Con carretera directa a Madrid

San Mart¨ªn de la Vega tiene una carretera exclusiva para comunicarse con la capital. Es la M-301, que nace en la autov¨ªa de Andaluc¨ªa a los pocos kil¨®metros de sobrepasarse el nudo Super-Sur. Atraviesa Perales del R¨ªo, una pedan¨ªa de Getafe, y se adentra en el t¨¦rmino municipal de San Mart¨ªn. Pero antes pasa por la ¨²nicas zonas densamente pobladas de ¨¢rboles de la .zona: La Mara?osa y las Casas de G¨®rquez. Son 19 kil¨®metros de asfalto serpenteante de un s¨®lo carril por sentido que bordean el parque regional del Sureste. Entre los pinos se ubica una zona militar.

Otra carretera, la M-506, une el pueblo con el cercano pueblo de Pinto (24.800 habitantes), donde para el tren de cercan¨ªas. Sin embargo, la estaci¨®n de ferrocarril m¨¢s cercana se encuentra en Ciempozuelos (12.200 habitantes), a unos siete kil¨®metros de San Mart¨ªn. En las pasadas elecciones municipales, Izquierda Unida, tercera fuerza pol¨ªtica del pueblo (dos de los 13 concejales son la coalici¨®n) propuso crear una l¨ªnea de autobuses sincronizada con el tren de Ciempozuelos para ahorrar largas esperas y gasolina a los vecinos. Dentro del pueblo apenas funcionan tres taxis para atender los compromisos m¨¢s urgentes.

El pueblo tiene dos farmacias, cinco centros educativos, 70 bares, 15 talleres mec¨¢nicos, cuatro bancos y 10 polic¨ªas locales. Es de los pocos municipios que no dio la espalda al PSOE en las pasadas elecciones. El alcalde, Juan Carlos V¨¢llega, tiene predicamento. Los vecinos viven de la construcci¨®n y de la agricultura. Sus vegas abastecen de verduras Mercamadrid, el mercado central de la capital.

Tractores verdes

Durante la campa?a electoral, tres fueron los asuntos que preocuparon a los partidos pol¨ªticos que concurrieron a los comicios: una carretera de circunvalaci¨®n, la cobertura del canal de la acequia del r¨ªo Jarama y la creaci¨®n del parque regional del Sureste.

Por este ¨²ltimo asunto hubo fuertes protestas de los agricultores. Algunos hortelanos llegaron a protestar con m¨²sica ante la casa del alcalde. Con un coche y fuerte megafon¨ªa emit¨ªan a gran volumen marchas militares y el himno de la Legi¨®n, mientras el alcalde intentaba conciliar el sue?o. Hace unos meses el regidor coment¨®: "Los agricultores carec¨ªan de datos fiables. Algunos interesados les intoxicaban y les dec¨ªan que el parque les traer¨ªa la ruina, y les contaban historias absurdas sobre ¨¦l. Incluso llegaron a decir que los responsables del parque les obligar¨ªan a pintar los tractores de verde"

El alcalde siempre se mantuvo firme: el parque no iba a perjudicar al pueblo, sino, al contrario, beneficiarle.