P¨²rpura en libertad
Deep Purple
lan Gillan (voz), Steve Morse
(guitarra), Jon Lord (teclados), Roger Glover (bajo), lan Paice (bater¨ªa).
Plaza de toros de M¨®stoles. Precio: 1.000 pesetas. Unos 5.000 espectadores.
Deep Purple es, no cabe duda, estigma de otro tiempo. Una ¨¦poca de gloria la de los setenta, en la que el grupo brit¨¢nico brill¨® a alturas de leyenda. Con la posterior reentrada en los ochenta y la interminable sucesi¨®n de componentes (a veces con billetes de ida y vuelta como el de Gillan), la p¨²rpura profunda ha perdido prestigio. En la ¨²ltima de las trifulcas se qued¨® fuera el guitarrista Ritchie Blackmore, una pieza crucial en su engranaje. En el inicio de la gira espa?ola, Deep Purple se caracteriz¨® por la libertad con que el grupo asumi¨® su repertorio. Una selecci¨®n de canciones que altern¨® cl¨¢sicos con piezas procedentes de Purpendicular, su ¨²ltima y no emasiado afortunada obra. En uno y otro caso, Purple utiliza los temas en interpretaci¨®n libre. En ese concepto caben solos intermedios, prolongaci¨®n voluntaria de los temas y cierta sensaci¨®n de estilo improvisado aunque seguramente no lo sea tanto en realidad. No es que se trate de recrear el hist¨®rico Made in Jap¨¢n, pero s¨ª su esp¨ªritu.
L¨®gicamente el material mejor recibido fue el que m¨¢s a?os tiene: el inicial Fire ball, los intermedios Black night, Woman from Tokio o el universal Smoke on the water.
El p¨²blico, que llen¨® la poco est¨¦tica plaza de toros mostole?a, estaba compuesto en general por veteranos rockeros que ignoraron las piezas nuevas y celebraron las antiguas. El sonido ayud¨® a la correcta marcha de la noche. Es obvio que Purple vivi¨® sus mejores tiempos en el pasado. Y es considerable la opini¨®n seg¨²n la cual ten¨ªan que haber dejado el nombre descansar sin m¨¢s vivencias que las de gloria. Pero tambi¨¦n es verdad que su derecho tienen estos m¨²sicos cincuentones a tocar los temas que ellos mismos crearon e hicieron populares. lndependientemente de las objeciones que puedan anteponerse, puede concluirse que Deep Purple en 1996 toca con ganas y gusto.
Babelia
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