'Cerebros' de la inf¨®rmatica estafan 100 millones

Un vieja peleter¨ªa de Pac¨ªfico, ubicada en la calle de Mart¨ªnez Corrochano, 35, escond¨ªa a la ¨²ltima generaci¨®n de falsificadores. En la trastienda del local, los "vanguardistas estafadores" seg¨²n los defini¨® la polic¨ªa, empleaban ordenadores, impresoras l¨¢ser y esc¨¢neres para fabricar tarjetas de cr¨¦dito falsas. Los cuatro detenidos hab¨ªan conseguido 100 millones. Tambi¨¦n vend¨ªan, a 50.000 pesetas, falsos carn¨¦s de conducir y permisos de residencia.

Los agentes de la Brigada Provincial de Documentaci¨®n dieron el gran golpe el pasado mi¨¦rcoles. Con la autorizaci¨®n judicial entraron en la tienda donde se ocultaba el imperio de los estafadores. All¨ª detuvieron a Ricardo Luis Salas Soler, de 38 a?os, y Adel Souto Salas, de 30 a?os, ambos de nacionalidad argentina. Al mismo tiempo fueron arrestadas sus compa?eras sentimentales: la peruana Lourdes Lyela Garc¨ªa de 24, y Vanessa Marina Carballo, de 23.La investigaci¨®n policial arranc¨® a finales de 1995 cuan do la Sociedad Espa?ola de Medios de Pago denunci¨® una serie de fraudes mediante la utilizaci¨®n de tarjetas de cr¨¦dito duplicadas. La Polic¨ªa conect¨® esta denuncia con el robo de lectores de tarjetas en tiendas de Getafe y Moratalaz. Los falsificadores utilizaban estas maquinas para obtener las claves bancarias de las tarjetas que serv¨ªan de base para la duplicaci¨®n.

En otra ocasi¨®n los acusa dos se hicieron pasar por empleados de Visa en una gasolinera. As¨ª extrajeron datos de aquellos clientes que pasaron por la estaci¨®n de servicio.La polic¨ªa tambi¨¦n les imputa las falsificaci¨®n de permisos de trabajo, documentos de identidad, pasaportes, permisos de residencia y cheques que vend¨ªan por 50.000 pesetas. Su campo de actuaci¨®n era tan amplio que abarcaba incluso las tarjetas de Telef¨®nica -que vend¨ªan a mitad de precio- y pegatinas acreditativas de haber pasado la Inspecci¨®n T¨¦cnica de Veh¨ªculos.

El jefe de la Brigada de Documentaci¨®n y Extranjer¨ªa, Javier Redondo, indic¨® que tanto tarjetas como los carn¨¦s y documentos que falsificaba la banda eran de "gran calidad". Sin embargo no ofreci¨® la clave que diferenciaba la realidad y la ficci¨®n.