m¨¢s bien remota. Aun as¨ª, llamarle como testigo le evitar¨ªa la foto entrando en el Supremo, pero no los titulares que le relacionaran con estarsiendo investigado por los GAL.
Si la Sala optase por llamarle como imputado tendr¨ªa que recabar antes la autorizaci¨®n del Congreso, previo suplicatorio. En ese caso, Gonz¨¢lez, al igual que hiciera, Barrionuevo meses atr¨¢s, tendr¨ªa que acudir al Supremo acompa?ado de un abogado y someterse a un interrogatorio directo por parte del fiscal, las acusaciones y las defensas.
Como opci¨®n en la rec¨¢mara, el tribunal tiene la posibilidad de indicar al juez M¨®ner que tramite la apelaci¨®n que deneg¨® a los acusadores. Ser¨ªa un rigorismo procesal que s¨®lo dilatar¨ªa algunas semanas el mismo pronunciamiento, puesto que en definitiva, la apelaci¨®n acabar¨ªa revirtiendo a los mismos magistrados que el jueves han de resolver la queja.
La sala, fuertemente dividida.
Las posiciones de los magistrados de la Sala Segunda est¨¢n, fuertemente divididas y el alejamiento por las Vacaciones les ha impedido hacer prospectivas. Ni siquiera se sabe a ciencia cierta cu¨¢ntos magistrados se sentar¨¢n el jueves en el Pleno. Lo ¨²nico fijo que de los trece de la actual plantilla, dos no participar¨¢n en la decisi¨®n. Uno es el fiscal general Carlos Granados, que aunque, dejar¨¢ de serlo en los pr¨®ximos d¨ªas, no se reincorporar¨¢ antes de algunas semanas . El otro, Jos¨¦ Manuel Mart¨ªnez-Pereda, formaliz¨® el viernes una baja por enfermedad de tres meses. Seg¨²n fuentes del Supremo, Mart¨ªnez-Pereda sufri¨® una ca¨ªda en unas escaleras de la playa, se fractur¨® una cadera y el f¨¦mur, y posteriormente tuvo otras complicaciones.En principio son 11 magistrados los que integrar¨¢n este Pleno, pero incluso este n¨²mero puede sufrir variaciones. Jos¨¦ Luis Manzanares, bien conocido por su viscerales declaraciones sobre el caso GAL durante su etapa de vicepresidente del Consejo del Poder Judicial, siempre ha dicho que se abstendr¨ªa de actuar en este proceso. Si no se abstuviera, ser¨ªa posible que alguna de las defensas le recusase. Pero al d¨ªa de hoy las partes no disponen a¨²n de la composici¨®n de la Sala, por lo que no pueden pronunciarse en ese sentido.
Prescindiendo de una hipot¨¦tica recusaci¨®n de Manzanares, entre los once magistrados posibles habr¨ªa, sobre el papel, una ligera mayor¨ªa que se inclinar¨ªa por respaldar la postura del instructor y del fiscal de no llamar a Gonz¨¢lez, frente a los partidarios de su comparecencia "como inculpado", representada por al menos tres magistrados. La clave reside en el n¨²mero variable de jueces que pueden situarse entre el "no" y entre que el ex presidente declare en la causa siquiera "como testigo". Este sector, de entre dos y cuatro magistrados, es el que en principio puede inclinar la balanza.
En el espectro pol¨ªtico existe la misma divisi¨®n. PSOE y Coalici¨®n Canaria se muestran contrarias a la comparecencia, mientras CiU y PP prefieren "no mojarse" y dejar la decisi¨®n a la Justicia. IU y PNV quieren ver a. Gonz¨¢lez ante el Supremo.
El secretario general del PSOE conocer¨¢ el veredicto de camino a Montevideo, tras una visita de cuatro d¨ªas en Chile.
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